capítulo 17

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Melany Russo

Coloco el jabón en mis manos haciendo espuma con él, mientras pienso en la primera vez que lo vi, teníamos seis años, nuestros padres habían asistido a una reunión de mafias, nos presentaron como los futuros herederos de nuestros respectivos imperios, su sonrisa fue algo con lo que soñé varias noches, desde esa reunión nos volvimos amigos, nuestros padres sabían que en el futuro nos complementaríamos y en estos momentos ese complemento está algo lejos de ser verdad, ya que arruine todo a hace dos años cuando lo rechacé en casa de mi abuelo. 

Cuando quito la espuma de mis manos, cierro la manecilla de donde proviene el agua, salgo del baño y cuando estoy por ir a la sala donde se encuentra Sam me topo Jackson.

— Escucha, no me llames metiche o chismoso, pero escuché una conversación que tenía Sam con sabrá Dios quién, pero decía algo con que si la persona estaba seguro de que no había dejado cavos sueltos. La verdad creo que oculta algo.— Me dice como si me estuviera contando un secreto de Estado.

¿Sam ocultarme algo? No lo creo, nos tenemos bastante confianza y no desconfió de él.

— Debiste escuchar mal, Sam jamás me ocultaría algo, además él me cuenta todo y se hubiese ido algo mal, me daría cuenta.— desmiento sus acusaciones.

—Espero y tengas razón Russo.— amo la manera en como pronuncia mi apellido.

— Confía en mi Romanov.—le sonrío como la primera vez que nos vimos.

— Ya deberías saber que eres una de las personas en las que más confío.— joder me va a matar. Sin evitarlo sonrío.

—No deberías, soy capaz de darte un plomazo.— bromeo.

—Sería un honor morir en tus manos. 

Señoras y señores, es de mi agrado informarles que me estoy enamorando cada día más.

— Melany.— Entra Sam con la vista en la tablet interrumpiendo.— Sebastián Lombardo llamó y dijo que necesitaba refuerzos, están atacando la mansión Flenter y como Lizzy se está recuperando necesita nuestra ayuda.— levanta la vista.— Lo siento por interrumpir.

—Tranquilo, mmm... Llama a Dilan, dile que lo esperamos en la misión Flenter con diez hombres armados conjunto a las camionetas blindadas.— Sam asiente y va a cumplir mi orden.

Me despido de Romanov y voy afuera al parqueo a esperar a Sam, cuando sale nos subimos a la camioneta y vamos a la mansión Flenter.

Luego de treinta minutos llegamos y joder, está rodeada de camionetas negras con el logo de LR, hay varios hombres disparando a los hombres de Lizzy, en eso llegan mis hombres, todos esperando la señal para bajar y atacar. 

— Abran fuego.—Sam da la señal para que todos mis hombres se desmonten y comiencen a atacar.

— No creo que debas bajar, deja que despejemos un poco.— sugiere.

— No me quedaré aquí, iré, no importa qué.— digo quitándole el seguro a mi arma.

—No es bueno que bajes ahora, como tu jefe de seguridad te sugiero que no bajes, Melany haz me caso, no quiero que te pase algo malo.—Insiste.

—No me pasará nada malo, soy ex interna de Brainstrong no hay nada con lo que no pueda.— digo bajando de la camioneta.

Al bajar comienza una balacera tanto de mis hombres como los de Flenter y LR, vamos tumbando algunos de la entrada, mientras vamos avanzando aparecen más hombres de LR, al parecer esta persona tiene mucho personal, ya que en cada encuentro veo más de los de ellos. 

Sam y yo nos vamos cubriendo la espalda mientras mis francos se encargan de ir limpiándonos el camino, esquivamos balas y disparamos, luego de un tiempo disparando llegamos a la entrada de la mansión, pateo la puerta y adentro nos encontramos a un Sebastián tomado como rehén.

Dilan se une a Sam y a mí, los tres apuntamos a los hombres de LR quienes tienen a Lombardo.

—Suéltenlo.— demando.— tenemos francotiradores los cuales están esperando órdenes para disparar si no lo hacen.

—Pueden matarnos si quieres luego de que demos el mensaje.

¿Qué mierda dijeron? 

— A su líder no le importa mucho sus vidas por lo que veo.— dice Sam.

—Y ¿Se quedarán viéndonos la cara y apuntando? O ¿Nos dirán el dichoso mensaje? — menciona Dilan dando un paso adelante.

— ¿Te crees muy gracioso, rubio?, espero y lo sigas siendo en unas semanas.— dice uno de los de LR.

El primero que habló se intenta acercar, Dilan y Sam le apuntan, se acerca más a mí y me entrega una nota. 

Spero che tu abbia apprezzato la calma perché ora la tempesta sta arrivando, avrai desiderato che ti uccidesse di fronte a ciò che si sta avvicinando.

Ci vediamo tra qualche settimana, adorerai la mia sorpresa.

ATT: LR.

Espero y hayan disfrutado la calma porque ahora viene la tormenta, habrán deseado que los matara ante lo que se aproxima.

 Nos vemos en unas semanas, te encantara mi sorpresa.

Al terminar de leer el mensaje alzo la vista viendo a los hombres de LR.

Cuando confirmo que Dilan ya se ha movido al lado de ellos para liberar a Sebastián digo.

— Ataquen, le enviaremos un recordatorio a LR de que a un Russo no se le amenaza.  digo por el comunicador.

—Tan predecible Russo.— menciona uno de los hombres de LR. 

Comienza la balacera, Dilan ayuda a Lombardo y lo trae a donde estamos Sam y yo, ya cuando vemos que están muertos salimos, cuando estamos afuera, comunico a mis hombres que estamos de retirada.

No escucho bien lo que me dicen, pero lo siguiente que presencio es mi cuerpo tambalearse repetidas veces hasta caer al suelo, trato de no cerrar los ojos, pero es inevitable, solo escucho la voz de Sam diciendo algo que no entiendo.

Sam Lanssere

—¡Disparen!

Digo cuando veo el cuerpo de Melany abatido en el suelo a causa de los múltiples disparos.

Me acerco a ella tomándola del suelo para llevarla al mejor centro de salud de la ciudad, no la puedo perder.

Dejo todo a cargo de Dilan mientras voy manejando lo más rápido que puedo, joder creo que se está desangrando.

Llego al centro de salud, bajo con ella en brazos por emergencias, desde que la ven me la quitan de los brazos para subirla a una camilla para someterla al quirófano, mi corazón late más rápido que nunca por el miedo a perderla.

En estos momentos le pido a cualquier fuerza sobre humana que la mantenga con vida.

La Mafia Roja #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora