Parte De Mi

Capítulo 4

Entre La Justicia y La Moda

POV Roberta

Después de cenar aquella noche llevaba unos días evadiendo a Mia.

Se me hacía difícil evadirla. Quería estar cerca de ella porque siendo sincera me hacía bien, me hacía reír. No se como lo hizo ni como lo logró pero no lo cuestionaré.

Ahora que está hablando más con Vico, tengo más razón para alejarme.

¿Como iba decirle de mi historia con su mejor amiga?

Todo se haría raro entre nosotras y lo menos que quiero es una casa tensa.

No dudo que lo ha notado pero es una mujer demasiado ocupada para importarle y más ahora que es la cabeza de la empresa Colucci aquí en México.

Salí de mi cuarto y bajé hacia la cocina donde la vi trabajando en su portátil. Quise darme la vuelta e desaparecer pero ella notó mi presencia sin siquiera darse la vuelta.

-Tu café ya está hecho—dijo tecleando.

-Gracias—susurré.

Ella ni siquiera le gustaba el café tanto, ella prefería té pero aún así salió de su camino para hacerme café.

Fui hacia la cafetera y me serví en mi taza favorita, la cual ella también había alistado.

La cafetera quedaba enfrente de la isla en donde ella estaba sentada.

Sentí su mirada pasar sobre mi haciéndome temblar.

-¿Te sientes bien?

Asentí y volteé a verla.

-Sí, ¿por?

-Pues has estado más callada de lo normal—dijo.

-Bueno ya sabes cómo están las cosas—dije algo nerviosa.

Negué con la cabeza cuando oí aquellas palabras salir de mi boca en ese tono.

¿Qué me estaba pasando?

Intensa, sí, maleducada, tal vez, pero nerviosa nunca.

-¿Mejoraron?

-No mucho. Es evidente que Madison está arrastrando el divorcio con lo que yo supongo es la esperanza de que la escuche y vuelva con ella y mi custodia sobre Juan sigue siendo un misterio—suspiré sentándome en la isla enfrente de ella.

-¿Tus abogados no han hecho nada para que veas a Juan?

-Tienen que esperar que vaya por la corte y la última vez que hablamos ya había pasado y que pronto tendría mi respuesta. Sólo estoy estoy esperando la llamada.

Me dio una sonrisa que trasmitió paz.

-La llamada vendrá más pronto de lo que crees—tomó mi mano.

Mis ojos se aguaron.

Ella lograba traerme demasiada tranquilidad. Con ella sentía... esperanza, algo que no había sentido en mucho tiempo.

Asentí mordiéndome el labio para no dejar las lágrimas salir.

-Suficiente de mi, ¿qué tal estás tú? Te he notado un poco más feliz y aliviada.

Ella sonrió.

-Bueno por fin despidieron a Miguel así que ya no está haciendo dinero de mi compañía y obviamente no nos puede usar como referencia para un nuevo trabajo. No es que necesariamente le deseo el mal pero... tampoco lo quiero ver bien. Lo malo que le pasa es karma y ya era hora de que llegara su dosis. Nunca muerdas la mano que te da de comer—se encogió de hombros.