3-¿Doce?

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-¿De que quieres hablar, enano? -le pregunté echándome en la pared.
-Vámonos, no quiero que nos vean.

¿Qué? ¿Vernos haciendo qué? ¿No pensará que le voy a volver pegar? Por pensar me quedé parado y él acabó por cogerme por el brazo y tirar de mi. Y acabamos detrás del instituto, donde lo vi por primera vez, mirándome dulcemente.

-¿Me dices ya de qué quieres hablar? -dije soltando enfadado la mochila en el suelo.
-A ver, reconozco que me merecí ese puñetazo, pero no te lo voy a dejar pasar. -Me empujó contra la pared.
-¿Eres imbecil? -le cogí del brazo- ¿Qué mierdas te crees que haces?

No se preocupó por su brazo y se acercó mas a mí con esa mirada, que me ponía nervioso, como si fuese a hacer algo que no debía. Algo que acabó haciendo. Me estaba besando. El enano me estaba besando, incluso hizo el esfuerzo de subirse él para no tener que bajarme. ¿Era delicado porque si o porque era yo? Bueno, pues yo, tonto, me dejé llevar y le cogí de la cintura con ambas manos. Estaba disfrutando del momento. No. Estaba asqueado. Eso era. ¿Pero a quién intentas engañar, Nine? Estabas disfrutando como si no hubieses besado nunca jamás en la vida. ¿Era por doce? Yo que sé, solo sé que subí mi mano derecha y le acaricié la mejilla. Y aún tenía esa parte hinchada y me separé de él. Doce estaba besando al que horas antes le había desfigurado la cara.

-No sabía que te gustasen los hombres. -dijo riéndose.
-Y no me gustan. -Le empujé y cogí mi mochila.
-Bueno, si te empeñas... -Me agarró de la camiseta del uniforme para que no siguiese andando.- No sabía que te gustase yo.

Ya me había sacado de quicio y encima estaba rojísimo. ¿De verdad me ha gustado ese beso? ¿Me gusta el menor? Nine, sal de aquí. Tiré de mi camiseta de uniforme y me fui a mi casa.

No pude evitar pensar en él mientras volvía a mi casa. En como me miró antes de hacer eso, que me hizo caer en su red, como me acariciaba la cintura y el muslo, como... Me toqué el pantalón y no lo encontraba... Como me quitó el teléfono. Maldito sea el día en el que lo concibieron. ¿Es que no puede estarse quieto? ¿Y que hago yo ahora sin mi móvil? Estoy expulsado una semana y no sé dónde vive ese asqueroso. ¿Me ha utilizado para quitarme el móvil? Repugnante. Pero no besaba mal y cuando terminamos de besarnos su cara no expresaba especial superioridad. Decidí no darle muchas vueltas y me limité a ir rápido para poder escuchar música en el ordenador cuando llegase a mi casa.

Allí puse una lista de reproducción y me tumbé en la cama. No había nadie en casa aún y deseaba que no la hubiese jamás. Tendría que explicar el por qué de la expulsión, con todo detalle. Estoy seguro que cuando vean que me desapareció el móvil, irán a hablar con el director... ¿Qué? No no, cuando se enteren empezarán a pelear entre ellos y yo seguiré en mi cama.

Después de una hora, más o menos, me aburrí de estar en la cama y cogí mi ajedrez y comencé una nueva partida. Sí, solía jugar solo menos cuando Five llamaba para jugar. Me gustaba mucho el ajedrez ya que no era bueno en los demás deportes, era un chico listo. Bueno, lo era para lo que yo quería. En el instituto era un desastre. Tres partidas y aparecieron mis padres gritando, saludándome y gritando. ¿Ya había dicho que estaba harto de que me ignoraran, no? Pues es esto.

Ahora estaba en casa de Five con Lisa y ella. Íbamos a merendar y hacer los deberes juntos. En realidad iban a hacer los deberes juntas ya que yo no me iba ni a molestar. Estaba sentando apoyadome en la cama de su habitación mientras jugaba al ajedrez. Este era el que le regalé yo, casi igual que el mio salvo que los colores suyos eran blanco y azul y el mio blanco y morado.

Hubo un silencio y me planteé el contarle a estas dos lo que había pasado con el chico. Pero me daba miedo que lo difundieran, aunque no fuese intencionadamente. Incluso tenía miedo de lo que me dirían a mi, que nunca me ha dado vergüenza o miedo algo. Así que acabé por callarme y tararear canciones mientras duraba el silencio.
Al final me fui a mi casa porque me aburría y me dormí. Necesitaba seriamente mi teléfono. Realmente no sé para qué pero no me hacía gracia que lo tuviese él. ¿Para qué lo quería? No podía imaginar lo que pensaba ese idiota. Robarle el móvil a un chico mayor que acababa de besar. No lo entendía.
Sonó mi puerta.

-¡NINE, IDIOTA ABREME YA! -Gritó Five desde fuera.
-¡PERO SI ESTÁ ABIERTO, FIVE! -Gritó también Lisa.
-Lisa, tu voz suena a mierda, callate un poco, renacuajo. -Dije mientras entraban y me arreglaba el pelo despeinado después de haber dormido.
-¡NINE! -Se tiró encima mía.
-¿Se puede saber por qué no contestas al móvil? -Preguntó Five sacando a Lisa de encima mía antes que le pudiese pegar.

Mierda, se han dado cuenta. Bueno, no, Nine, no se han dado cuenta. Inventate algo, lo que sea, no tienen por qué sospechar de que te besaste con el nuevo. Rápido, te están mirando impacientes.

-Esto... Me lo quitó el instituto. Cuando le pegué al chico en la cara -si, estaba especificando donde fue el puñetazo y no sabía por qué.- se cayó al suelo y decidieron quitármelo así como extra del castigo.

Al parecer soné convincente y no volvieron a preguntar sobre mi teléfono. Pero por desgracia venían por otra cosa.

-BUENO, ESO YA ESTÁ ARREGLADO. TE LLAMÁBAMOS PORQUE HEMOS VISTO A TWELVE PARADO EN NUESTRA PUERTA DURANTE UN RATO Y -estaba gritando demasiado y me estaba empezando a molestar así que le tapé la boca a esa enana de Lisa.- GSKDEJDBDUF NIINEEVDHDHSJ -La solté.
-Más bajo.
-Vale -dijo cabizbaja- pues eso, que estaba allí y queríamos que vinieras a ver que quería, pero no cogías el móvil y esperamos a que se fuese.
-¿Y qué se supone que hubiera hecho yo?
-¿Pegarle? -dijo Five riéndose.
-Ni puta gracia, ese niño me tiene de los nervios. -Le miré fijamente.
-Pero, ¿solo porque te quitó el móvil le pegaste? Es que eres un crío, Nine -volvió a reírse la rubia.
-¡ESPERA! -Gritó otra vez Lisa.
-¡LISA, SI VUELVES A GRITAR TE VOY A METER EL PUÑO POR LA BOCA HASTA EL ESTOMAGO!
-Vale vale, pero escuchame. ¿No tendrá tu móvil él? Era él el que estaba buscando tu número y al que pegaste por cogerlo.

Mierda. Las dos empezaron a reírse cuando me vieron sudar frío, se han dado cuenta. Pero no saben que os besasteis. Tranquilo.
Después de decirle que sí, que lo tenía él, empezaron a preguntarme por qué y cómo lo tenía. Me limité a callar e intentar sacarlas de mi habitación.

-Mira, no sé que os traéis los dos, pero mientras no nos toque un pelo, haced lo que queráis. -Se tumbó Lisa en mi cama- No quiero que a Lisa le pase nada.

Otra vez. Mi mejor amiga preocupándose por otra persona que no era yo. Me sentía ignorado y segundo plato, incluso el tercero. Porque ya se preocupó por el niñato antes. Decidí no contestar nada a eso y me senté en el suelo apoyado en mi cama. Lisa se sentó en la silla del escritorio y nos quedamos así un rato, callados y sin hacer nada. Así hasta que mis padres abrieron la puerta de mi habitación y después de saludar se pusieran a discutir. Saqué a estas dos de mi casa. Acompañamos a Five a su casa y luego acompañé a Lisa hasta el parque, donde me quedé un rato escuchando música con el ipod, sentado en un banco.

/Narra Twelve/
Llevaba allí ya un buen rato así que decidí ir. Me acerqué poco a poco a él sin hacer ruido y le tapé los ojos con las manos. Se puso un poco nervios y se quitó los auriculares. Me pareció raro pero no ejerció fuerza ni parecía querer liberarse.

-¿Quién eres? -dijo mientras agarraba su ipod.
-Shhhh. -le quité una mano de su ojo pero lo tapé rápidamente con la otra.- No abras los ojos hasta que pase un minuto después de soltarte. -le susurré, era imposible reconocer mi voz.

Cogí el móvil de mi bolsillo y lo dejé encima del banco. Ya había conseguido su número y no me hacía falta el teléfono. Se lo quité por molestarle. Hubiese sido más fácil pedírselo a alguien educadamente, pero me pierden las formas.
Le acaricié el pelo, lo tenía muy suave. Luego le di un beso en la mejilla y le solté. Salí corriendo y él cumplió y después de un minuto abrió los ojos.

/Narra Nine/
Miré a mi alrededor pero no encontré a nadie. Pero estaba mi móvil encima del banco. Doce... Ese enano me acaba de despeinar y besar, en la mejilla, pero besar. Y para rematar había estado a mi lado y yo me había comportado como un nenaza que estaba apunto de hacerse pipí encima. ¿Qué cosa había hecho con mi móvil para acabar tan rápido? No lo sé. Ya es de noche y tengo sueño, mañana lo comprobaré. Ahora solo quiero ir a mi casa y dejar de pensar en él.

Boom (Nine y Twelve - Zankyou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora