💸 9. DIMISIÓN 💸

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TRAVIS

Le digo a Levi que se espere en el coche y salgo rápido. No creo que tarde, sino que se ponga música para entretenerse. Toco numeradas veces al timbre hasta que mi amigo me recibe con el ceño fruncido.

– ¿Por qué tanta insistencia?

– ¡Camille! - alzo la voz.

– Calla, estúpido, está durmiendo al niño – me regaña.

– Son las doce de la mañana.

– Tiene fiebre.

Voy hacia la licorera, me sirvo un trago de Whisky y me lo bebo del tirón.

– Estás alterado – me mira desde el marco de la puerta.

– No me había dado cuenta.

– ¿Por qué? Si tu simpatía me permite saberlo, claro.

– Por nada en especial.

– Cuéntale el cuento a otro.

– ¡Camille! - me estreso - ¡Por el amor de Dios!

– ¿Qué quieres? - aparece por la puerta con gesto cansado – No tengo ganas de aguantarte. Llegué ayer de un viaje y he pasado la noche en vela con mi hijo malo. No estoy para tonterías – avisa.

– La última vez que hablamos, me dejaste con la palabra en la boca – gruño yendo hacia ella – Y a mi nadie me deja con cosas que decir.

– Travis, me aburres. Al grano – pone los ojos en blanco.

– ¿Se puede saber porqué estas de su parte y no de la mía?

– No voy a romper la relación con ella por ti. Tampoco al revés.

– Yo soy tu amigo de toda la vida. Ella ni siquiera lo es.

– Dejémoslo en que es alguien importante para mi. ¿Solo has venido para esto? Qué pérdida de tiempo – se deja caer en el sofá.

– Viendo que no pinto nada aquí, bajaré un rato al gimnasio.

Veo de reojo como mi amigo desaparece sin prestarnos más atención.

– Te vas a Italia y me entero a los días. Encima te vas con ella.

– ¿Algún problema? - me mira con indiferencia.

– Camille – me pongo en frente de ella – Soy tu amigo.

– Lo sé. Por eso no sé a qué viene todo esto – se levanta hasta quedar a mi altura.

– ¿En serio la prefieres a ella? - pregunto angustiado.

– No prefiero a ninguno. Ambos sois importantes, cada uno en su proporción.

– ¿Le han dado el puesto?

– Se lo han dado.

Su afirmación me aprieta el corazón. Eso significa que Irina va a pasar tiempo fuera de aquí. No lo puedo permitir.

– ¿Dónde está? Necesito encontrarla.

– No lo sé.

– Camille – mascullo – Sí lo sabes.

– Te prometo que no.

– No voy a hacer nada, simplemente quiero hablar con ella.

– Llámala.

– Gracias. No se me había ocurrido – hablo irónico.

– Será lo mejor, créeme.

Sus ojos me observan con una mezcla de pena y nostalgia. Odio ser mirado así. Al ver que no consigo nada de información, salgo de su casa y me monto en el coche de nuevo.

180 DÍAS PARA RECONQUISTARTE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora