Hannah Baker jamás imaginó que un día normal podía cambiar tanto. Acostumbrada a trabajar y mantener a su hermana, había olvidado lo que desea realmente hacer con su vida.
Por suerte, el Doctor le mostrará que el mundo es mucho más que trabajo y re...
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Mickey desde que conocía al Doctor estaba atento a las señales de "cosas raras no humanas", fue por eso que notó que aquel colegio era diferente, extraño. Aunque solo había una manera de averiguarlo. Había que infiltrarse e investigar, no se sentía capaz de hacerlo él solo, pero si el Doctor lo ayudaba... la situación cambiaba. Por fin, tenía una excusa para llamar a Rose, hablar con ella y verla de nuevo. Obviamente, ellos tenían mayor facilidad para colarse en ciertos lugares, aunque el papel psíquico ayudaba bastante. El Doctor consiguió que lo contratasen para dar Física, Hannah impartía Literatura y Rose era cocinera. No quiso preguntar cómo lo había conseguido.
Hannah se vistió con una falda oscura larga, en forma de tubo, combinada con una camisa blanca y una chaqueta. Parecía más adulta y esa era la idea.
-Buenos días clase, mi nombre es Hannah Baker. Seré vuestra profesora sustituta de Literatura hasta que vuestra profesora vuelva.
Adoraba los libros y la literatura, sabía que el Doctor debió recordar aquello para hacerla profesora. No iba a negar que le encantaba hablar de libros y saber la opinión de aquellos estudiantes demasiado formales para su gusto.
El timbre dio por finalizada la clase, los alumnos recogieron sus materiales en silencio y salieron de forma ordenada. Hannah los miró de reojo totalmente desconcertada, no era normal que unos estudiantes tan jóvenes fueran tan disciplinados. Esperaba charlas, risas, bromas, algo de escándalo. Eran niños, era normal en su edad juntarse entre ellos y divertirse.
Escuchó un golpe en la puerta, mientras ella guardaba los libros. El Doctor estaba en la puerta esperando, llevaba un traje marrón oscuro y un maletín en su mano, él guiñó su ojo con una sonrisa coqueta.
-Señorita Baker, ¿puedo acompañarla al comedor?
Hannah alzó una ceja y apretó los labios para no sonreír. Guardó los libros en su bolso, antes de acercarse al Doctor. Según él, debían fingir ser profesores hasta saber qué ocurría, pero aquel coqueteó no entraba dentro del juego.
-¿Qué tal su clase señor Smith? -Ella decidió seguir su juego.
-Bastante interesante. Un niño me ha demostrado unos conocimientos imposibles para ningún humano... Al menos en esta época.
-Milo ¿cierto? También ha demostrado tener una buena memoria en mi clase, ha sido sorprendente.
-Desconocía que tuvieras tantos conocimientos sobre obras literarias y autores.
-Siempre me ha gustado leer, y he tenido buena memoria. Pero sin duda estos niños me superan.
Antes de entrar al comedor, el Doctor dejó de caminar. Hannah se paró tan solo un paso por delante y lo miró extrañada por su reacción.
-Hay una biblioteca en la TARDIS, está algo desordenada... pero si quisieras...
El Doctor había intentado ordenar la biblioteca por ella, pero eran demasiados libros, se rindió ante la idea de que jamás lograría tenerla ordenada. La simple idea de enseñarle la biblioteca de la TARDIS no debería tenerlo tan nervioso, pero hacía demasiado tiempo que no podía controlarlo. Quería hacerla feliz, era lo único que podía hacer por ella.
