1- Doce.

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Estaba cansado de andar con Five a mi lado. Y cuando quedaba con Lisa ya era una muerte lenta y dolorosa. Mujeres que siempre estan hablando de sus cosas, de sus novios, de sus horribles amigas que cuentan sus secretos. Encima te hacen andar mas rápido para que no te enteres. Sinceramente seria mejor si no quedara con ellas, pero Five siempre quiere hablar conmigo o darme un abrazo y no se lo voy a negar, al fin y al cabo es mi mejor amiga. Hoy íbamos a comprar el regalo de la madre de Five y Lisa tenía que hacer un trabajo con un compañero de clase. Así que íbamos solos.

-Oye, Nine, ven. ¿Te gusta ese vestido para mi madre? -Five siempre vestía bien y elegía buena prendas.
-Es bonito, pero ¿estás segura de que un vestido es una buena idea? No sé, podrías comprarle un libro, un disco...
-¿Qué más da? Además no me sé sus gustos así que mejor un vestido de su haya y listo.

¿Veis? ¿Para que me pregunta si va a acabar haciendo lo que quiere? Siempre hace lo mismo. En los restaurantes siempre pide por mi como si supiera que me gustaría comer o incluso en las tiendas me compra, con mi dinero, la ropa que ella decide para mi. Suerte que casi nunca falla y me gusta lo que escoge. La gente empieza a llamarnos novios y yo estoy cansado de eso. ¡No soy ningún novio de nadie!

Five ya había terminado de comprar el vestido y ya no teníamos nada que hacer.

-¿Quieres un helado? -pregunté mientras pasábamos al lado de escaparates donde se quedaba pegada como una lapa. -¡FIVE! ¿Quieres un helado? -repetí.
-Si si, por supuesto. De chocolate y nata con almendra por arriba y caramelo por dentro.
-Te aprovechas de que te invito para coger lo mas caro.
-¿Esa imagen tienes de mi? -dijo poniendo esa cara tan fea que pone siempre cuando intenta bromear.- Acabarás teniendo problemas. Dice Lisa que ha conocido a un chico que es fuerte, lo puedo utilizar en tu contra.
-Una pena que sea amigo de Lisa y no tuyo.-Five se acercó a mi, suspiró y se echó a reír.

Me sentía bien cuando la veía sonreír, ella siempre ha sido una chica más seria y triste, por llamarlo de alguna manera. Desde que conoció a Lisa es menos tímida y eso me alegra. Aunque si que hay que decir que casi todo su avance ha sido gracias a mi, que para eso soy su mejor amigo.

Después de comernos el helado y acabar de ver las tiendas cogimos el metro para volver a casa. Durante todo el camino Five estuvo leyendo un libro que se acababa de comprar y yo escuchaba música. Five vivía en la calle de atrás a mi casa así que siempre solemos ir juntos en los caminos y al final acabamos por cansarnos y nos poníamos música los dos. Es una gran ventaja ya que no tengo que escucharla decir cosas hasta que quedamos una hora después los tres en su casa. Lisa vivía en el otro lado del pueblo pero siempre hacia el esfuerzo de venir a casa de Five.

Le acompañé a casa y justo cuando crucé la esquina apareció Lisa corriendo como una loca. La chica se echó a mis brazos y me "ordenó" que la llevara a casa de Five en brazos. ¿Pero quién se creen que soy? ¿La mascota? Total, que lo hice como buen caballero y al final me quedé a escuchar. Al parecer su compañero de trabajo le había hablado de un nuevo alumno del instituto que se apuntaría mañana. Y que lo sabía porque era su vecino. Al parecer su nombre era Twelve y Lisa estaba atacadisima al pensar que, como nosotros, tenía como nombre un número en ingles.

-Tranquila Lisa, solo sus padres tuvieron las mismas ideas y ya. No formamos parte de una oscura secta de números. -dije riéndome.
-Eso es cierto Lisa. Anda, vuelve a casa y no le des mas vueltas, mañana lo veremos. -le invitó a salir de su casa Five. -Además, que tengo muchísimo sueño. Adiós, chicos, nos vemos mañana.

Lisa y yo acabamos fuera de su casa a empujones, como si no quisieramos salir nunca de su casa. Bueno, hablando de Lisa no me extrañaría.

El caso es que Lisa ahora estaba loca por ese chico y mañana nos esperaria un día duro de detectives para saber más sobre el extraño alumno con un doce como nombre.
La verdad, ¿a que ser humano se le ocurrió que nueve, cinco y doce eran buenos nombres?

Bah, acabé por acompañar a Lisa hasta la esquina del parque entre su casa y la mía y por fin pude ir a mi casa. Y al llegar deseé no haberlo hecho nunca. Mis padres andaban otra vez peleando porque yo, había causado problemas con un ordenador de clase. Si, se podría decir que soy un chico malo. Pero la verdad es que solo intento entender los ordenadores y esta vez provoqué una pequeña explosión en éste que les costó el dinero a mis padres. Al menos tengo la suerte de que a mi me dejan en paz por mucho que yo haga.

Subí a mi habitación y me tiré en la cama a mirar el techo. Poco después recordé que tenía deberes de historia y que encima tenía que entregarlos a primera hora. Así que me levanté y me tiré en el escritorio. Sé que no era buena idea esa de dejar esos deberes sin hacer, pero podría saltarme historia. Nunca he hecho algo parecido pero es que no quiero ganarme ningún castigo mayor por parte de la profesora, siempre anda mandando copiar el libro entero.

Me dormí en el escritorio y por suerte me desperté antes que mis padres y antes de la hora de entrar en clases. Me vestí con el uniforme, cogí la maleta la cual solía llevar mas herramientas que libros, y salí de casa hacia la casa de Five, como cada mañana. De allí fuimos al parque a recoger a Lisa y después al instituto que estaba a unas manzanas más del parque. Los tres vivimos lejos del centro y no tenemos otro medio de transporte que no sean los pies. Gracias a eso tengo buena resistencia física y apruebo gimnasia.

Como era de esperar, Lisa siguió hablando del chico éste, ¿cómo se llamaba?
-Twelve. -dijo Lisa.- Es que Twelve. Suena a persona inteligente y apuesto. Seguro que es un chico alto con los ojos azules y muy formalito. Seguro que os toca en vuestra clase.

Es cierto, se me olvidó comentar que Five y yo teníamos 18 pero Lisa tenía 16. Y eso es lo que tiene esa chica, 16 años, hormonas descontroladas y una mente muy imaginativa. Demasiado para mi gusto, sinceramente. Pero la tengo que aguantar, al fin y al cabo no es tan insoportable.

Una vez en el instituto Lisa corrió a su clase y yo avisé a Five que me saltaría Historia y se fue a clase sin decir nada. Yo me dirigí hacia la parte de atrás del centro y me senté en el suelo. Poco después vi a un chico sentarse un poco más a mi derecha que me miraba fijamente. O se piensa que con los auriculares no veo o es que quiere que me de cuenta que me está mirando. Me cansé y busqué el móvil para apagar la música, cuando volví a mirarle ya no estaba. ¿Qué le pasaba a ese chico? Parecía menor que yo pero no tenía cara infantil. Parecía bastante simpático y tenia unos ojos bonitos y ¿en qué se supone que piensas Nine? ¿No te gustaban las chicas?

El chico no volvió a aparecer y la verdad, estaba deseando volver a verlo. No sé por qué, ni que me gustase. Pero tenia curiosidad. Fui a clase y Five me contó que pasó en historia. No gran cosa. En el recreo volví a ver a ese chico pasar y al minuto Lisa venir hacia nosotros.

-¡Está en mi clase! Twelve está en mi clase. Es moreno, con el pelo rizado y los ojos marrones. -lo describió Lisa.
-Felicidades, enana, a ver si hablas con el y te sacas un novio.
-Callate, Nine, no eres el más indicado para decir eso. -hizo una pausa.- Pues a primera hora no vino porque dijo que se perdió por los pasillos y buen...

Espera, a primera hora... ¿Y si fuera él ese chico?

Sonó el timbre y volvimos a clase. Mi pasillo era el opuesto del de Lisa. Así que controlaba que no se saltara las clase o hiciera gamberradas. Miré por la ventana hacia su pasillo y la vi venir seguida el chico de esta mañana.

-YA, TWELVE, PUEDES DEJAR DE SEGUIRME?-Dijo Lisa con un tono superior.
-Voy a tu misma clase, idiota. No me gustas ni nada por el estilo. Pero por cierto -era él, el chico de esta mañana era Twelve.- tengo que preguntarte algo.

Twelve había empujado a Lisa contra la pared y estaba atrapada. La mirada de Twelve imponía y sabia que Lisa se dejaría llevar y no sé hasta que punto puede llegar este chico. Así que corrí hacia allí y al llegar escuché como le pedía mi numero de teléfono.

-Oye tu, Doce. -dije acercándome con superioridad.
-Twelve, si no te importa.
-Me importa. Es mi amiga, sueltala si no quieres llevarte un regalo el primer día de clases.
-Uy, parece que he encontrado al chico malo de la escuela. -dijo soltando a Lisa.
-¿Para que querías mi teléfono?
-Para hablar contigo, estamos en el siglo XXI.
-Pues lo llevas claro.
-¿A caso quieres que vuelva a hacerle daño a tu amiguita? -dijo con una sonrisita que empezaba a odiar.
-Tu sabes lo que te espera. Ahora entra en clase, Doce, y que no te vea hacerle nada a Lisa porque no quieres verme cabreado.
-¿Más? ¿En serio? Tendré que probarlo.-sonrió y entró en su aula gritando-. Soy un Danger boy

Boom (Nine y Twelve - Zankyou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora