Excursión - Spider-Boy

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Vacaciones de invierno. Acababa de comenzar un año nuevo, y era el último día de receso. Así que fui con Brandon, mi mejor amigo. La escuela a la que estábamos inscritos tenía planeada una visita a los laboratorios Ashcorp en la zona metropolitana del valle de México; la sede principal de la empresa.
—¿Sabes quién más vaya a ir mañana? —le pregunté a mi amigo.
—Del grupo B, sólo irán diez, y del C, irán la mayoría. Tengo buenas y malas noticias sobre el D y de nuestro grupo —respondió cauteloso; sabía a quiénes se refería.
—No sé si ir mañana, sólo es una excursión más. Puedo ir otro día, a solas.
—Es para elevar el ánimo, Logan. Oye, ¿No deseabas visitar los laboratorios Ashcorp? Además —añadió con tono burlón—, ni siquiera sabes cuál es la buena noticia: Hannah estará en nuestro grupo. Ir a Ashcorp con ella... tu sueño en bandeja de plata.
—Pero la mala noticia son Charles y Jayden —dije decepcionado—. ¿Algún día me dejarán tranquilo? De verdad, a veces sólo quiero golpearlos con todas mis fuerzas...
—Tú mejor que nadie sabes lo que provoca la violencia. Hay consecuencias.
—Y tú sabes por qué se provoca la violencia. Conoces lo que la causa.

Cambiamos de tema, no queríamos discutir. Se hizo de noche, y cuando llegué a casa, mi madre terminaba de prepararse para trabajar al día siguiente, mientras mi padre se encontraba en su celular haciendo presupuestos para materiales de construcción; ambos escuchaban las noticias a través de la televisión holográfica, cuya base estaba firme en la pared. Me acerqué para ver la pantalla y escuchar lo que estaba ocurriendo.
...también se puede encontrar a la gente más apoderada en la capital del país, la Ciudad de México. Y hablando de millonarios, el hijo de la familia Sandoval, Ian Isaac, ha "vuelto de la muerte" según palabras de los periodistas, él y su padre salieron del país con destino a China, pero durante el vuelo se produjo una falla en un motor del avión, lo que causó que cayera al bosque donde durante meses de búsqueda no se encontró rastro alguno de supervivientes, esta noticia es impactante, pues se aseguraba que él y su padre se encontraban muertos tras el accidente.
—Es sólo un chico —exclamó mi madre—. ¿No habías conocido a los Sandoval hace unos años? ¿Crees que puedas enviarle un pésame al muchacho?
—Es un millonario famoso, no creo que lo llegue a ver. Siendo el foco de atención no creo que tenga que preocuparse, tiene la vida solucionada —le respondió mi padre a mi mamá, quien se molestó un poco. Tuve un mal recuerdo que me provocó un malestar. Decidí ir a mi cuarto en lugar de seguir con aquella sensación.

Recibí una llamada, de mi sobrina. Sentí una fría sensación recorrer mi espalda, pues casi nunca hablaba por teléfono, pero cuando lo hacía, algo malo ocurría.
—¿Otra vez uno de tus sueños, Marylin? —pregunté con incomodidad.
—Lo siento, pero sólo quiero ayudar —respondió temerosa—. Es que soñé que ibas en un autobús, junto a varias personas que no reconocía —dejé el celular en altavoz—, pero sus caras eran muy detalladas para haber sido inventadas por mi mente.
—¿Soñar con autobuses es malo? Perdón, Marylin, pero un sueño no dice nada.
—¿Entonces por qué siempre ocurre lo que te advierto que pasará?

Respondí con resentimiento, y tras una pequeña discusión, colgamos la llamada. Metí mi tableta electrónica en el estuche que la escuela nos había regalado a cada alumno junto con el dispositivo, era todo lo necesario para la excursión del siguiente día. En ese momento, noté una ironía en el asunto y, un poco arrepentido, llamé a Marylin de nuevo.
—¿Dijiste que soñaste que iba en un autobús? —pregunté con vacile.
—Sí —respondió temerosa—. Ibas en él, y vi los rostros de más personas.
—Leí algo sobre los sueños premonitorios, ¿Crees que viviste algo así?
—¡Gracias! —respondió emocionada—. Creo que fue uno interpretativo porque...
—Mañana iré de excursión —interrumpí—. Iré en autobús. Curioso, ¿No crees?

Marylin se molestó y colgó la llamada. Al día siguiente fui a la escuela, en la cual ya estaban los autobuses preparados para la salida. Brandon llegó, pero lo mandaron a otro de los vehículos, junto con Charles, así que estuve solo. Aunque había algo que lo compensaba: Hannah, la chica que me gustaba. Se encontraba en el mismo autobús que yo. A pesar de ser al que llevaba más tiempo conociendo, estaba más concentrada en apoyar a los maestros para mantener calmados a los alumnos. Pero el simple hecho de verla ahí compensaba la soledad. Ella pasó por todos los lugares para preguntarnos si necesitábamos algo; como si tuviera un instinto natural y desinteresado de ayudar.

El Arácnido, el Soldado y el velocista: Tres historias de origenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora