6. Satélite Cinco

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La TARDIS aterrizó en un lugar nuevo y desconocido. El Doctor no quiso decir nada, quería sorprenderlas, o quizá solo quería sorprenderla a ella. Se sentía como un idiota, pero sus corazones no atendían a razones, aunque la lógica le gritaba que aquello no tenía sentido. Era humana, envejecería rápido y moriría, entonces ¿qué le quedaría a él? La soledad, de nuevo esa vieja amiga llamada soledad. Pero, ¿tan mala idea era intentarlo, rendirse a ese sentimiento que resurgía en su pecho? Tenía miedo, dudaba, no estaba dispuesto a caer nuevamente después de todo lo que había sufrido. Él ya se había enamorado, más de una vez, pero solo una mujer había conseguido opacar su mente y adueñarse de su corazón completamente. Había sido su primer amor, uno no correspondido...

-¿Dónde estamos? -Hannah dio un vistazo alrededor con curiosidad. Sus ojos brillaban emocionados por nuevas aventuras. 

Estaban en una nave, eso lo supo mirando la arquitectura a su alrededor, lleno de metal. Pero desconocía en que año o en qué sistema galáctico se encontraba. El Doctor la miró de reojo y sonrió con cierta satisfacción. 

-Año 200.000. Nos encontramos en una estación espacial.

El Doctor les hizo un gesto para que las siguieran, ambas chicas caminaron tras él hasta llegar a una sala con un enorme cristal. La ventana mostraba un planeta oscuro, lleno de humo y edificios, qué había perdido casi su verdor y color azul, aún así, Hannah reconoció la Tierra.

-¿Es la Tierra? -preguntó Rose.

-El cuarto gran y generoso imperio humano. El planeta Tierra en su apogeo. Cubierto de megalópolis, cinco lunas y una población de 96 mil millones, lidera su dominio galáctico en un millón de planetas, un millón de especies y la humanidad en el centro de todo. -él sonrió.

-Parece un planeta enfermo... -murmuró para sí misma, pero Rose la escuchó. 

Visto así, pensó Rose, si que lo parecía. El Doctor miró el paisaje, pero sobre todo esperó su reacción, no imaginó que ella miraría el planeta con cierta tristeza. No era la reacción que esperaba. Tenía que mejorar el tour, él caminó guiándolas hacía una sala.

-La humanidad ha llegado al culmen de su cultura, arte, política... Buena comida, buenos  modales. -explicó el Doctor mientras paseaba.

Un hombre pasó a su lado interrumpiéndolo y los empujó abriéndose paso entre el Doctor y Rose.

-¡Dejen pasar!

El lugar cobró vida de pronto, se llenó de personas caminando y los puestos de comida abrieron. Hannah alzó una ceja y miró al Doctor divertida.

-¿Buenos modales? 

-Hay de todo, como en todas partes. -se justificó el Doctor. 

Rose los miró sonriendo y negó divertida. Hannah paseo sus ojos por los puestos de comida, no se veía diferente a lo que conocía. 

My Time Lord (Doctor Who x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora