Las cosas iban mejorando bastante, me gustaba los resultados que estaba viendo y como poco a poco, las personas parecían cada vez más contentas con mi gobierno. Me gustaba saber que de alguna forma, estaba ayudando a mejorar las carencias. Sé que esto puede sonar algo egocéntrico, pero casi no hay carencias en mi imperio. Hay pobreza, como en cualquier lugar, pero no es algo extremo y las personas pueden sobrevivir tranquilamente, quienes sufren hambre siempre me tendrán a mí para brindar mi apoyo.
En un mundo perfecto, la pobreza no existe, pero este no es un mundo perfecto y no tenemos otra opción más que dar todo de nosotros, para que nadie muera por eso. Esa es la razón por la que tengo el aprecio de todos, 'porque soy muy dedicada a protegerlos y evitar que hambre.
Mi vida estaba yendo a mejor, casarme con Ariel fue una buena decisión, él sabe cómo esforzarse y cumplir sus tareas. Aunque ya no estamos juntos como antes, de igual forma se esfuerza para que todo sea más llevadero y desde que se encargó de Saúl, todo es más rápido. Soy su madre, amo estar con él, pero soy la gobernante y no puedo estar con el todo el tiempo, porque mi imperio me necesita.
En el cajón de mi escritorio, aún se encontraban esos hermosos regalos que me hizo Asher cuando estuve en su palacio y verlos me hacía pensar en el pasado. Recuerdo que pude haberlo conocido mucho antes que a mi ex esposo, pero la vida no me lo permitió. ¿Qué habría pasado si hubiera asistido a esa fiesta? ¿me habría casado con él o todo habría sido igual? ¿Si él me hubiese visto en esa fiesta se habría enamorado de mí?
Claro está que mi relación con él, es muy diferente de la que tengo con mis consortes. Ellos están conmigo por mi poder, nada más que eso. Tener hijos míos les da poder a ellos y a sus familias, por eso se esfuerzan tanto en complacerme íntimamente, porque quieren ser escogidos para ser padres de mis hijos.
Asher es totalmente diferente a ellos, él ya es un emperador y no busca en mí el poder, sino por el contrario es el deseo y el amor lo que nos une. Ambos compartimos un amor mutuo y el deseo que sentimos por el otro también es mutuo, es real. No digo que nunca sentí deseo por mis consortes, pero el deseo es muy diferente. No es lo mismo desear sexualmente a alguien, que desearlo y amarlo a la vez, vuelve esa intimidad mucho más profunda y real.
—Su majestad —dice el secretario mientras entra en mi oficina.
—¿Qué ocurre?
—El secretario del emperador vino a verla —me quedé impactada, ¿por qué estaría ese perro acá?
—Déjalo entrar —dije tranquila y el de inmediato asintió, para luego reverenciarme e irse.
No dejé de observarlo mientras entraba a mi oficina y me hacía una reverencia. Estaba inquieta, que hacía ese hombre acá, sobre todo después de lo que pasó. Nadie me saca de la cabeza, que fue el quien me provoco aquel aborto. Nos quedamos observándonos el uno al otro sin reaccionar y todo a mi alrededor se volvió intranquilo, quería que se fuera de una buena vez.
—Hola perro —fui yo quien rompió el hielo, estábamos solos, no había necesidad de ser educados.
—Majestad —contestó él y yo solo sonreí sin pensarlo.
—¿Le pasó algo a Asher? No veo otra razón para tener esta tan grata presencia —dije con evidente sarcasmo en lo último.
—No señora, no es esa la razón de que haya recorrido medio continente.
—Te escucho —dije sin más y me cruce de brazos.
—El emperador está preocupado, hizo una exhaustiva investigación sobre la traición del antiguo príncipe Joel y llegó a varias conclusiones interesantes. Aun no tiene pruebas certeras, pero está convencido de que él no fue un traídos. Además me pidió expresamente que me quede a su lado, como su nuevo sirviente y no me aleje de usted.
—¿Mi hermano no es un traidor? —pregunté confundida y el negó con la cabeza.
—No, su hermano solo intentaba proteger al hermano de su novia. Fue este, quien fue manipulado para traicionar al antiguo rey y el no supo que más hacer, aparte de culparse y enfrentar el castigo.
—¿Quién es el traidor?
—El padre de uno de sus consortes, aunque no podríamos decir con exactitud quien fue. La verdad es que eso datos se perdieron y debemos seguir investigando —explicó él y yo asentí con la cabeza.
—Hay que continuar entonces, el hijo de un traidor podría estar durmiendo en mi cama, eso es demasiado peligroso —murmuré en voz baja y el asintió con la cabeza.
—Por eso debo quedarme a su lado majestad, no solo para protegerla, sino también para investigar profundamente este asunto y llegar a la verdad.
—¿Quieres ser mi perro? —pregunté irónica y el solo asintió.
—Puede llamarme como desee.
—Antes quiero hacerte una pregunta —dije con algo de rabia y el asintió— ¿fue usted quien me envenenó aquella vez y me provocó un aborto? —pregunté y el solo me observó en silencio.
—Si majestad, fui yo.
—¿Por qué? —seguí preguntando, quería saber cuál era su excusa.
—Lo hice por usted, porque sospechaba de ese consorte y me pareció que si él podía ser el traidor, no era conveniente que usted tuviera un hijo de él y le diera más poder —su respuesta me tomó desprevenida, no sabía exactamente qué parte. Si el hecho de que hicieron algo por mi o simplemente que sospechara de Ariel.
—El no sería capaz —fue todo lo que pude decir.
—Eso no lo sabemos majestad y sin tener pruebas sólidas de su inocencia, lo mejor es que usted no se embarace de él o podría ser mucho peor.
—Él es el padre de Saúl, así que da igual —luego de que dijera eso, el solo sonrió.
—Eso no es verdad, Saúl es hijo de mi emperador —me quedé sorprendida, ¿acaso Asher le había contado sobre nuestro acuerdo? — también sé que nuestra princesa es su hija, pero no se preocupe, no planeo rebelarlo. Solo debe tener cuidado, porque las personas más inocentes tienden a ser las más culpables.
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Los hombres de la reina
Romance¡Prepárate para un drama real! Después de un divorcio complicado, la princesa del sur decide regresar a su hogar, solo para enfrentar una avalancha de problemas. Cuando su padre muere repentinamente en el viaje de regreso, ella se ve obligada a tom...