Amortentia - Drarry -

IV

Draco controlaba el fuego del caldero para que al momento de oler ninguno de los dos se quemara con el vapor, estaba tan sumido en su deber que al sentir que algo golpeaba su cabeza hizo que diera un pequeño respingo, revisó a sus lados y encontró una figurita de papiroflexia, era un dragón, lo tomó y lo empezó abrir con cuidado.

" Vino, fragancia fina, chocolate y café amargo. 

Son mi «fragancia» por sí los llegas a oler y sepas que soy yo ;)

(Es broma, no me mates)

— Zabini "

Draco sonrío con gracia y volvió a formar la figurita de papel; miro a su amigo y movió sus labios para decirle "idiota". Una vez que verifico que el vapor no lastimaba se acercó al caldero a oler la Amortentia.

— ¿Qué hueles, Malfoy? — preguntó Harry con una pluma en mano para escribir pero no recibió una respuesta.— ¿Malfoy?
Draco se acercaba cada vez más al caldero con la esperanza de oler aunque sea algo pero era inútil, recordó todo el procedimiento que hizo y no había ninguna falla. Se alejó del caldero y se apartó un poco.— Uhm...¿tu que hueles, Potter?
Harry mostraba confusión pero no quiso preguntar, se acercó a la posición y en tan sólo unos segundos los aromas inundaron su nariz.— Manzanas...árboles...menta y un perfume muy fuerte.— respondió con lentitud y escribiendo cada aroma. — Sólo faltas tú y ya. Apúrate, no quiero estar más en esta mesa.

Draco estaba perdido en sus pensamientos, escucho como el contrario describía lo que olía, miro a su alrededor y noto como los demás hacían lo mismo, incluso sus amigos. Su mente se inundó de preguntas "¿Porqué yo no huelo nada? ¿Qué hice mal? ¿Porqué no me salió? " Cada pregunta le atormentaba más que la anterior, intentando buscar respuestas pero siempre siendo arrastrando a una laguna que lo aprisionaba sin darle una respuesta.

— ¡Malfoy! Concéntrate ¿quieres? Y dime ya que rayos oliste.— exigió Potter con desespero.
Draco lo observó, siendo la mirada más vacía que Harry alguna vez vio.— No olí nada...no había aroma.
— ¿Qué? Deja de jugar y hacerte el gracioso.— la molestia en la voz de Harry era evidente pero ver como la mirada del peliblanco se oscurecía más al punto de que pareciera alguien sin vida, le preocupó.— ¿No estarás enfermo o algo? ¿Una gripe o...? — cuestionó, recibiendo una negación.— ¿Ahora que hacemos? Mierda...el profesor ya viene...