❝Entonces...¿Voy a ser algo así como tu controversial novia joven?❞
❝Por Dios, no lo digas así❞
En donde Alexandra y Sebastian no tienen absolutamente nada en común, salvo que son la persona correcta, en el momento incorrecto, o eso creen ambos.
O e...
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Mayo 2020, en Suiza
El silencio en el cuarto era sepulcral desde el momento en que los papeles cayeron frente al alemán, quien no podía creer lo que leía y buscaba una explicación.
—No puedes estar hablando enserio ¿Divorcio? ¿Divorcio y custodia completa de las niñas?
¿Cómo habían llegado a ese punto?
Sebastian reconocía que en el último año su matrimonio no iba bien, nada bien, él y Hanna se hicieron cada día más distantes por diversos motivos, uno de ellos era el trabajo del alemán y por supuesto, su horrible mala racha. Ser piloto nunca fue sencillo, implicaba viajar mucho, falta de tiempo para una relación y muchísima exposición pública (algo que a Hanna jamás le gustó), más aún cuando el alemán estaba llevando la peor temporada de su carrera y todo el mundo tenía los ojos puestos sobre él, atentos a cualquier fallo. Sebastian también reconocía que durante aquel año se había enfrascado más de lo normal en los entrenamientos, se la pasaba metido en los simuladores y en el gimnasio, intentando hasta lo imposible por mejorar sus resultados en la pista, quitándole bastante tiempo con su familia puesto que Hanna había dejado de asistir a las carreras para cuidar a las niñas.
Claramente con el monoplaza de mierda de Ferrari, nada de eso estaba dando resultado y peor aún, todo en su vida ahora parecía irse a la mierda.
—Seb, tenemos que separarnos, sabes que esto ya no funciona...no lo hagas más difícil, por favor.
Ahí estaba otra vez la frase que Sebastian llevaba oyendo sin parar la media hora que él y Hanna llevaban conversando, o más bien era el pidiendo explicaciones y Hanna dándole la misma respuesta.
—¿Por qué? Mierda, Hanna, podemos resolverlo, por favor, dime lo que necesites y yo lo solucionaré, si es porque paso mucho tiempo fuera te prometo que eso cambiará...pero no me dejes ahora...Hanna te amo, tenemos una hermosa familia, yo...por favor. —rogó, por milésima vez en aquella media hora, sintiendo su corazón romperse una vez más al ver al amor de su vida negar.
—No, Seb, entiende esto: no quiero arreglarlo, ya no hay nada que arreglar ¿No lo ves? En los últimos meses apenas nos vimos, Seb, lo nuestro ya no es igual. Las niñas apenas te ven, ya no quiero seguir viviendo una vida donde debo esperar semanas para pasar dos días contigo y luego dejarte ir, lo peor es que ya ni siquiera me afecta ¡Estoy más acostumbrada a estar sola que a tenerte a mi lado! ¿Lo entiendes? Las niñas no merecen eso tampoco, porque a ellas sí que les afecta.
—Hanna, Hanna, Hanna por favor, puedes acompañarme a las carreras, como antes, las niñas también, les encantará ir, intentémoslo una vez más, por favor, prometo pasar mas tiempo aquí, tomare el primer vuelo a Suiza apenas salga del circuito, te lo juro
