Capítulo 17 (Final)

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A inicios de la llegada del otoño Jeongin dio a luz a su pequeño bebé. Aun se encontraba en el hospital, esperando ver por primera vez en persona a la personita que crecía dentro de él. Hyunjin se encontraba fuera de la habitación firmando algunos papeles respecto a las cuentas del hospital. El alfa había hecho que el hospital firmara un acta de confidencialidad respecto al parto de su pareja, no quería poner en riesgo la integridad de su omega ni de su hijo.

Para cuando termino con todo el papeleo respecto a la estancia dentro del hospital Hyunjin se dirigió a la habitación en donde Jeongin se encontraba reposando. Ninguno de los dos había podido siquiera ver a su bebé, el medico les había dicho que antes de poder dárselos tenían que hacer el procedimiento de rutina, su salud es estable y es lo único que le importa a Hyunjin. Todo salió bien.

Entró a la habitación en donde el peliblanco está y tomó asiento en una silla al lado de la camilla.

— ¿Cómo te sientes pequeño? — pregunto el alfa luego de tomar la mano del omega.

— Cansado — musito y sonrió al sentir el tacto de Hyunjin. Sentía su cuerpo débil, pero las ganas de conocer a su bebé eran mucho más fuertes que eso.

— Me lo imagino — el alfa sonrió al ver la sonrisa en el rostro del contrario. — Por cierto, Soyeon dijo que vendría luego que termine su turno de trabajo.

— ¿De cuándo a acá tú y ella se hablan? — inquirió con gracia, a pesar de que el tiempo ha pasado ambos alfas siguen sin llevarse del todo bien.

— Me mandó un mensaje diciendo que te cuide bien o si no me mataría — aclarado Hyunjin. Las amenazas se Soyeon ahora ya solo son advertencias, eso es un gran avance. Tal vez en un par de años hasta amigos puedan ser. Tal vez.

— Déjala, ella es así.

— ¿Así de amenazante? — Hyunjin frunce su ceño y Jeongin niega.

— Sobreprotectora — corrige a su pareja. — Esa es su manera de cuidarme.

— Yo te cuidaré más que ella — asegura el alfa y besa el dorso de la mano del peliblanco. Jeongin sonríe por sus palabras y aprieta levemente la mano de Hyunjin.

Antes de que alguno de los dos pudiera volver a hablar, la puerta de la habitación fue abierta repentinamente por una joven beta vestida de blanco. Y en sus brazos venía su bebé envuelto en sábanas blancas.

Jeongin se sentó sobre la camilla tratando de no generarse demasiado dolor y Hyunjin se levantó de su asiento de inmediato para poder recibir a su bebé.

— Aquí tienen a su bebé señores Hwang — dijo la amble enfermera y dejo al bebé en brazos de Hyunjin. Ambos agradecieron y la enfermera paso a retirarse para darles algo de privacidad.

Hyunjin quedó hipnotizado al ver a su hijo por primera vez, ese era, por mucho, uno de los momentos más felices de su vida. Sentía un miedo inminente al abrazar a su bebé, no quería hacer nada malo que pudiera lastimarlo, pero la alegría que sentía era mucho mayor que cualquier otra emoción.

— Se parece a ti, tiene tus ojos — hablo luego de unos segundos y se acercó a su omega.

Cuando Hyunjin quedó lo más cerca posible, dejo un pequeño beso en la mejilla del bebé antes de entregárselo a Jeongin con mucho cuidado.

El bebé que descansaba en los brazos del peliblanco tenía el cabello tan oscuro como la noche al igual que su padre alfa, y los ojos con un brillo en especial como su padre omega.

— Jungwon — murmuró Jeongin. Acarició con suma delicadeza la mejilla del bebé en sus brazos y su corazón se derritió al ver la pequeña sonrisa de su bebé que provocó que un par de hoyuelos marcaran sus mejillas. — Nuestro Jungwon — alzó su vista en dirección a su alfa, el cual le sonrió.

— Los amo más que a nada — Hyunjin puso su mano en la mejilla del peliblanco y beso su frente.

Y por el resto de la tarde, la pareja se mantuvo junta apreciando a su pequeño bebé. Por ese momento solo eran ellos tres, perdidos en su burbuja que los alejaba de cualquier realidad.

Desde un principio nada fue un accidente y mucho menos un problema, fue el destino que unió dos caminos distintos que se complementan entre sí. Jeongin encontró a la persona que aclara sus pensamientos traicioneros y que lo pone como prioridad, y Hyunjin encontró lo que tanto había buscado, una persona a la cual amar con locura y entregarle su corazón sin miedo a ser dañado.

Ellos son como la lluvia y el sol, distintos, pero juntos emanan una belleza indiscutible.

[★]

Este fue el capítulo final, había dicho que sería el penúltimo, pero decidí cambiar los planes a última hora. Solo me queda agradecer el apoyo incondicional que ustedes le dieron a mi historia, y espero que les haya gustado leerla tanto como a mí escribirla.
Gracias a todos.

[Marca accidental] «Hyunin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora