Capítulo 12

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Entre Brazos

POV Mia

Parecía estar soñando despierta.

Roberta me había besado. No se que la incitó a hacerlo pero lo agradecía.

Llevaba pensándola y deseando que hiciera algo desde hace tiempo pero no sabía lo que ella quería. Es tan difícil leerla y no sabía si quería lo mismo que yo. Ahora es evidente que si.

Ella aún estaba en la cocina y yo seguía aquí en la puerta aunque había coleccionado la comida hace unos minutos.

Necesitaba recomponerme y necesitaba deshacerme de este fuerte sonrojo. Ahora necesitaba comportarme y solo seguir su paso aunque si se tardaba... yo tomaría la iniciativa.

Por fin volví a la cocina viéndola aún apoyada en la isla.

-Te quedaste ahí—noté dejando la comida a su lado.

-Y tú te tardaste—se volteó y me sonrió.

Le sonreí de la misma manera.

Ya no sentía esa timidez.

-Ok, esa te la doy—la miré de arriba abajo.

No se si era mi mente jugando juegos conmigo pero el bulto en su pantalón parecía más... grande. No que la estaba viendo ni nada, claro...

Volví rápidamente a sus ojos.

-¿Por qué te tardaste tanto?

-Para darte chance de extrañarme—dije.

Ella se rió y en cambio, yo también.

-Dime, ¿funcionó?—le sonreí.

-Pues sí—sonrió para luego posar sus manos en mi cintura haciendo que me estremeciera.

Solté un suspiro.

-¿Dónde se fue el miedo?—pregunté en voz baja.

Sus ojos se ablandaron.

-No sé—se encogió de hombros mientras apretaba su agarre.

Tome aire.

-Roberta, necesito que seas sincera conmigo. ¿Qué es lo buscas? ¿Qué es lo que sientes?—la mire seriamente.

Ella bajó la mirada pero rápidamente la volvió a mi.

-No sé. Desde que estás cerca siento tantas cosas. No tengo idea de lo que es, ni siquiera sentí esto con mi ex. Llevo pensándote por algún tiempo pero se siente mal porque siempre fuiste una mujer fuera del límite—rió.

-Si estoy fuera del límite, ¿por qué me besaste?—quité sus manos de mi cintura.

-Porque el que no se arriesga, no gana. La tentación y el querer estar cerca de ti me domina. Cuando no estás me siento... rara, te extraño y temo el día que vuelvas a tu casa.

Sonreí pero intenté disimularlo.

-Yo no me quiero ir. Me he enamorado de Juan y me gusta estar contigo. No veo el momento de volver y me gustaría seguir aquí mientras me lo permitas—envolví mis brazos alrededor de su cuello haciendo que me volviera a tomar por la cintura.

Ella sonrió.

-¿Y tú qué sientes?—preguntó.

Sentí mis mejillas calentarse y ella lo notó y se rió.

-Algunas cosas nunca cambian—dijo burlándose.

Negué.

-Bueno volviendo a tu pregunta... he sentido muchas cosas pero desde el Élite. Siempre me llamaste la atención y quise ser tu amiga pero...

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