4- Cómplice denegado.

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Por fin tengo mi teléfono de vuelta. Hoy he dormido bastante bien. Aunque me pregunto qué mierdas ha hecho ese idiota con mi móvil. Lo miré y no vi nada extraño. Ni música nueva, ni notas, ni fot... ¡ME CAGO EN DOCE! ¿Pero qué necesidad había en meterme porno homosexual en el puto móvil? ¿¡QUÉ!? ¡ESPERO QUE ESTA FOTO NO SEA SUYA PORQUE ENTONCES SE LAS VA A VER CON MI PUÑO OTRA VEZ! !NO, SE LAS VA A VER DE TODAS MANERAS! ¿En serio solo lo quería para esto? Dios, cada día tengo menos fe en la humanidad.
Bajé a desayunar. Miércoles. Necesitaba ver a ese enano de las narices. Tenía que preguntarle otra vez unas cosas no antes de darle de nuevo en la cara. No podía esperar al martes siguiente. Me vestí, cogí mi móvil el cual no volvería a mirar de la misma forma y me decidí a ir a la salida del instituto a encontrarme con ese imbécil.

-Vaya, vaya. Pero si ha venido a verme mi acosador. -dijo al verme en la puerta.
-Exacto, ha venido a verte mi puño. -Le agarré del brazo y tiré de él.
-Uy, pero si me llevas a un sitio escondido para que no vean como maltratas a los menores.
-Ya, te puedes callar. -dije parando en una plaza vacía. Le empujé contra un árbol.- ¿Para esto querías mi puto móvil? ¿Para ser un gilipollas? -le enseñé las fotos.
-Después dices que no te gustan los hombres. -dijo con tono de burla.
-Twelve, no tengo ganas de jueguecitos. -Me acerqué más a él y le miré a los ojos.
-Me acabas de llamar Twel... -y le interrumpí con un beso.

Nine, ¿qué mierdas estás haciendo?
Twelve me agarró de la cintura con una mano y entrelazó la otra con la mía. Se sentía realmente bien y no quería acabar esto nunca, pero me estaba quedando sin aire. Al parar me di cuenta de su cara "placentera" y de que lo acababa de besar, a la cosa ésta. No sabía que hacer, aún tenía entrelazada mi mano con la suya e intenté soltarme pero, Twelve, me agarró más fuerte.

-No te vayas.

Lo dijo mirándome con unos ojos tristes. ¿Sería por mí? ¿Es que pasa algo? No sé, pero empezaba a ponerme nervioso que estuviese cerca mía, no porque le odiase, simplemente me latía muy rápido el corazón. Le solté pero el se empeñó en volverme a agarrar, cosa que no consiguió y me permitió volver a andar hacia fuera de la plaza. Twelve seguía parado allí, sin moverse. Cuando me giré pude ver que estaba mirando al suelo. ¿Qué pasaba? Volví a mirar hacia delante y en poco menos de un minuto Twelve se acercaba a mí corriendo y poniéndose delante mia, impidiendome el paso.

-Perdón -me miró con los ojos llorosos.
-¿De que hablas? Te he besado yo, ya, callate y no me hagas volver a recordarlo.

Le esquivé y me fui. El se quedó allí o se marchó, no lo sé. Solo sé que ya no me siguió ni lo volví a ver en el camino a casa.
Allí llamé a Lisa y a Five y vinieron pronto a mi casa. Como si fuese a contarles un cotilleo nuevo entraron en mi casa dando saltos y preguntando. Yo me limité a subir a mi habitación sabiendo que me seguirían.

-Os he llamado para estar juntos, no tengo nada que contaros, que os hacéis películas de todo. -les dije sacando el ajedrez. -¿Quién es mi oponente?
-Te voy a machacar por sacarme de casa -Se sentó Five en frente de las fichas moradas.
-Algún día os ganaré -dijo Lisa desanimada.
-Lisa, mira en el cajón del escritorio, tiene que haber un libro de jugadas de ajedrez. Vete estudiando para ganarnos -me reí.
-Oye, nine, te están llamando al móvil. -Dijo cuando se acercó al escritorio y cogiendo la llamada.- ¿Si? ¿¡QUÉ?! -Se empezó a reir- Espera, pero... ¿Quién eres?
-¡LISA! -le quité el teléfono y lo que escuché fue "Twelve" ¿Sería a su "¿quién es?"? Colgué.

Lisa me empujó y me tiró a la cama. Me clavé varias fichas de ajedrez ya que Five no las había quitado todas. Lisa se sentó encima mía.

-¿TE HAS BESADO CON UN HOMBRE? ¿CUÁNDO NOS IBAS A CONTAR LO GAY QUE ERAS? -Preguntó gritando y haciéndome cosquillas.
-¿¡¿QUÉÉÉ?!! -gritó también Five.
-¡YA! No me he besado con ningún chico, no soy así. Me gustan las mujeres. -¿De verdad te gustaban, Nine?, pensé.
-SI YA. Y YO SOY FRANCESA. -Se levantó Lisa-. Ve por unos helados a la tienda de aquí y ahora nos lo cuentas todo.

No quería ni ir, ni estar con ellas. Pero prefería no estar con estas cotillas y acabé por salir. Cuando me dirigí al quiosco vi humo a lo lejos. Era el aeropuerto. Estaba ardiendo.

//Narra Twelve//
¿Me habrá dado tiempo? No quiero que encuentren su teléfono. Soy un idiota. ¿Por qué le besé para conseguir su móvil? Ahora no puedo dejar de pensar en él. Y si lo detienen será el fin . Bueno, esto ya está ardiendo. Algo es algo. Si lo meten en la cárcel le ayudaré a salir y si no, no volveré a hacerle cómplice sin que lo apruebe, pero no me olvidaré de preguntarle si quiere serlo. ¿Se enfadará? Mierda. Tengo que habar con él. Tiene que estar preparado si le encuentra la policía.
Tengo que salir de aquí antes de que me alcancen las llamas e ir a casa de Five. No. Le dejaré un mensaje en el móvil para que nos encontremos en el parque.

Y eso hice. Cuando lo mandé me fui directamente al parque. Tuve suerte de que no rechazara mi oferta, puesto que tenía cosas más importantes que hacer que esperar en un parque a que llegara para que al final no llegase. Como preparar el siguiente incendio o la bomba.
Al final llegó. Y no estaba muy contento.

-¿Cómo se te ocurre decirle eso a Lisa? -dijo cogiendome de la camisa. ¿Siempre va a ser igual de violento?
-Tenía que llamarte. Era necesario. Puedo explicarlo. Hice que me soltara.
-Más te vale, renacuajo. -Se sentó a mi lado.
-¿Has visto el incendio del aeropuerto? -esperé una respuesta que no encontré.- Pues lo he causado yo. Más bien tu. Te explico. Tu número de teléfono es el que ha activado la llama que producía el incendio. Yo el que lo ha planeado para que no hubiese nada que se quedase sin arder. -Nine ahora me miraba a la cara con espanto.- No quería que me culparan a mí así que busqué a un hombre con un número por nombre, tu, es lo que suelen recordar los testigos.
-¿He sido tu cómplice? -preguntó cogiendome del brazo.
-Si, y lo siento. Realmente quería que texzz, culpasen a ti, me dabas igual. Pero empezaste a caerme bien y empecé a pensar en ti. -Me estaba poniendo sentimental y no quería que se enterase de que me gustaba.- Por eso llamé. Para que aunque encuentren tu número vean que estabas en medio de una llamada. Así hay una prueba que demuestra tu inocencia. Eso sí debes estar preparado para lo demás.
-¿Que es lo demás? -Seguía con su mano en mi brazo.
-Cuando la policía llegue a tu casa. Dirás que encontraste ese teléfono y que lo cogiste cuando llamó alguien. Luego colgaste porque no sabías quien era y lo dejaste encima de la mesa. Fin.
-¿Fin? ¿PERO A TI QUE TE PASA? -me gritó zarandeandome.- ¡PUEDO IR A LA CARCEL POR TU MALDITA CULPA! Primero consigues que me echen del instituto y luego que me metan en la cárcel. ¿Estás loco? ¿Quieres que me hunda en la miseria?
-No... Sueltame.
-Encima te atreves a replicar cuando me has puesto en peligro. -me acabó soltando.
-Nine, todo está bien. No vas a salir de aquí. No vas a ir a ningun sitio. -Le moví la cara hacia mi haciendo presión en su barbilla con mis dedos.
-No... No es verdad.
-Es verdad, lo prometo. Se mi cómplice. Así nos culparan a los dos.
- ¿Es una broma no? -se levantó y me miró.- Olvida que existo.

Y se fue tirando su móvil enfrente mia. ¿Lo he perdido? ¿Y si paro de hacer estas mierdas? Sólo estoy empeorándolo todo y al final no va a acabar nada bien. Aunque si lo hago no se que esperarme de Shibazaki. Podía matarme, lo conozco. Y ahora mismo no sé que es mejor, si la muerte o su no existencia.
No sé por qué pero le necesito, a mi lado. Volver a sentir sus labios temblar antes de tocar los míos con suavidad. Necesito que él me saqué de esto y pueda hacerle frente a Shibazaki.

//Narra Nine//
No han pasado ni dos días y ya le echo de menos.

Boom (Nine y Twelve - Zankyou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora