¡Prepárate para un drama real!
Después de un divorcio complicado, la princesa del sur decide regresar a su hogar, solo para enfrentar una avalancha de problemas. Cuando su padre muere repentinamente en el viaje de regreso, ella se ve obligada a tom...
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Mi corazón dolía mientras regresaba al palacio, lo tenía dividido en tres pedazos. Uno de esos pedazos anhelaba a Asher, el otro lloraba la traición de mi hermano y finalmente estaba ese pedazo intacto, ese que sabía que debía estar centrada, ese que se entregaría a Ariel y viviría una vida que no deseaba. Ese pedazo de mi corazón me tenía tranquila y era el único que me alentaba a no agarrar mis maletas y huir como hizo mi hermano.
—Majestad —escuche que decía Elián a mi lado y yo ni siquiera lo miré, no podía hacerlo, está era la primera vez que hablaba con él desde que se unió al harén.
—¿Qué quieres? —le pregunté intranquila, no me gustaba estar con él encerrada en esta calabacera.
—Es la primera vez que me convocas desde que llegué y me siento muy contento de haber podido serte de utilidad.
Su sonrisa no me pasó inadvertida para nada, pero tampoco podía molestarme mucho con él.
—Eres el único príncipe en mi harén experto en estrategias de batalla, tu hermano es más diplomático que estratega, no podía convocarlo aunque quisiera.
—Sí, me alegro mucho ser el único que pudiera ayudarte. Me hace sentir que como tú consorte, tengo algo que me separa de los demás y me permite aunque sea verla aunque sea una vez —dijo sin dejar de sonreír.
Sus palabras se sentían como la primera vez que lo conocí y escucharlo hablar así me recordó al hombre del que me enamoré. Yo fui la ilusa que se enamoró de sus palabras, de su encanto, de la profundidad de su voz y de la sonrisa que me brindaba cada vez que me veía. Siempre me traía un lirio y me decía que si bien la flor era hermosa, mi belleza la hacía sentirse envidiosa. No pude con ese encanto, me enamoré y me perdí por completo, el me hizo sentir devastada, pero mi venganza ya concluyó, elegí pasar la noche con su hermano y no con él.
—El emperador Asher parece un gran hombre, no cualquiera se sacrifica por un reino pequeño que ni conoce —sus palabras me agarraron desprevenida, no esperaba que mencionara a Asher.
—Asher es un hombre maravilloso —fue lo único que pude decir, mientras observaba el hermoso cielo azul y recordaba esa bella noche.
—¿Pasó algo entre ustedes?
Por primera vez en el viaje fui capaz de mirarlo, él estaba observándose los pies y en cuanto me sintió levantó la mirada en mi dirección.
—¿Por qué lo preguntas?
—Lo vi salir en la madrugada de tu carpa llorando.
No podía creer lo que escuchaba, ¿Asher se fue llorando? Aunque si lo entendía, porque lo vi irse y yo también acabé llorando, solo que no sabía que él lo había hecho, no quiso que lo viera, sabía que me preocuparía. Ahora más que nunca quería estar a su lado, necesitaba abrazarlo y que supiera que mis sentimientos por el nunca cambiarían.
—Nuestros corazones laten en conjunto, pero lamentablemente no pueden latir junto al otro.
—Lo siento, no fui un buen hombre contigo y lo lamento muchísimo.
Las lágrimas amenazaban con salir de nuevo, hablar de Asher fue lo peor que pudimos hacer en ese viaje, pero al mismo tiempo fue algo bueno. Elián me tomó de la barbilla e intento besarme, pero me alejé de él. Es mi consorte y por supuesto que le permitiré cumplir con su obligación, pero no será el quien lo haga, porque la reina soy yo y él es solo mi esposo.
—Elián, no olvides que soy tu reina y tú eres mi esposo sumiso —dije de repente, mientras me subía en su regazo.
Me lancé sobre el besándolo con fuerza y el solo me sostuvo por la cintura. Mi corazón ya no latía a mil por hora y aunque los besos seguían siendo tan excitantes como cuando estábamos casados, yo ya no estaba enamorada de él. Asher fue quien me ayudó a olvidarlo y ahora es quien necesito olvidar.
—A partir de ahora, tu trabajo es el mismo que el de los demás consortes. Hacerme olvidar a ese hombre que deseo y no puedo tener —dije separándome brevemente de sus labios, el tragó en seco y luego volvió a besarme.
—Seré el esposo que siempre debí ser.
Me desprendió el vestido con fuerza y comenzó a besarme en todos lados, no iba a dejarlo llegar muy lejos, pero quería olvidar a Asher aunque fuera un rato. Sus besos me excitaban con tanta fuerza, que apenas era capaz de hablar y mi mente comenzó a traicionarme, porque el cuerpo desnudo y sudado de mi querido emperador llegó a mi mente, junto a sus labios recorriendo mis piernas y entrando en mi interior con la fuerza de un león.
Elián abrió mis piernas y se puso entre ellas, pero en mi mente seguía estando Asher y no podía borrarlo con nada. Después de varios minutos, detuve los besos en mi intimidad y me acomodé la ropa incomoda. No podía hacer esto, al menos no con ese hombre en la mente y más cuando no había pasado mucho tiempo de su velada, esa velada que le hizo entender, que no encontraría un hombre con su fuerza en el palacio.
—Es muy pronto, dejémoslo para otro momento —dije observando sus movimientos y el solo me sonrió mientras se sentaba.
—Está bien su majestad, gracias por permitirme tener este momento a su lado. No le pido nada, solo que me permita ingresar a sus aposentos de vez en cuando.
—Nunca serás un consorte favorito, ni tendrás hijos míos. De cualquier forma, te permitiré ingresar a mis aposentos y formar parte de la crianza de mis futuros hijos.
—Gracias por su amabilidad, sus hijos para mi serán como mis propios hijos —su sonrisa no se borró mientras hablaba.
¿Dónde quedó mi ambicioso ex marido? ¿En qué momento se convirtió en un hombre sumiso que acepta todo? Debería estar enojado, debería estar siendo orgulloso, debería molestarse conmigo por no tener hijos con él o convertirlo en mi favorito. Siempre ha sido un hombre que odia perder y que por sobre todo, es demasiado inseguro y necesita que su mujer sea inferior a él. ¿De repente se convirtió en alguien maduro que hará todo por complacer a su mujer? Este hombre es demasiado extraño.
—Cuando la perdí, entendí que lo que más me importa es su felicidad.
¿Acaso me lee la mente?
¿Por qué contestó justo lo que mi mente se preguntaba?
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