🧁 14. No tengo nada 🧁

1K 85 28
                                    

IRINA

Dos días llevo en la casa de la playa. Dos días en los que Travis y yo no hemos intercambiado palabra alguna. Se ha mantenido alejado de mi tal y como le pedí en el trayecto.

No sé porque me ha traído, pero no voy a preguntar. Al menos estoy sacando provecho de la situación. Lo único que hago es comer, beber y tomar el sol en las horas más fuertes.

Estamos a punto de entrar en diciembre, pero el tiempo nos está acompañando. El sol radia cada mañana y no lo desperdicio ni un segundo. Tampoco Travis, que pasa más tiempo con su tabla dentro del agua que fuera.

Cuando refresca aprovecho para leer en la terraza, salir a observar la pequeña ciudad o llenar mis muñecas de bolsas de compra. Ventaja de no tener que depender de mi jefe económicamente.

Justo ahora, es uno de esos momentos en los que leo mi libro en la terraza, viendo el atardecer y las olas romper con fuerza. Mi móvil empieza a sonar con una llamada entrante y pongo el marcapáginas para poder atender.

– ¿Lucas?

– ¿Qué haces?

– No me lo puedo creer – suelto una carcajada – Estamos a menos de cinco metros de distancia. ¿Se puede saber por qué me llamas?

– Me da pereza levantarme. ¿Te apetece si nos vamos a la ciudad?

– ¿Y eso no te da pereza?

– Es que quiero comprar un regalo.

Suspiro, cuelgo y entro a la casa. Lo encuentro tirado en el sofá y con una mano metida en los huevos. De Leo no hay rastro por ningún sitio.

– No me acostumbro a verte así – me doy la vuelta para que se incorpore.

– Me comporto cuando está el señor – se burla.

– ¿Acaso no está? - lo enfrento de nuevo.

– Arriba. O eso creo.

– Me visto y nos vamos.

Alguien se interpone en mi camino antes de entrar a mi habitación. Aprieto los dientes y subo mi vista para mirarlo a los ojos.

– Déjame pasar.

– Tengo que hablar contigo.

– No me interesa lo que me tengas que decir. Por favor – señalo la puerta.

– Me das mucho asco.

Sus palabras me dejan de piedra. Mi ceño se frunce pero pronto lo estiro porque no quiero que me vea dudosa por él o de cualquier otra forma.

– ¿Por qué? - me cruzo de brazos como si no me importara.

– Por besar a cualquiera.

– Ya ves. Te besé a ti, ¿no?

Su cara se contrae y paso por debajo de su brazo para seguir mi camino.

– No me vuelvas a hacer perder el tiempo para conversaciones tan estúpidas e insignificantes, por favor.

Mi puerta se cierra de un portazo y agradezco tener pestillo para echarlo. No se me puede olvidar que tengo que volver a comprar uno para la otra casa. No puede entrar a mi habitación como Pedro por su casa. Se le acabó el juego.

Unos toques en la puerta me interrumpen cuando me estoy cambiando. Abro creyendo que es Lucas pero me choco de frente con la realidad. La sonrisa se me borra y agarro el marco de la puerta con fuerza.

– ¿Otra vez tú? - pregunto en tono cansado.

– Antes no me ha dado tiempo a decírtelo.

– Porque te has dedicado a decirme otras cosas.

180 DÍAS PARA RECONQUISTARTE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora