XIII

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Las semanas pasaron en Hogwarts, y la tensión entre Draco y Harry seguía creciendo. Draco estaba más decidido que nunca a enfrentar sus sentimientos y a descubrir si había alguna posibilidad de que Harry sintiera lo mismo. Cada encuentro con Harry era un torbellino de emociones, y cada vez que se encontraban en el mismo espacio, Draco luchaba por controlar su corazón acelerado.

Un día, durante una clase de Transformaciones, Draco notó que Harry estaba mirándolo de manera furtiva. Era una mirada que pasaba desapercibida para los demás, pero que Draco, con su agudeza Slytherin, captó al instante. Harry apartó la mirada rápidamente, como si hubiera sido descubierto, pero la chispa de complicidad que Draco había detectado quedó grabada en su mente.

Esa noche, los cuartos de estudios estaban sumamente vacíos, excepto la biblioteca donde Malfoy noto una cabellera castaña que pudo reconocer al instante. Draco decidió acercarse a Harry. Lo encontró en un rincón apartado, absorto en un libro. El peliblanco se acercó con cautela y se sentó a su lado.

— Potter.— dijo Draco, intentando mantener su tono casual.

Harry levantó la vista y lo miró con curiosidad.— ¿Qué pasa, Malfoy?

Draco decidió jugar con el juego que parecían estar jugando.—  He notado que has estado observándome últimamente.

Harry levantó una ceja, pero sus ojos brillaron con diversión.— Oh, ¿de verdad? Me temo que estás imaginando cosas, Malfoy.

Draco sonrió enigmáticamente.— ¿Sabes? Es curioso cómo los olores pueden ser tan reveladores. Dicen mucho más de lo que pensamos.

Harry pareció intrigado por la dirección que estaba tomando la conversación.— ¿A qué te refieres?

Draco inclinó la cabeza, sus ojos clavados en los de Harry.— El aroma de la Amortentia, por ejemplo. Es interesante cómo puede indicar las verdaderas inclinaciones de una persona, incluso si esas inclinaciones están ocultas en lo más profundo.

Harry no mostró ninguna reacción visible, pero algo en sus ojos cambió sutilmente.— ¿Y qué es lo que crees que dice sobre mí?

Draco se inclinó un poco más cerca, bajando la voz. — Que tal vez no eres tan simple como quieres que parezca, Potter. Que debajo de esa fachada de valentía y nobleza, hay mucho más.

Harry mantuvo su mirada fija en Draco, sin decir una palabra. Draco pudo sentir la tensión en el aire, la electricidad entre ellos que crecía con cada segundo que pasaba.

Finalmente, Harry habló, su voz apenas un susurro.— Y tú, Malfoy, tampoco eres lo que pareces. Hay más en ti de lo que dejas ver.

Draco se encontró atrapado en la intensidad de los ojos de Harry.— Tal vez estamos más conectados de lo que pensamos, Potter.

Un momento de silencio llenó el espacio entre ellos, pero fue un silencio cargado de significado. Draco podía sentir la corriente entre ellos, la atracción que había estado presente desde el principio.

Finalmente, Harry rompió el silencio.— Sabes, Malfoy, hay una razón por la que las serpientes son tan astutas y misteriosas. A veces, lo que parece simple es solo una fachada.

Draco sonrió, entendiendo la referencia.— Dicen que las serpientes son maestras en la paciencia y en esperar el momento adecuado.

Harry asintió, su sonrisa también enigmática.— Tal vez, en ese caso, deberíamos aprender de ellas.

Los ojos de Draco se encontraron con los de Harry, y en ese instante, todas las dudas y temores se desvanecieron. En ese instante, supo que no estaba solo en sus sentimientos, que Harry también estaba dispuesto a explorar lo que había entre ellos.

— ¿Entonces qué hacemos ahora?— preguntó Draco, su voz apenas un susurro.

Harry se acercó aún más, su aliento rozando la piel de Draco.—  Creo que es hora de dejar de jugar y enfrentar la verdad, ¿no crees?

Amortentia - Drarry -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora