11- ¿Qué?

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//Narra Nine//
No sabía si estábamos preparados o no para esto, pero las ganas me corrompían y empezaba a dudar si realmente quería a Twelve o solo quería follármelo. Pero no podía ponerme a pensar en eso. Acababa de mandarle una indirecta muy directa de que iba a entrar dentro de él... Pero, ¿Cómo mierdas se hace esto?

Está mal decir esto, o al menos a mí me da vergüenza, pero había visto ciertos videos para llegar aquí más preparado, pero estaba totalmente en blanco. Se lo atribuí a las pajas que me hice mientras los veía. Cosa de la que tampoco estoy muy orgulloso.

Pero lo intentaré sin saber. Twelve lo pedía, estaba besando mi cuello soltando suspiros porque mi mano seguía rozando su miembro erecto. Estábamos empapados en sudor encima de mi cama, inundando mi habitación de placer.

-Nine... ¿Sabes cómo, verdad?

No, mierda, dudaba de mí. Le miré intentado parecer creíble y le dije que sí, pero el me miró, se rio y se acercó a mi oreja.

-Antes de meter tu pene debes dilatar, o me dolerá más de lo que creo que puedo aguantar... -Me susurró.

Está bien, ya me acuerdo. Dos o tres dedos, de uno en uno. Era fácil. Pero lo era solo para mí. Los gritos de Twelve estaban rompiendo mi corazón y él estaba rompiendo mi espalda con tanto arañazo. Intenté calmarle cuando introduje el segundo dedo dentro de él, pero Twelve no paraba de retorcerse de dolor.

-Si no te estás quiero dolerá más. -Dije sacando los dedos y recibiendo un suspiro de alivio de su parte.
-¿Ya?
-Sí... creo que ya.

Vale, su mirada desprendía confianza pero no, yo no sabía que estaba haciendo. Aun así, lo levanté un poco y lo fui bajando poco a poco mientras mi pene se introducía dentro de él con mucho cuidado. Un cuidado que interrumpió Twelve cuando él mismo se dejó caer mientras gritaba.

-Mientras antes acabe este sufrimiento mejor. -Sonrió.

Supongo que era normal, éramos vírgenes ambos y a la primera nada sale bien. Pero Twelve se calmó y volvió a sus pequeños gemidos de antes mientras disfrutaba de mi torso desnudo. Twelve se veía realmente adorable estando así, y de confesar que alguno de sus gritos de dolor han hecho que me excitara más. Twelve empezaba a respirar con más dificultad pero aseguraba estar bien, yo también estaba muy bien. Los gemidos de Twelve se intensificaron cuando mis estocadas aumentaban, también aumentaron los arañazos, los besos, los tirones de pelo. Este chico era un bruto de cuidado, pero me gustaba. Me gustaba sentirle así de cerca, así de mío. Me gustaba rozar su cuerpo sudoroso y escucharle disfrutar tan cerca de mí. Me gustaba él.

Twelve parecía una perfecta pasiva sumisa hasta que vi que su mano se movía, como podía, de mi espalada a su pene. Di que sí. Yo tenía las manos ocupadas sujetándole a él. Así que él solito iba a hacerse una paja entre su abdomen y mi abdomen. La verdad que la idea no era del todo mala. Iba a ver como disfrutaba por doble ese enano. Iba a ver como no podía contenerse y acabaría corriéndose en mi pecho.

Mis estocadas aumentaron de velocidad al pensar y notar todo eso. Yo estaba casi a mi límite de fuerzas y de todo, estaba a punto de correrme. Pero al parecer el chico me leyó la mente y decidió tomárselo como una carrera. Su mano empezó a ir más rápido y sus gritos de placer eran cada vez más comunes. A Twelve no le gusta perder. Se corrió encima de mí cayendo rendido en mis brazos y se sobresaltó cuando yo me corrí dentro de él. No pareció importarle porque si quiera intentó cambiar de postura. Nos quedamos así un rato hasta que los dos recuperamos algo de aire. Twelve se acostó en el otro lado de la cama y yo acaricié su abdomen y zona púbica. Twelve se estremecía.

-Nine... -Dijo en un susurro casi inaudible.- Te quiero.

Eso no me lo esperaba para nada. El enano este me acababa de decir te quiero después de tener sexo y mientras le acariciaba. Me estaba volviendo loco y él no lo sabía. Lo moví para que quedara boca arriba y me senté casi encima de su pene que iba recobrando su forma natural. Me acerqué lentamente a él mientras mi mano rozaba su cuello y le besé. Él puso sus manos en mi espalda y se percató de los arañazos. Me sangraba.

-Nine, tu espalda. -Dijo apartándome.
-Has sido tú, idiota. Mira, así ambos tenemos heridas. -Me reí acariciando su labio inferior.

Él sonrió y me miró. Esa era la cara que más me gusta de él. Tenía los ojos llorosos pero no quería llorar, no iba a llorar, sería de la emoción. El pelo despeinado y la cara suave después de haber estado muy mojado.

-Vamos a tomar un baño, anda. Tu semen sigue cayendo por mi abdomen.

Twelve se sonrojó y cuando nos levantamos me abrazó por la espalda. Era más bajo que yo y realmente me encantaba que me abrazara así, me sentía algo más para él. No sé si me explico. Los dos nos metimos en el baño y él entró en la ducha mientras yo sacaba toallas limpias. Luego entré con él y nos duchamos juntos. Era la primera vez que nos duchábamos juntos. Antes nos daba vergüenza o algo así y nunca lo propusimos ninguno de los dos. Pero parece ser que hoy ninguno de los dos se ha planteado si está bien, mal, o cualquier cosa. Simplemente aquí estamos, yo frotando su espalda mientras me cae el agua por la mía y él lavando su pelo.

No tardamos mucho en acabar porque tampoco queríamos acabar teniendo sexo otra vez en la ducha, Lisa nos esperaba. Recogimos nuestras cosas, el pijama y tal y lo metimos en una maleta. Eso me recordó que aunque yo estaba expulsado Twelve y Five deberían de haber seguido yendo a clase. Ambos se han perdido lunes y martes.

-Oye, Twelve, deberíamos ir a clase. -Dije saliendo de casa.
-Ya si eso mañana me voy con Lisa, que ella ha seguido yendo. -Me miró.- Además tu estas expulsado.
-Pero debo avisar sobre lo de Five.
-Tienes razón. Mañana vamos.
-No has cogido el uniforme. -Dije parándome antes de seguir alejándonos de casa.
-Mierda. -Se rio.- Espérame, ahora vuelvo. -Y salió corriendo hacia casa.

Llegamos a casa de Lisa un poco cansados. Ella nos había preparado la cena aunque su madre le había ayudado. El padre nos recibió educadamente, era un hombre muy simpático. Cenamos y subimos las cosas para el cuarto de invitados. Solo había una cama pero Lisa les había explicado a sus padres que éramos pareja y que no nos molestaría dormir en la misma cama, y tenía razón. Sus padres no dijeron nada al respecto y los tres nos fuimos al cuarto de Lisa a pasar la noche hasta que nos diera sueño.

-Oye, Lisa. -Twelve estaba serio.- ¿De verdad quieres involucrarte en esto? Mañana podría estar tu casa ardiendo, ya nos pasó una vez.
-Tranquilos chicos. Mi padre es policía, si son inteligentes no vendrán aquí a menos que no esté mi padre, cosa que solo ocurre por la tarde. -Dijo ella colocando su uniforme en la silla.- ¿Mañana vamos los tres a clase y luego nos pasamos a ver a Five?
-Sí, me parece buena idea. -Dije yo mientras acariciaba el pelo de Twelve.- Os esperaré en la salida, yo estoy expulsado.
-Es cierto, venga vamos a dormir. Se va a hacer tarde.

Dicho esto, nosotros nos fuimos a nuestra habitación dejando a Lisa sola y nos metimos en la cama. Espero que mañana no me pase nada esperándoles.

Despertamos gracias al despertador de Lisa. Tiene el despertador bajo la almohada, vibra y suena muy fuerte, pero aun así ella no se despertaba. ¿Cómo era posible? Twelve la despertó mientras yo iba al baño y ninguno de los tres nos demoramos en vestirnos y salir. Era un día bonito. Llevaba un manga para leer en la espera y mi mp4. Hacía mucho que no escuchaba canciones.

Todo salió bien, los profesores entendieron lo de Five, estos dos fueron a clase y yo esperé en la calle con mi música y mi lectura. Pero la vibración del móvil me desconcentró y tuve que releer una página entera. Después de eso, miré que había sido.

"Tenemos que decirte una cosa tu padre y yo." -Mamá.
"¿Dónde estás? -Mamá.
"Nine, por favor, vamos para allá, estés donde estés." -Mamá.

"Cálmate, estoy en la puerta del instituto." -Nine.

¿Qué le pasaba? Ella no solía hacer eso, me llamaba para saber cómo estaba y dónde estaba. Algo pasa. ¿Será por papá? No sé. Pero ella tenía razón, los estaba viendo acercarse en el coche. Ella bajó corriendo hasta mí.

-Nine, nosotros te queremos mucho, no queremos que mueras.
-No voy a morir... -La verdad, era la primera vez que se preocupaban por mí.
-Nos mudamos, Nine. -Dijo mi padre.

¿Mu-Mudarnos? No puede ser verdad...

Boom (Nine y Twelve - Zankyou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora