Capítulo 35 (Final)

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En cuanto vi a mi hermano, no lo podía creer, estaba de regreso

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En cuanto vi a mi hermano, no lo podía creer, estaba de regreso. Ya todos sabían que él no nos había traicionado y que fue incriminado, por lo que ya todos esperaban que regresara. No pude evitar abrazarlo cuando lo vi. Sé que no debí haberlo hecho, debo mantenerme firme y no mostrar sentimientos en público, pero no pude evitar la emoción de verlo. En ese momento dimos por finalizado el juicio y nos regresamos al palacio, donde pude estar con él.

—Gracias por traerme de regreso, no veía la hora de volver a verte —dijo mi hermano y yo volví a abrazarlo.

—Nada más hermoso que volver a verte y saber que realmente nunca me traicionaste. Después de todo, es la primera vez en ocho años que te veo y puedo abrazarte así.

Fue un día completo de charla, teníamos mucho tiempo que ponernos al día. Él me perdonó porque sabe que lo hice por el reino, pero pude traerlo de regreso. Tiene muchas marcas y heridas, que fueron causadas en su vida como esclavo, y eso me hace pensar que tenerlo acá es pura suerte. La mayoría de los esclavos nunca vuelven a ver a sus familias, porque los matan o los venden a lugares lejanos y nunca pueden reencontrarse. Yo soy afortunada, gracias a Asher.

—Cásate con él, no seas tonta. Es un gran hombre y con él serás tan feliz como siempre debiste haber sido. No tengas miedo, esto es lo que debiste de hacer desde el inicio y no mentir tanto. Solo escapabas de tus sentimientos.

—Lo hice por mi hija, iban a matarla.

—Eres la reina, tú puedes cambiar eso.

Solo yo podía cambiar la historia y en ese momento lo entendí, cuando mi hermano me lo dijo. Me despedí de él y lo dejé descansar, para poder ir a buscar a mi querido emperador. Él se encontraba empacando sus cosas, se está preparando para volver a su reino. Dejó a nuestra hija con una cuidadora, pero no quiere estar alejada de ella por mucho tiempo y yo tampoco quiero.

—Asher.

—Marie —susurró él, impactado al verme.

—Tienes razón, tenía miedo y no sabía cómo afrontar la situación. Todos esperaban que me casara con Ariel y temían que pudieras quitarme mi poder. Esa es la razón por la que me casé con él y te abandoné. No debí hacerlo, no debí dejar a mi hija. Tendría que haber hecho algo, haber peleado para salvarla. Soy la reina, no soy la esposa del rey. Yo pude haber hecho algo y no hice nada —estaba al borde del llanto, cada día me sentía más devastada al ver a Saúl. Solo pensaba en que me estaba perdiendo a mi hija.

—No te culpes más, los niños solo tienen un año. Ahora podemos cambiar las cosas, hacer lo que debimos haber hecho, formar nuestra familia y cuidar de nuestros hijos.

Por primera vez en mucho tiempo volvía a sentirme segura, protegida y amada. Cuando mi hermano volvió, una pequeña luz brilló en mi cabeza. Le pregunté a mi hermano porque qué abdicó al trono y él me explicó que fue amenazada, temía por mi vida. Porque sí, hoy se aclaró otro misterio. Mi padre fue asesinado por la madre de mi medio hermano, con el cual todavía no pudimos dar, pero será ejecutado en cuanto ponga un pie en el imperio. Ya tiene orden de captura y hay una numerosa cifra por su cabeza, así que pronto lo tendremos acá. Él abdicó porque era parte del plan, ya que la idea era que Ariel se convirtiera en mi favorito y esposo. Él sería el padre de mi primogénito, me asesinaría más tarde y mi hijo, por ser menor, no podría ser rey. Al estar el país indefenso, mi medio hermano reclamaría el trono y se le sería entregado de forma provisoria, hasta que mi hijo fuera mayor, pero todos sabemos que hace un tirano luego de eso.

Mi hermano abdicó para protegerme, pero realmente él siempre anheló ser rey y nunca quiso dejarlo. Por lo que yo estaba pensando revertir su abdicación y permitirle convertirse en el rey que siempre debió ser. De esta forma le devuelvo lo que siempre fue suyo: él se ocupará de mi medio hermano y yo podría casarme con Asher, me convertiría en su emperatriz y por primera vez en mi vida abandonaría esta vida que no quería. Siempre amaría mi reino y lo serviría, pero quería enfocarme en criar a mis hijos. Solo eso importaba en este momento.

—Estaba pensando en revertir la abdicación de mi hermano y permitirle tomar el trono que siempre fue suyo. Tal vez sea un poco imprudente, pero no es justo que haya sido forzado a renunciar a su derecho de nacimiento. Eso me permitiría estar con mis hijos y ya no tendría que pelear por mantener a mi niña con vida.

—Estoy de acuerdo, tu hermano merece recuperar su vida y tú la tuya.

Me despedí de él con un beso, uno que hace mucho no nos dábamos y reflejaba todo el amor que sentíamos el uno por el otro. Estaba el principio de un cambio y debía dar lo mejor de mi para hacerlo realidad. El país no debía sufrir; eso era lo más importante.

5 meses después.

—Una reverencia para su majestad, el rey Joey del reino del sur.

Todos hicieron una reverencia ante mi hermano, quien lucía su corona y el semblante más serio de lo normal. Él no tiende a ser muy serio, pero siempre ha sido muy correcto. Después de todo, fue preparado para este puesto toda su vida y para él va a ser bastante fácil. Yo tuve que agarrarme los pelos y rezar por hacer las cosas bien. Aprendí con el tiempo, pero él no tendrá ese problema, porque siempre fue el mejor de los dos para esto. Él nació para ser rey y yo nací para ser feliz.

—Larga vida al rey —dijeron todos al unísono.

Cuando finalmente la ceremonia acabó, se hizo el desfile y comenzó la gran celebración, donde todas las personas nobles asistían, pude finalmente reencontrarme con mi hermano. Yo aún seguí viviendo en el imperio, pero Asher tuvo que regresar por nuestra pequeña. Aunque se supone que llegaría a la celebración y finalmente podría volver a ver a mi pequeña. El próximo mes sería nuestra boda y podría mudarme al imperio pronto para comenzar una nueva vida con mi familia. No necesitaba nada más que esto.

La vida no podía ser más perfecta que ahora.

La vida no podía ser más perfecta que ahora

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Los hombres de la reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora