15. THE HEART WANTS WHAT IT WANTS

2.7K 336 79
                                    

18 de Octubre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

18 de Octubre

Monte-Carlo, Mónaco

El cumpleaños de Charles Leclerc fue la excusa perfecta que Alexandra tuvo para hacer lo mejor que sabía hacer: Huir

¿Puedo besarte?

Esa maldita pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza desde el día de la carrera y sentía que comenzaba a perder la cabeza.

No durmió en toda la noche tras lo sucedido ese día, solo hasta que el sol entró por la ventana noto que había amanecido y el llamado a su puerta la había obligado a levantarse.

Ver a Sebastian tan tranquilo como siempre fue una fastidio ¿Por qué él no pasó toda la maldita noche pensando en eso? ¡Él fue quien sugirió besarla! No podía aparecer de nuevo al día siguiente como si nada hubiera pasado.

Claro que Alex ignoraba que su aparente tranquilidad era sólo debido a que sus hijas estaban presentes y es que por dentro se sentía profundamente nervioso por haberlo arruinado todo por su impulsividad el día anterior.

—Llevaré a las niñas a desayunar ¿Quieres venir con nosotros? —Alexandra debió decir que no, quería decir que no. Pero apenas oyó a Emily chillando emocionada por que se les uniera no pudo negarse y terminó en un incómodo desayuno con las pequeñas Vettel y Sebastian.

Las niñas no notaron nada, ellas seguían hablando animadamente contando anécdotas graciosas y haciendo preguntas para conocer a Alexandra, quien, debía admitir, estaba encantada con aquellas niñas, además ahora parecía agradarle a Mathilda, quien solo era demasiado timida con mos extraños y oreferia refugiarse en brazos de su padre, pero que apenas supo que venia de Francia pareció interesada en que le hablara sobre París, y para colmo del alemán terminó prometiendo a ambas niñas que algún día las llevaría al restaurante de Remy (y ahora entendía por qué Sebastian conocía el Ratatouille)

Pero entre ambos mayores probablemente no se dirigieron la palabra durante toda la mañana hasta que regresaron al hotel.

—Schön, lo de ayer...

—¿Si?

—¿Podemos olvidarlo?

—Claro.

Alexandra podía sentir el tic nervioso en su ojo, quería decirle cientos de cosas al alemán y aquello fue lo único que pudo decir antes de despedirse y encerrarse en su habitación con aquel dolor en el pecho.

Al día siguiente Charles fue su mejor opción cuando se lo encontró en el restaurante del hotel y le dijo que en pocas horas volvía a Mónaco y le habló sobre su fiesta de cumpleaños. Alexandra vio una oportunidad y no la desaprovecho. Un corto mensaje de "Este fin de semana es el cumpleaños de Charles, volveré con él a Mónaco, nos vemos. Dile adiós a Emily y Mathilda de mi parte".

Controverse | Sebastian VettelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora