Hannah Baker jamás imaginó que un día normal podía cambiar tanto. Acostumbrada a trabajar y mantener a su hermana, había olvidado lo que desea realmente hacer con su vida.
Por suerte, el Doctor le mostrará que el mundo es mucho más que trabajo y re...
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La nave se encontraba flotando en el espacio, sin un destino fijo. Hannah estaba sentada en el suelo con el móvil en su mano. El Doctor lo había modificado hace tiempo para que hablara con su hermana y estaba dejando un mensaje de texto en ese instante. Estaban decidiendo la siguiente aventura, según el Doctor, había un planeta construido en el siglo L, llamado La biblioteca. Básicamente era una biblioteca del tamaño de un planeta. Los ojos de Hannah brillaron emocionados al escucharlo, él había encontrado el regalo perfecto para ella.
-¿Podríamos ver a mi padre? -el Doctor miró a Rose con una pregunta silenciosa en la mirada- Murió el 7 noviembre de 1987, yo era demasiado pequeña para recordarlo. -dijo Rose apoyada en el control de la TARDIS.
-¿A qué viene todo esto de repente? -preguntó el Doctor sentado en una silla con los pies sobre el panel de control.
Hannah tenía la espalda apoyada en una columna y estaba lo suficientemente cerca del Doctor para poder golpear su brazo, cosa que hizo al notar que iba a empezar a ser grosero de nuevo.
-No seas insensible. Es normal que quiera verlo, si nunca lo ha conocido.
-Tú perdiste a tus padres, a ambos y no lo has pedido nunca.
Hannah desvió la mirada. Es cierto, sus padres adoptivos murieron en un accidente de coche, pero era diferente. No había conocido, o no recordaba a sus padres biológicos, no sabía nada de ellos. Sus padres adoptivos, fueron todo lo que tenía y fallecieron cuando era más adulta, más madura. Quizá era más sensible, pero no quería ver el momento en que sus padres morían sin que ella pudiera hacer nada por evitarlo. Simplemente decidió tomar ese recuerdo y enterrarlo en lo más profundo de su memoria. Prefería tener simplemente los buenos recuerdos y recordarlos con alegría, y no tirados en una carretera ensangrentados.
-Yo era más mayor y adulta, tengo mis propios recuerdos de ellos, pero ella no tiene nada de eso. -dijo Hannah un poco más triste, Rose desvió la mirada.
-No digo que no vaya a hacerlo,... -él la miró fijamente- solo me preocupo.
-Quiero verlo, por favor. -pidió Rose, casi poniendo ojos de cachorro.
-Esta bien. -el Doctor se incorporó bruscamente.
Él las llevó justo al momento de la boda de Jackie y Peter, el padre de Rose. Se sentaron al final de la sala, donde no eran vistos ni reconocidos. Hannah los vio vestidos con sus trajes de boda, era tan hermoso. No pudo evitar preguntarse si ella alguna vez se vestiría así, si alguna vez se casaría y formaría una familia. Sólo había tenido un novio en su vida y ni siquiera duró mucho. Nadie había llamado nunca su atención como para plantearse un futuro juntos.
Ahora todo era diferente. Su vida ahora no era normal y aunque volviera a la Tierra y tuviese una vida común, jamás sería normal con todo lo que había visto y con todo lo que sabía. Desde que viajaba con el Doctor no se había planteado que sería de su futuro. Quizás porque su futuro se resumía en eso, en viajar, en tener aventuras, en tener conocimiento, en disfrutar y en ser feliz. Su vida ahora consistía en ayudar y salvar vidas. Y si su vida y su futuro iba a ser así, ella lo aceptaba gustosa.
