Desperté en una habitación extraña, un entorno minimalista y con colores monótonos; muy estrecha, diseñada para una sola persona. Un hombre de piel morena entró y me extendió su mano, pero al no conocerlo, lo tomé con fuerza y lo lancé contra el suelo, dejando una gran marca en el piso. Salí corriendo y me encontré con un grupo de soldados desarmados, aun así dispuestos a luchar. Golpeé en la cara al primero que se acercó, luego detuve el golpe del siguiente para romperle el brazo, al tercero le di una patada en la pierna para tirarlo al instante, me incliné hacia atrás para esquivar el golpe del cuarto soldado, lo tomé del cuello y lo arrojé contra los demás. Todos estaban en el suelo, apenas podrían levantarse, así que corrí, hasta que escuché los pasos de más personas detrás de mí, volteé y me di cuenta de algo peculiar de ellos, un aro de luz en la sien, miradas inexpresivas y moviéndose como si de una coreografía se tratara; eran androides. Miré hacia adelante otra vez, y otro grupo de ellos se acercaba, estaba perdido, pero no me iría sin luchar. Lancé un golpe contra un androide, pero me esquivó, pateé al que estaba detrás de mí, y sostuvo mi pierna para hacerme tropezar, entonces comenzaron a golpearme repetidas veces hasta que me desmayé.
Desperté en el mismo lugar, la marca en el suelo seguía ahí, y tenía la mano izquierda esposada al catre. El mismo hombre (que noté que era casi cinco centímetros más bajo que yo), volvió a entrar escoltado por soldados blindados y armados hasta los dientes.
—Lo siento, no queríamos alarmarte. Debí haber empezado con el diálogo en vez de sólo estrechar las manos —dijo el adulto con una voz firme pero cálida a la vez.
—Ariana está en peligro —respondí—, su hermano, Troy Ashford...
—Sí, ella está bien, sabemos lo de su hermano y por eso los trajimos a los dos aquí. Les vamos a ayudar a detenerlo. Somos A.H.E.S.I.I, una agencia homologada dedicada al espionaje e inteligencia internacional. Tal vez hayas oído de nosotros.
—No importa mucho. Pero creo que no trabajan directamente, al menos no en la mayoría de sus casos, ¿No? Por eso que tienen que recurrir a buscar a alguien que trabaje oficialmente en este caso, en vez de ir ustedes mismos.
—Sí y no. No queremos llevarnos nada de crédito por esto, pero tampoco podemos hacerlo. Si fracasamos, y la INU se entera, toda la agencia correrá peligro. Sabemos que tienes potencial, con tus poderes y nuestros recursos será más fácil.
—Sus máquinas me derrotaron, ¿Por qué no las mandan a ellas con Troy?
—Lo hicieron porque no tienes entrenamiento, actúas por instinto, sin un orden o técnica. Los androides, a diferencia de nosotros, no necesitan calentar ni prepararse para una pelea, ni sienten dolor cuando los golpeas, así te derrotaron tan fácilmente. Tu amigo, Logan, entrenó artes marciales mientras Ashcorp te tenía, si no fuera por él, habrías perdido contra los androides de la empresa; y el vigilante de las islas californianas es un exlegionario —Mis ojos se abrieron de par en par—, seguro has oído de ellos también. Pero tú sólo tienes entrenamiento en calistenia, no en defensa personal. Aquí te prepararemos para que los androides no sean rivales para ti, y cuando estés listo, Troy Ashford sólo será un rival más.Ariana entró confundida a la habitación, seguida de dos guardias de seguridad menos protegidos y hostiles que los que venían con el hombre. En cuanto la pelirroja me vio, su rostro cambió a uno más tranquilo. Me quitaron las esposas y todo el mundo dejó la habitación, dejándonos dentro únicamente a Ariana y a mí, sin saber qué decir.
—¿Estás bien? —preguntó ella, sentándose a un lado de mí.
—Sí, es sólo que este lugar es muy extraño, es como si fuera un sueño.
—Quisiera que lo fuera —respondió melancólica—. No puedo creer lo que hice.
—Actuaste por instinto en una situación extrema, y lo que ocurrió fue un accidente, no debes culparte por algo que no fue intencional.
—Es que... Ella fue la única amiga que tuve, toda mi vida la pasé junto a mi hermano, haciendo todo lo que me dijera, y siempre supe que él era horrible, pero nunca me atreví a enfrentarlo. Cuando conocí a Ximena aprendí que podía confiar en la gente, y aprendí a preocuparme por los demás, y fue entonces cuando planeé esto. Ustedes dos han sido las únicas personas en las que he podido confiar en toda mi vida.
—Mira, cuando esto termine, te rodearás de gente en quien puedas confiar, te lo prometo. Yo siempre estaré ahí para apoyarte en lo que necesites, es lo menos que puedo hacer después de lo que tú hiciste por mí —Esbozó una sonrisa amable.
—¿Lo haremos juntos? —preguntó ofreciéndome su mano con calidez.
—Sólo dime algo, ¿Por qué me ayudaste en primer lugar? Sé que no fue por mí.
—Quería exponer a mi hermano. Nuestros padres abrieron la empresa buscando ayudar a los demás a alcanzar su mejor potencial. Mi hermano deformó esa visión.
—Entonces, ¿Qué piensas hacer con sus recursos cuando todo esto termine?
—Lo que mis padres querían. Abriré una escuela con niveles educativos básicos hasta los superiores, todos los alumnos podrán estudiar lo que les plazca, y lo harán de la mejor forma posible —La miré directamente, asegurándome de que estuviera segura.
—Bien —respondí poniéndome de pie—. Lo haremos juntos entonces.El hombre volvió a entrar con un dispositivo de almacenamiento y una tarjeta llave, nos llevó a la salida y nos subió a un auto que nos llevó a una casa, Ariana usó la tarjeta para abrir la puerta. Era un lugar muy cómodo, con suficiente espacio para los dos, aun así me sentía muy enclaustrado, un mensaje de voz de ese hombre se reprodujo en cuanto nos acercamos a la sala. «Bienvenidos a la casa segura de A.H.E.S.I.I en la ciudad de Monterrey. Hay una habitación subterránea con suministros para todo agente o socio de la agencia, la entrada se encuentra al lado del comedor»
Antes de dirigirnos a esa habitación, Ariana y yo nos empezamos a instalar en el lugar mientras comíamos unos aperitivos. Observé el lugar, y realmente me sentía cómodo, pues había dos habitaciones con una cama en cada una, como si hubiera sido hecha para vacacionar en lugar de para refugiar a agentes de A.H.E.S.I.I.
—¿Qué tienes planeado entonces? —pregunté mientras Ariana veía su tableta.
—Podemos usar un prototipo de Hellking. Es una antena, nos permitirá redirigir las señales de Ashcorp, o hacer de intermediario. Nos dirá dónde está cada trabajador, incluyendo a mi hermano —La chica mostró una imagen del dispositivo que mencionó.
—Con ayuda de la agencia, funcionará, ¿Dónde las colocaremos?Inmediatamente al entrar en la casa encontrábamos la sala, con el primer cuarto al lado, y el comedor al frente. En medio de ambas habitaciones estaba la cocina, angosta, pero con espacio suficiente para dos o tres personas. Solamente las recámaras y el baño se encontraban divididos por paredes. Al fondo del piso franco se encontraba el cuarto de aseo, que realmente parecía diseñado para dos inquilinos en casa.
Al lado del baño había una pared completamente pintada de beige, contenía un patrón de mosaicos. Al tocar ese diseño, instantáneamente se abrió ante nosotros la entrada a unas escaleras subterráneas. Llevaban hacia una habitación oscura por la que avancé cautelosamente, y cuando estaba a la mitad del camino de escalones, el sitio se iluminó por completo, mostrando un lugar amplio, con paredes interactivas que mostraban imágenes de paisajes utópicos. En el centro se encontraba un escritorio amplio, con tres monitores conectados a una computadora, audífonos, teclado y micrófonos. Al fondo de la habitación había un pequeño gimnasio, lo suficientemente grande para alguien que sólo entrena con peso corporal. La alegría del sitio contrastaba con la imagen de un calabozo en el centro del cuarto, cuyo color oscuro resaltaba entre toda la belleza tecnológica alrededor; finalmente, no dejaba de ser un refugio para agentes de seguridad. Pero lo más sorprendente para Ariana y para mí, fue cuando miramos al otro lado, pues había una gran vitrina que mostraba un traje militar hecho a medida, con varias armas blancas y de fuego, pintado con unos colores representativos: verde, blanco y rojo, con una gran águila de color café en el centro.
—Supongo... que esto es para mí —exclamé sorprendido.
—Adelante, póntelo —respondió Ariana—. Seguro que será mejor que un paliacate y unos guantes, sin ofender a tu amigo —Sonreí y observé el traje de nuevo.
—Pues todos los soldados usan uniforme, y no quiero ser la excepción —Me puse el conjunto, y miré todas las armas que tenía—. No quiero ofenderte —dije mientras tomaba las fundas de pistolas—, pero no me siento listo para usar una de éstas.
—Claro. Aunque creo que necesitarás un seudónimo —Asentí con la cabeza, miré mi traje y mi escudo con alegría—. ¡Eso es! El águila real, los colores de tu traje, iguales que los de la bandera... ¿Qué te parece llamarte águila real?
—Es un nombre muy patriótico, un poco ególatra a mi parecer, acepto los colores de mi traje por mi país, pero creo que todos pueden ser soldados, metahumanos o no.
—¿Entonces Eagle Warrior? —Los dos sonreímos al mismo tiempo...
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El Arácnido, el Soldado y el velocista: Tres historias de origen
Science FictionPortada hecha por Grecia Leal, @GlowSpeech En el año 2055, el mundo se enfrenta al inesperado resurgimiento de los metahumanos. Spider-Boy, Eagle Warrior y Quickshoot se verán abrumados por la carga de una identidad que nunca eligieron. A medida que...