18- Twelve...

197 20 11
                                    

El camino en tren se me hizo especialmente corto, llovió un poco en el camino pero tuve suerte de que a la hora de bajarme ya no llovía. No había traído paraguas y de abrigo solo llevaba una sudadera, no estaba preparado para una tormenta.

Volvía a estar en mi ciudad, a recorrer las calles por donde anduve con mis amigos y mi pequeño idiota. Volvía a ver los árboles de los que me subía de pequeño. El tiempo en la otra ciudad no había sido mucho, pero parecía que habían sido siglos. Estuve solo todo el tiempo después de lo de Mei... Pobre chica, de verdad.

De pronto me preocupé mucho por mis amigos. ¿Y si los mataron y yo no sé nada? Dios, no podía soportar eso. Un nudo en el estómago se fue creando mientras andaba en dirección de casa de Five. Quería que el último en verme fuese Twelve, entonces no pasé por mi casa por si acaso.

Llegué allí, aun con el dolor. Todo dolor se me quitó cuando Five abrió la puerta contenta y se puso aún más contenta cuando me vio fuera. Vino a abrazarme fuertemente. Así me quedó claro que nadie había muerto aquí, me habría enterado al ver su cara.

-¿Qué haces aquí? -Dijo sorprendida y dándome besos.
-He venido a veros. -Preferí dar la noticia con todos presentes.
-Sí hombre, ¿sólo eso? Seguro que vienes por tu móvil y por Twelve. -Se rió.

Se me olvidó mi móvil por completo y ella al ver mi cara de asombro al escuchar sobre mi móvil fue corriendo a buscarlo.

-Me lo dieron a mí y por aquí no han ha parecido aún.
-¿Qué te hicieron...?
-Nada grave, solo me mojaban con agua fría cada diez minutos que tú tardabas en enviar el móvil.
-Joder... Fueron horas... -Dije mirando al suelo, me sentía muy culpable.
-Solo cogí un resfriado y ya. No te preocupes.
-Bueno...
-Venga, ven, vamos a buscar a Lisa.

No dudamos en ir corriendo. Hacía tiempo que Five y yo no nos sentíamos tan unidos, agarrados de las manos corriendo y notando el aire en nuestras caras. Así me di cuenta de que mi pelo había crecido muchísimo y que ella estaba mucho más guapa con el pelo hacia atrás.

Llegamos a la casa de Lisa deseosos de agua, pero la muy graciosa no estaba en esta. Así que nos miramos, nos reímos y corriendo volvimos sobre nuestros pasos y decidimos mientras corríamos que debíamos ir en busca de Twelve, él sabría dónde estaba la señorita.

-Nine. -Dijo Five en un intento de coger aire.
-Five. -Dije yo acercándome más a ella.
-Catorce.

Nunca nos decíamos te quiero y cuando lo hacíamos era porque algo malo o más importante había pasado. Mientras, solo sumábamos nuestros nombres y lo decía uno de los dos. Pero para ello el otro debía responder el nombre del otro. Algo así como lo que acababa de pasar.

-¿Qué has hecho todo este tiempo? -Preguntó con una sonrisa en la cara.
-Os quiero contar cuando estemos todos.
-Eso no es justo, soy tu mejor amiga, merezco saberlo antes.

Me pellizcó y yo reí. Luego seguimos corriendo camino a mi antigua casa.

Paramos en el parque donde nos reuníamos con Lisa para ir al instituto, pero tampoco estaba allí. Five y yo aprovechamos el parón para descansar un poco y para decidir que dejaríamos de correr el camino que nos quedaba.

Five me contaba que había aprendido una nueva estrategia en ajedrez. Que practicó con Twelve ya que Lisa es fácil de ganar sin estrategia. También me contó que van bien al instituto, que solo fue el accidente del móvil y ya está. Quería contarle que se acabó todo, ella se veía con miedo mientras contaba eso, pero no, tenía que ser con todos juntos. Tenía que aguantar unos minutos más. Solo unos minutos más.

Nos levantamos del banco y nos pusimos a andar. Ya no podía más, me faltaba aire por todos lados. Five se reía de mí mientras ella se quejaba de que le dolían sus pies, que esos no eran los zapatos de correr y no está acostumbrada.
Echaba de menos ya las tonterías de Five con el tema de la ropa, con que cada cosas es para un momento concreto. Llevaba unos zapatos normales, de estos con un poco de plataformas. He visto niñas hacer acrobacias con ellos y ella no puedo correr un poco.
Echaba de menos quejarme de ella porque ella se quejaba y viceversa. Echaba de menos pasar tiempo con mi mejor amiga y solo con mi mejor amiga. Como cuando teníamos unos nueve o diez años. Ojalá volvieran esos tiempos.

Aunque ahora está Twelve, el enano que me ha cambiado la vida, el que ha venido a mi para hacer de mi alguien luchador. Alguien que ha sido capaz de matar a un ser humano. Twlee me ha hecho crecer sentimentalmente, físicamente y personalmente. No me siento ser el mismo gilipollas de hace unos meses largos que no hacía más que molestar y quejarse. Y todo a su alrededor era horrible.

Llegamos. Por fin llegamos. La casa estaba igual. Con sus manchas de quemaduras que mis padres no quisieron arreglar. Con algunas plantas rotas y otras bastante secas. Five fue a llamar al timbre, pero pude pararla a tiempo.

-Que quiero darle una sorpresa. -Expliqué.- Seguro que se piensa que soy Shibazaki o alguien suyo y me pegue, pero es un riesgo que tengo que correr.

Saqué las llaves de la maleta, evitando que Five viese la pistola que aun conservaba. No quería venir con las manos vacías sin saber que pasaba aquí. Abrí la puerta con muchísimo cuidado y exploré el salón. No estaba aquí. Tampoco quería gritar, no quería que supiese que alguien estaba en casa.

Subí las escaleras con mucho cuidado, dejando la maleta en un escalón para poder abrazar a Twelve con mayor comodidad. La puerta de mi cuarto estaba cerrada y escuché algo caer ahí. Sonreí y puse mi mano en el pomo. Five contó con los dedos y a la de tres abrí con todas mis fuerzas.

Twelve estaba desnudo, Lisa estaba desnuda exceptuando una camiseta que llevaba arremangada. Ella estaba debajo de él y Twelve no dejaba de penetrarla. Solo paró cuando me vio y dijo "Nine...¿Qué haces aquí?"

____________________________________
The writter is here.

Se acerca el final del fanfic.
Será en el capítulo 19.

Un beso, Mit. ♥

Boom (Nine y Twelve - Zankyou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora