16- Cara a Cara.

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Me vestí de negro con una sudadera ancha con un gran bolsillo donde llevar la pistola sin que se notara nada. Sí él no sabía nada sobre esta no debería ir enseñándola y delatándome así de que pensaba atacar. Me puse la capucha, mis gafas, guardé el arma y me puse los zapatos. Se me olvidaba por completo que di mi móvil y tardé en salir al buscarlo como un idiota por mi casa. Mi madre me vio en la puerta y se extrañó un poco. No sabía que hoy iba a salir, supongo. No lo sabía ni yo hasta hace minutos.

-¿Dónde vas? -Dijo ella preocupada.
-A dar una vuelta, volveré pronto.

Ella asintió con la cabeza y volvió a la cocina. Yo salí de casa despacio y miré el papel que guardaba en otro de los bolsillos. La calle no me sonaba para nada y tampoco tenía pensado preguntar a alguien en la calle. Si desaparezco, sabrás dónde fui si preguntan. Así que preferí quedarme calladito e ir mirando los nombres de las calles. No creo que sea tan difícil.

Al menos no lo parecía hace tres horas. Mi madre debe estar preocupada, pero no podía avisarla, ni tenía pensado volver a casa. No volveré hasta que no vea a ese gilipollas.

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Encontré el diamante. Encontré la calle y la casa donde se encontraba Shibazaki. Era una calle desierta y su "casa" parecía más una de las casas abandonadas que tenía alrededor. Llamé a la puerta y esta se abrió al poco tiempo. No me lo pensé dos veces y entré. La puerta no se abrió porque quiso el destino, una mujer escueta de ropa la abrió cabizbaja y permaneció detrás de la puerta hasta que yo entré. Luego dijo que esperara, cerró la puerta y me invitó a seguirla.

Subimos unos tres tramos de escaleras y nos paramos en una sala con varias sillas pegadas a la pared. Supuse que era ahí donde debía esperar pero la chica me dijo que Shibazaki me esperaba. Bueno, eso si que no me lo esperaba. Me abrió otra puerta y esperó a que entrase de nuevo para entrar. Esta vez ella permaneció fuera y yo continué el camino de luces hasta que me topé con un sofá. No tenía ninguna intención de sentarme.

-Bienvenido. Te esperaba.
-Eso me ha dicho la chica que tienes esclavizada. -Contesté. Sabía que era él.
-Cuidado con la chica, no es lo que parece. -Se rio.- Escucha. Pasa el sofá y ponte frente a mí.

Le hice caso, él estaba en una mesa sentado en una silla. Parecía el típico jefe hijo de puta que se tira a su secretaria aun teniendo mujer. De hecho, aunque no creo que tenga mujer, ya debe haberse follado a la chica de antes. Y lo de jefe... no hace falta más que ver la mafia que tiene montada el muy hijo de puta.

-Sinceramente pensé que tú, precisamente tú, ganador de algunos premios de ajedrez, con un alto coeficiente intelectual que casi iguala al de mi chico, Twelve, no cayera en mi trampa. Pero veo que no te sirve de nada ser tan inteligente.

¿Qué? ¿Trampa? ¿Y la pistola? No creo que esta también forme parte de la trampa. ¿O sí? No entiendo nada, de verdad. Mi cara debe dejarle claro a Shibazaki que esto no me lo esperaba. Mierda.

-Tengo 26 francotiradores vigilándote desde esta y todas las casa de alrededor. Si escapas mueres, si te mueves, mueres. Hagas lo que hagas estarás muerto. Ahora, Nine. ¿Quieres entregarme a Twelve o morir de esta manera tan penosa?

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The writter is here.

Perdón por el capítulo corto, el tanto tiempo que he estado sin subir y todo todo. No sabía como hacer este capítulo y al final he decidido hacerlo aunque quedase así de corto.

Prometo ponerme con el siguiente pronto aunque creó que seguirá siendo corto. A partir del 18 todo volverá a su normalidad de actualización, extensión y calidad.

Solo pido mucha paciencia y apoyo. Os quiero dar lo mejor de mi, pero a veces me es imposible.
Un beso, Mit. ♥

Boom (Nine y Twelve - Zankyou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora