IX

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Draco avanzaba por el bosque, bañado por la luz de la luna que acariciaba su rostro con el frío aire nocturno. Disfrutaba de esa sensación refrescante mientras atravesaba algunas ramas bajo los árboles. La luminosidad, antes clara y fría, se transformó en un resplandor anaranjado que irradiaba un agradable calor.

— El gran Malfoy se unió a la fiesta, ¿eh? — Harry estaba parado cerca de la fogata, buscando el calor. Draco asintió y se aproximó al fuego, situándose frente a Harry. — ¿Cómo te va? ¿Cómo te sientes? 

Draco observaba las llamas mientras jugueteaba con las formas que dibujaban. — Bien, es increíblemente extraño...hace mucho tiempo que no me sentía así. Creo que es la primera vez después de tanto que logro disfrutar de la noche...de la oscuridad en sí misma.

— ¿Por qué? No pensé que alguien como tú tendría miedo a la noche, con esa fachada oscura y todo eso. — Harry observaba a Draco, notando cómo su rostro se iluminaba con una ligera sonrisa y cómo sus ojos grises ya no parecían tan oscuros.

— Por la laguna. — Respondió de manera sencilla. Harry lo miró con desconcierto, lo que llevó a Draco a continuar. — Yo...Yo nunca me sentí normal. Durante mucho tiempo, no lograba entenderme a mí mismo. A pesar de las clases y todo, nunca tuve tiempo para pensar. Pero por las noches, cuando no tenía nada que hacer...mi mente creaba una especie de lago mental que se llenaba de preguntas y frases como: "¿Por qué soy así? No pedí ser así. ¿Por qué no puedo ser... normal? Quiero ser normal." Empecé a odiar la noche y la oscuridad por esa laguna mental que siempre me arrastraba, incluso me ahogaba.

Harry escuchaba cada palabra con atención mientras Draco hablaba. El de lentes se acercó gradualmente hasta quedar al lado del peliblanco.

— Me agotaba mentalmente. Pansy me daba espacio, y Zabini lo notó al instante. Hacía cualquier cosa para ayudarme, creaba figuritas de papel o me llamaba "dragón". Me ayudaba, pero no conseguía sacarme de la laguna. — Draco dirigió la mirada hacia Harry, quien lo observaba con suma atención. Notó la intención de Harry de querer disculparse. — No digas "lo siento". No es tu culpa, al contrario, tú me estás ayudando, algo que resulta extraño. Solo queda la última prueba, ¿verdad?

Harry asintió y extrajo la botella de Amortentia de su chamarra, entregándosela a Draco. El peliblanco tomó la botella, observando el líquido rosa con destellos. Luego miró a Harry y retiró el pequeño corcho del frasco en forma de corazón. 

Su mano comenzó a temblar, la tormenta en su mente empezaba a tomar forma, su respiración se volvía irregular. Inhaló profundamente y acercó la Amortentia a su nariz, aspirando con fuerza.

— ¿Qué hueles, Malfoy?

Amortentia - Drarry -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora