Draco recogió sus pertenencias sin esperar respuesta y se marchó. Durante su camino hacia la biblioteca, una tormenta de pensamientos asediaba su mente. Se preguntaba sí debería revelarle a Zabini que había utilizado su "fragancia", temiendo cómo su amigo podría reaccionar. Se planteaba sí Zabini lo malinterpretaría, lo dejaría solo o peor aún, se alejaría de él. Sin siquiera darse cuenta, llegó a la biblioteca.
Soltó un suspiro, trató de despejar su mente y divisó a Zabini a lo lejos, quien le saludó con entusiasmo. Draco se acercó y se sentó a su lado, extrayendo pergamino y pluma.
— Ya encontré los libros para la tarea y las páginas, dragón — susurró Zabini cerca de su oído, provocando un escalofrío en Draco. El de cabello albino esbozó una sonrisa y comenzó a escribir la información.
Pasaron dos horas inmersos en su labor, añadiendo anotaciones, resumiendo conceptos y forjando un vínculo en cada palabra compartida. Una vez culminaron, guardaron sus pertenencias y se encaminaron al comedor con la esperanza de conseguir algo para cenar. Draco caminaba en silencio junto a Zabini, sus oídos captando los susurros y murmullos de los demás alumnos a su alrededor.
Finalmente, arribaron al comedor y se sentaron en su mesa, que se hallaba parcialmente desocupada. Draco entretenía sus pensamientos lanzando y recogiendo su manzana verde una y otra vez, encontrando en su repetitiva cadencia un atisbo de serenidad. Volvió su mirada hacia Zabini, quien se encontraba frente a él consumiendo su comida. La curiosidad lo embargó: — Zabini, ¿Qué identificaste en la Amortentia?
La reacción de Zabini fue inmediata, sobresaltándose. Elevó sus ojos para encontrarse con los de Draco. — Uhm, bueno... — Zabini vacilaba, debatiéndose entre la sinceridad y una artimaña. — Solo puedo recordar uno...creo que era menta. No presté demasiada atención, para ser honesto. ¿Por qué preguntas? — cambió de tema en un instante.
— Curiosidad, nada más...menta. También parece que Potter percibió lo mismo. ¡Ja! Zabini y Potter enfrascados en una disputa amorosa, la rivalidad del año. — bromeó, volviendo su atención hacia la manzana.
— ¿Y tú? No trates de eludirlo. ¿Qué fue lo que percibiste en la Amortentia? Escuché al profesor decir que las fragancias eran exquisitas.
Draco dejó de reír. — Mencioné tus fragancias porque yo... — dudó antes de confesarlo. El miedo lo invadió, pero sabía que no podía seguir ocultándolo. — Porque yo no pude percibir nada... — susurró desanimado.
El semblante de Zabini cambió abruptamente. Percibió la incertidumbre y el miedo en los ojos grises de Draco. — Vamos, dragón. — tomó a Draco del brazo y comenzó a correr por los pasillos, hasta encontrar refugio en una torre que raramente frecuentaban. — ¿Qué es lo que te atemoriza?
— Es solo que... no puedo... — el desespero envolvía a Draco. Sentía una urgencia aplastante de gritar, llorar y liberarse. La sensación de opresión invadía su mente y su cuerpo, haciéndolo caer de rodillas mientras las lágrimas amenazaban con brotar. — Ayúdame... ¡Por favor, ayúdame! Zabini... necesito que hagas algo. Quiero ser normal... ¡Quiero ser como los demás! Solo ayúdame... hazme sentir normal, por favor...
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Amortentia - Drarry -
FanfictionEn la clase de pociones se había dejado hacer una "Amortentia" y registrar aquel olor. Gran sería la respuesta de Harry y Draco al oler aquella poción de amor. - ¿Qué hueles, Malfoy? - Uhm...¿tu que hueles, Potter?