💸 6. FAMILIA 💸

913 80 20
                                    

TRAVIS

– ¿Todo en orden? - me siento frente a mi amigo.

– Todo en su sitio – afirma.

– Ponme entonces un whisky.

– ¿Vienes a la sede nada más que para beber? - se ríe sirviéndome la copa.

– He venido para ver si todo va bien. Estoy celebrando la respuesta – le doy un trago largo.

– Otra vez estás huyendo de tu casa.

– Te equivocas – niego y chasqueo la lengua – Solo le estoy dando tiempo.

– ¿A quién?

– A Irina.

– ¿Para qué?

– Para que me de explicaciones. Ayer tuvo un enfrentamiento con Aurora y se fue de casa sin más.

– ¿No será al revés? Aurora siempre es quien la busca.

– Según ella, no.

– Ella miente – bufa – Parece mentira que no la conozcas.

– Igualmente quiero saber su opinión.

No me creo a Aurora, pero tampoco me creo a Irina. No la conozco de nada y no sé cuanta veracidad darle a sus palabras. Los actos están claros y aunque ella estaba herida, por la sangre en su labio, Aurora lo estaba más. Han tenido que echarle puntos en la frente y tiene parte de la cara amoratada. No puedo dejar pasar esas acciones.

Cuando creo que le he dado tiempo suficiente, me voy de la sede de Louis Vuitton y pongo el coche en marcha para ir a casa de nuevo. Estoy intentando ser benevolente con ella. Sé que llegó de fiesta tarde y no he querido cantarle las cuarenta a primera hora de la mañana, pero ahora, que es prácticamente medio día, creo que ya es hora de enfrentar las consecuencias.

Nina me recibe en la cocina con una sonrisa más bien tensa.

– ¿Qué pasa?

– Tengo que preguntarte algo – se acerca.

– Dispara.

– ¿Por qué has contratado a Katia?

– Porque hace bien su trabajo.

– Travis, en serio. Nunca has querido dos asistentas. ¿Por qué?

Me rasco la barbilla y suspiro. Al final, se acabará enterando tarde o temprano.

– Si te lo digo no se lo dirás a nadie.

– Puedes confiar en mi – asiente de inmediato.

– O te echaré sin importarme nada.

– No hará falta.

– Sé que Irina tiene una enfermedad. Mi hermano, mis amigos y vosotros os habéis encargado de decírmelo todo este tiempo. Es por eso por lo que he decidido que haya alguien más a cargo de sus mismas tareas. El día que ella esté indispuesta, no habrá problema estando Katia.

Sus ojos se abren conmocionados y sonríe tiernamente.

– No es un gesto de amor. Solamente he decidido tener algo de humanidad.

– Es un gran paso.

– También lo he echo por si algún día falta Irina. ¿Dónde está?

– En su habitación. Hace poco ha terminado de hacer todo.

Subo sin más dilación y abro su puerta de par en par. El dormitorio está oscuro, la ropa está tirada por el suelo y ella está metida bajo las sábanas.

180 DÍAS PARA RECONQUISTARTE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora