Capítulo 16

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—¿Qué haces aquí? —pregunté yo mientras me cruzaba de brazos, el entro a la carpa y la cerró

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—¿Qué haces aquí? —pregunté yo mientras me cruzaba de brazos, el entro a la carpa y la cerró. No le dije nada después de encontrarlo y decidí esperar hasta que nos encontráramos solos.

—¿Cómo que hago acá? Me pediste que te prestará mi ejército para esta guerra —contestó el con una gran sonrisa.

—Te pedí tu ejército, nunca te dije que te unieras.

—No seas tan ruda Marie, ha pasado mucho tiempo y solo quería verte —parecía disgustado y yo simplemente miré en otra dirección, esta guerra es muy importante y no permitiré que me distraiga.

—No debiste venir aquí, pudiste simplemente escribirme una carta —le dije yo y el me miró medio de costado.

—Te escribí muchas cartas, estoy seguro que te envíe dos o tres por semana —cuando dijo eso lo miré sorprendida, yo nunca recibí ni una sola carta de el.

—Yo no recibí ninguna carta.

—¿Están interceptando nuestro correo? —preguntó confundido y yo negué con la cabeza.

—Es un delito interceptar el correo de un gobernante, si alguien se atreviese a hacerlo podría ser ejecutado —contesté algo nerviosa, el hecho de que interceptaran nuestro correo no es nada bueno, podría perjudicarnos mucho en el futuro.

—¿Te preocupan las cosas que escribí en la carta o tienes curiosidad y quieres leerlas? —sus ojos brillaron por un momento, pero yo solo seguí mirándolo seria.

—Me preocupan las cartas, si estas se conocen no solo serían rumores.

—No te preocupes, no puse tu nombre en las cartas. El que las interceptó sabrá que son para ti, pero no podrá demostrarlo, los rumores que se esparcirán serán sobre mí —dijo restándole importancia y yo lo seguí mirando seria— Todos dirán que soy un hombre enamorado y en el caso que te metan en el rumor, a lo mucho dirán que soy yo el que está interesado en ti, llegado a ese caso solo debes negarlo y problema resuelto. No sería raro que una mujer como tú atrajese a un hombre como yo, tienes el poder sobre los hombres, eso es algo que todo el mundo sabe —sus palabras me dejaron sorprendida, ¿tengo el poder sobre los hombres?

—Déjate de decir tonterías y ayúdame ya que estás acá.

No dejé que contestara y me di la vuelta para trabajar, tenía que prepararme para el primer ataque. Ya estaba claro que seriamos nosotros quienes atacaríamos y los agarraríamos con la guardia baja, el tema es encontrar la mejor estrategia y asegurarnos la victoria. Mi objetivo principal es obtener la menos cantidad de bajas posibles. Como reina debía asegurarme de proteger a mi gente sin importar nada y los soldados también son mi gente.

—Majestad —el general venía corriendo hacía mi y tanto yo como Asher nos quedamos observándolo.

—¿Qué ocurre? —pregunté preocupada, parecía demasiado alterado, sea lo que sea es grave.

—Han explotado los carruajes con nuestra comida —contesto el, parecía angustiado.

—¿Cómo es eso posible? Ellos ni siquiera deberían saber dónde estamos.

—Permítame decirle con todo respeto majestad, pero creo que tenemos un infiltrado en el palacio o en el ejército real —me dio una reverencia y yo no supe que contestar a eso, solo miré a Asher en silencio y él tomó la palabra.

—Esto es más que eso, no es simplemente un infiltrado —en ese momento pude ver los ojos de Asher y comencé a extrañar ese tiempo en que no me preocupaba por nada.

—¿Qué hacemos majestad? —el general parecía demasiado impaciente y yo solo pensaba en la mejor solución.

—Pide al reino norte que envíen comida y manda traer a uno de mis consortes.

—¿El príncipe del reino norte?

—Ese mismo general, es hora de darle la vuelta a esta situación —el general abandonó la habitación y tras darme una pequeña mirada, Asher hizo lo mismo. Me quedé sola, preocupada y pensando en quien podría ser el infiltrado.

(Ariel)

No quería quedarme dibujando en mi habitación, ya había retratado a la reina demasiadas veces y no era capaz de dibujarla más, necesito verla para volver a grabarme su rostro en mi memoria y ser capaz de retratarla en su ausencia. Desde que ella se fue, está habitación se siente demasiado vacía y aunque me dejó la responsabilidad más grande, no me interesa ejercerla en absoluto, solo quiero que regrese pronto con salud y bienestar.

—Alteza —me reverenció el secretario.

—¿Qué sucede?

—La reina solicitó que le enviemos al tercer príncipe —¿por qué necesitaría a ese hombre? El secretario notó que comencé a tensarme y siguió reverenciándome mientras hablaba— Al parecer hay un infiltrado entre nosotros y ya sabían la posición del ejercito de la reina, necesita al príncipe porque es el mejor estratega de los cuatro reinos —entendía a qué se refería, ¿pero era necesario ese hombre?

—Dile al consorte que se prepare para el viaje.

Abandoné la habitación en cuanto terminamos de hablar y decidí irme a tomar un poco de aire al jardín. Todos los días vivo en una competencia y me siento frustrado, a pesar de que soy quien lleva la delantera, eso no significa que no me hunda cuando las cosas van mal. Desde que supe que el príncipe había abdicado, ya me preparé para convertirme en el esposo de la reina, no porque realmente lo quisiese, sino porque era mi obligación al ser el hijo del primer ministro.

Nunca pensé que sería su esposo, ya que todos creímos que tendríamos un rey y no una reina, no tenía que competir con nadie, era claro que yo sería su esposo sin importar nada. Ella decidió instaurar un harén, sabía que tendría que competir contra otros hombres por su atención, me dio igual porque era confiado de mí mismo y sabía que mi título sería muy influyente, pensaba que tenía el corazón de la reina asegurado. Hasta que supe que dos príncipes eran consortes, en ese momento entendí que el título no era suficiente para tener el favor de su majestad.

Hice todo lo que pude para estar con ella, aprendí acoquetear y a complacer a una mujer, esperaba que fuera suficiente y aunque alfinal conseguí su favor, me convertí en su favorito y posiblemente puedavolverme su esposo, siento que no fue suficiente. Ella ha estado muy distantedesde que volvió del imperio, me deja besarla pero no hace ningún movimiento y cuando intento llegar a más me detiene, siento que le incomoda hasta lo más pequeño que quiero hacer.

Hice oídos sordos cuando pasaba la noche con otro consorte, era consciente de que no sería el único, ya que con ser el favorito era suficiente y el más probable futuro esposo era suficiente, su felicidad es mi completa felicidad y no hay nada más que me importe. El tema es que hay rumores y si ella realmente está interesada en alguien de ese imperio, siento que eso es algo con lo que no podré competir y no será suficiente sin importar cuanto lo intente.

Ella es la única persona capaz de matarme, me destruiría que realmente lo haga.

Ella es la única persona capaz de matarme, me destruiría que realmente lo haga

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Los hombres de la reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora