26- Néctar prohibido.

23.1K 1.3K 120
                                    

—Jacob

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Jacob.

Mis ojos se ciernen sobre ella, mientras sus labios entran en contacto con los míos por primera vez en mucho tiempo. Tiempo que me ha parecido una eternidad.

Mi corazón se detiene un momento, para de repente acelerarse, mi piel se inflama al instante y sin poder contenerme mi agarre sobre su cuello y su cintura se afirma con tanta fuerza que estoy seguro que podría romperla, pero ella solo jadea sobre mi boca y su lengua sale lentamente para colarse entre mis labios.

Bajo la mirada a sus ojos cerrados, su rostro salpicado por la oscuridad y la dulce concentración que tiene en mi beso. Esa visión, es todo lo que basta para besarla como si no hubiera un mañana.

Cierro los ojos y la sostengo de verdad, la succiono de verdad y la hago mía, aunque sea un instante, entre la brumosa noche.

Esta noche que he renunciado a dormir, que dejado de lado mi humanidad y me internado en las sombras como un animal enjaulado. Deseando a esta mujer como nunca y ahora teniéndola solo para mí.

Las sombras nos consumen y yo acelero mis movimientos sobre sus labios, ella se derrama bajo mi caricia, la aprieto, la devoró como una golosina rellena de veneno letal, con el latente peligro creando alarmas en mi cabeza, pero con la adrenalina dominando mi cuerpo.

—Jacob — dice mi nombre como una tortura y alejo mi mano de su cintura para tomar la parte trasera de su cabeza, sosteniendo su cabello sedoso entre mis dedos y así pegar más su boca a la mía como si fuera posible. Mis labios se ciernen entorno a su lengua y la chupo, para seguido juntarla mía con la suya. Ella solloza más fuerte y muerde mi labio inferior con tal erotismo que ciento mi dureza dando danzas bajo mis pantalones.

Sus caricias cerca de sentirse como un bálsamo a mi desgarrado deseo y anhelo, se convierten en cuchillas que me desangran más. Es como si besarla me provocara más deseo, más dolor y más ansiosas misteriosas.

Sus dedos delgados y talentosos, se aprietan sobre mi piel, dejando que sus uñas comiencen a hundirse sobre mis hombros, mientras intenta sostenerse de ese lugar, se apretaba contra mi con tal fuerza que pareciera que si se descuidaba un momento podría caerse. Desmayarse sobre el suelo.

Su cuerpo temblaba sobre él mío como un pétalo en el viento y saber que ella estaba sintiendo el mismo ardor que yo, era casi hipnótico.

Habia esperado tanto para este momento, ambos habíamos retrasado tanto este momento, ella he aceptado un matrimonio que no quiere para retrasar esto y yo me intentado superarla follando a lo loco con otras chicas, pero era absurdo dejarla ir cuando la tentación era tan penetrante y sabía que ella tampoco podía hacerlo conmigo, lo sabía porque que su mirada me lo dice, su cuerpo pide a grito, aunque ella intente ocultarlo.

Pero esta noche era distinto.

De alguna manera no podía dormir, no podía concentrarme entre las paredes de mi habitación porque tenia esta loca sensación de que algo distinto iba a pasar entre las sombras, de que esta noche algo iba a cambiar para siempre.

Habitación 159 [#1 Los Wellington] COMPLETA ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora