-•Capitulo 9

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Alison y Peter se sentaron en el sofá, mirando el teléfono con frustración. Habían intentado contactar a su padre, pero solo recibieron silencio. La voz de Cassandra resonaba en su mente, recordándoles que era mejor así.

—¿Por qué no contesta? —preguntó Alison, desilusionada.

—No lo sé. Antes siempre estábamos juntos, como una familia —respondió Peter, su voz cargada de nostalgia—. Todo cambió cuando Cassandra llegó.

Alison asintió, sintiendo que esa conexión que habían tenido se había desvanecido. Decidida a despejar esos pensamientos, se levantó.

—Voy a buscar a las chicas. ¿Quieren ir de compras?

La respuesta fue unánime y entusiasta, y pronto se encontraron en el centro comercial, riendo y disfrutando de la tarde.

Mientras recorrían las tiendas, se toparon con Melani, quien les lanzó una mirada desdeñosa.

—Es mejor que ya no se junten, Alison. No se ve que te hace falta.

Alison sintió una punzada en el pecho, pero en lugar de dejarse afectar, sonrió forzadamente.

—Es curioso que lo digas, porque creo que por fin me siento libre.

A su alrededor, Georgia, Isabel y Nicole se unieron al ataque, haciendo comentarios hirientes que solo aumentaron la tensión.

—Tal vez deberías reconsiderar con quién pasas tu tiempo —dijo Georgia con una sonrisa burlona.

La situación se tornó tensa, y Alison, furiosa, no pudo contenerse.

—¿Y ustedes qué saben de ser felices? Siempre están criticando a los demás.

Las palabras desataron una discusión, los ecos de voces elevándose entre risas y recriminaciones. Finalmente, las chicas decidieron marcharse, dejando a Melani y a su grupo sorprendidas.

De regreso en casa, la tarde terminó con una invitación inesperada de Dylan.

—Alison, ¿te gustaría cenar conmigo? Perdí la apuesta de la carrera.—Dijo antes de que pudiera decir algo.

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Las chicas comenzaron a molestar, lanzando miradas significativas.

—¡Es una cita! —gritó Ema, riendo. Una vez ya estaban en la habitación

Alison se ruborizó.

—No, solo vamos a salir como amigos.

La cena fue en un lugar hermoso y elegante, donde la comida era exquisita. La conversación fluyó con naturalidad, Dylan era divertido y encantador. Cada risa y cada palabra compartida dejaba a Alison con una buena impresión de él.

Cuando regresaron a casa, Alison no podía dejar de pensar en lo agradable que había sido la velada. Tal vez las cosas estaban cambiando, y no necesariamente para mal.

A no ser que una foto avivara el drama nuevamente.

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The Playboy and me [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora