Capítulo 8

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Luego de que aquella entrevista terminó, Yukjo decidió irse del lugar y al salir presenció cómo Hyunjin se iba junto a Jeongin caminado tomados de la mano. Su estómago se encogió al ver esa escena y llamo a su chófer para irse de allí. Se sintió triste y decaída al ver a lo lejos la sonrisa que el alfa tenía al ver a Jeongin, deseaba estar en el lugar de Jeongin y poder ser ella quien genere esa sonrisa en el alfa.

Aún mantenía la esperanza de que Hyunjin la llegará a amar. Aunque sabía que eso no iba a ocurrir.

Llegó de vuelta a su casa y al cerrar la puerta el sonido de los tacones de su madre se escuchó. Luego de un suspiro Yukjo le pidió a una empleada que colocará las flores que Hyunjin le dio en un florero y se dirigió a la sala principal donde su madre ya la esperaba.

— Espero que hayas logrado tu cometido, Yukjo — le dijo su madre mientras la veía con la misma mirada de siempre. Una mirada vacía.

Lee Jihyo, su madre alfa quién le imponía tantas cosas. Desde que su madre omega murió la alfa quedó devastada y desde ese entonces se volvió más fría al punto que parecía no tener sentimiento alguno, ni por su propia hija.

— Lo hice madre, seré la omega de Hyunjin — afirmó y Jihyo asintió

— Esta vez no cometas ningún error Yukjo, y no dejes que aquel omega que porta la marca de Hyunjin te arrebate a tu alfa, sé un poco más inteligente está vez — sus ojos estaban puestos en el líquido tinto que estaba dentro de la copa que tenía en manos y que luego lo ingirió en un solo trago, dejo el objeto de cristal en la mesa para ver a su hija. — Me costó demasiado dar con el destinado de Felix, ahora tienes a Hyunjin para ti, solo te pido que no lo arruines nuevamente — advirtió con el mismo tono voz serio de siempre.

Yukjo se limitó a asentir y Jihyo subió a subir a su oficina. Ella lo había planeado todo, que su hija estuviera relacionada con Hyunjin era de mucha conveniencia, pero su torpe hija cometió el grave error de dejarle el camino libre a Felix hace tiempo. Sin embargo, ahora que se presentó una nueva oportunidad de emparejar a su hija con aquel alfa no la iba a desaprovechar. Solo esperaba que su hija no sea tan estúpida nuevamente.

(...)


Por otra parte, Hyunjin y Jeongin convivían muy seguido, salían a cualquier lugar, pasaban el rato viendo alguna película o serie o simplemente saliendo a caminar por las tardes. Jeongin se quedaba a dormir en casa de Hyunjin casi toda la semana, casi vivía allí. Ambos congeniaban bien así que no hubo problema con eso, se podría decir que son amigos y roomies quitándole los múltiples besos que ambos se dan en las mejillas.

Hyunjin adoraba y apreciaba la compañía que Jeongin le brindaba, sentía como si nada más importará cuando estaba con él, cada que el omega besaba su mejilla el tacto le erizaba la piel y alteraba todo su ser, dejando a su paso una sensación que su corazón aún no podía entender.

— Hola Hyunjin — saludo un peliblanco con una voz suave que hizo salir al alfa de sus pensamientos.

— ¿Nos vamos? — pregunto y extendió su mano la cual fue tomada con rapidez, Jeongin entrelazó sus dedos y el lobo de ambos se alteró.

Caminaron de vuelta a casa del mayor después de que Jeongin terminará su turno en el trabajo, Hyunjin había pasado por él, como siempre lo hace y aunque no tiene la costumbre de caminar lo hacía solo porque a Jeongin le gusta esa actividad. Entre platicas y risas llegaron a su destino, al entrar a la casa Jeongin se dirigió a la cocina para tomar un vaso de agua. Por otra parte, Hyunjin subió a su habitación y se cambió de ropa a una más cómoda y casual pero que aún se mantuviera elegante pues no estaría mucho tiempo allí, saldría a ver a Yukjo y debía de dar una buena imagen.

Una buena imagen para su futura omega.

Ella era una chica realmente linda y amable, aunque no lo pareciera, quizá solo sea cuestión de tiempo para que se enamore de ella. Quizá.

Se vio por última vez en el espejo y bajo al primer piso dónde escucho a Jeongin cantar, era la primera vez que oía su dulce voz entablar una melodía. Se asomó a la cocina y se recargo en el marco de la puerta sin hacer mucho ruido, el omega estaba metido en su mundo que no percibió el aroma de Hyunjin. La sonrisa que se formo en los labios de Hyunjin fue inevitable, había algo en Jeongin que lo hacía sonreír siempre, es tan entusiasta, amable y de belleza única. Su piel clara y su cabello del mismo color lo hacían lucir como un verdadero ángel.

— Cantas bien, Jeongin — elogio y se acercó a donde el omega estaba.

— Claro que no, de seguro estás alucinando — lo vio y salió de la cocina para ir a su habitación mientras el alfa lo siguió por detrás. — ¿Vas a salir? — cuestionó antes de subir las escaleras. Hyunjin asintió y colocó sus manos en los bolsillos de su pantalón.

— Yukjo me pidió que nos viéramos hoy, saldré con ella un rato — dijo sin mucha emoción, en realidad no tenía ganas de salir, quería estar en casa junto con Jeongin, con su omega.

Jeongin asintió y subió por las escaleras sin decir nada, cada que el alfa mencionaba a la omega se sentía extraño e incómodo, se sentía amenazando ante Yukjo pero no tenía ningún motivo para reclamar, simplemente no podía hacerlo.

Hyunjin lo vio subir las escaleras y suspiro, a veces no entendía su comportamiento, lo que le generaba duda, pues quería conocerlo a la perfección. No espero más y salió de su casa para ir a un bonito restaurante que la omega había elegido, condujo hasta allí en dónde ya yacía la omega. Tomó un poco de aire antes de bajar de su auto y sin muchos ánimos se acercó a la omega quién le saludo con una amplia sonrisa.

— Es un gusto verte de nuevo, Yukjo — sonrió y ambos entraron al establecimiento.

Tomaron asiento y comenzaron a charlar mientras esperaban a qué tomarán su orden, está vez fue Hyunjin quien inició la conversación y la omega le siguió muy gustosa. El tiempo pasaba entre risas y uno que otro coqueteó por parte de la chica, que por cierto ser coqueta no le quedaba muy bien, no sabía cómo hacerlo lo que solo le causó una risa a Hyunjin.

Todo iba bien hasta que paso lo inevitable, Yukjo se había acercado y depósito un beso en los labios del alfa. Fue rápido y sutil, Hyunjin sonrió de manera forzada, aunque su sonrisa pareció de lo más normal y después de eso paso a despedirse. Se sintió incómodo ya que no esperaba recibir aquel beso, se sentía muy diferente a cuando Jeongin besaba su mejilla. Con Yukjo el sentimiento fue algo vago, a pesar de no sentir nada le gusto o eso quería creer, los labios de la omega eran suaves y tenían un toque a fresa que era parte de su labial.

Y entre pensamientos e inquietudes volvió a su casa, se sentía agobiado tratando de genera algún sentimiento positivo por Yukjo, se presionaba a si mismo pues tenía menos de un mes antes de que su tiempo acabará. Dejo de pensar en eso antes de que su cabeza estallara de tanto pensar y se dirigió a la sala principal donde estaba Jeongin leyendo un libro.

— Oh, veo que ya has vuelto — dijo Jeongin en un tono algo fuera de lo normal, parecía más serio de lo normal. — ¿Cómo te fue?

— Bien, creo que todo avanza bien — se sentó a su lado y ladeó su cabeza para verlo. —Ella me beso— confesó en un tono bajo.

— Que bien por ustedes, hacen una linda pareja — dicho eso cerró el libro que tenía en manos y se levantó dispuesto a irse.

Al momento de dar un paso su vista se volvió algo borrosa haciendo que perdiera parte de su equilibrio lo que casi lo hace caer. Hyunjin se percató de eso y se levantó al instante para tomar su cintura y así ayudarlo como soporte.

— ¿Estás bien pequeño? — preguntó y obtuvo como respuesta un asentimiento.

— Solo fue un mareo, no es nada para preocuparse, no he comido bien desde la mañana así que ha de ser por eso — respondió y luego se alejó de él. Había percibido un aroma a miel, el cual era correspondiente a Yukjo. Ese aroma le causaba náuseas.

Hyunjin intento acercase de nuevo a Jeongin pero este no se lo permitió, solo se alejó unos pasos más.

— ¿Sucede algo? ¿Hice algo mal para que actúes de esa manera? — hablo el alfa, sentía que había hecho algo mal pero no sabía que era. Jeongin actuaba de una manera extraña y eso lo lastimaba internamente.

— No, no ocurre nada. Me iré a dormir, que descanses — se dirigió a las escaleras para subir a la segunda planta, antes de subir por ellas volteo a ver a Hyunjin. — Deberías darte una ducha, apestas al aroma de Yukjo — dijo por impulso de su lobo y sin darle tiempo a Hyunjin de volver hablar tomo camino hacía su habitación, el alfa quería seguir al omega pero sabía que no era prudente en ese momento. Le tocó aguantar las ganas de ir a abrazarlo.

Jeongin llegó a su habitación y cerró la puerta. Sí ocurría algo, no le agrado el hecho de que Yukjo hubiera besado a Hyunjin. Su lobo estaba que ardía en celos y él solo quería abrazarlo y marcarlo con su aroma y quitar el olor a miel de su cuerpo.

Claro que ocurre algo Hyunjin, ocurre que no te quiero cerca de esa omega. Porque yo soy tu único omega, solo yo puedo besarte y dejar mi aroma marcado en ti, solo yo.


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[Marca accidental] «Hyunin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora