Capítulo 31

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Observé atentamente al joven en el suelo, él no dejaba de observarme

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Observé atentamente al joven en el suelo, él no dejaba de observarme. Estaba vestido de blanco, pero sus ropas estaban todas sucias y rotas. Su rostro, manos y pies también estaban muy sucios, aunque estos últimos tenían muchas heridas y sangre seca. Aunque tenía mucha suciedad, aún se podían vislumbrar sus ojos grises; eran muy bonitos. Tenía una mirada de inocencia pura, no era un hombre cualquiera.

—¿Quién eres? —le pregunté, pero no obtuve respuesta.

—Majestad, lo hemos intentado, pero no dice nada —me contestó uno de mis guardias.

—Entiendo, límpienlo y denle una habitación de servicio, intentaré hacer que hable cuando se sienta más a gusto.

Todos asintieron a mis órdenes y se lo llevaron. Parecía ser un esclavo fugitivo, no había otra razón para su estado. Decidí regresar con Saúl y Ariel. Ambos estaban jugando en mi habitación. Cuando entré, mi esposo me sonrió y mi hijo comenzó a gatear hacia mí. Él aún no caminaba, pero no quería presionarlo, aún era un niño pequeño y quería que creciera sanamente. Sus ojos azules resplandecían, y cada día se parecía más a Asher.

—¿Quién era el joven misterioso? —preguntó Ariel, después de darme un beso en los labios. Hacía mucho tiempo no nos besábamos, yo siempre evitaba ese tipo de contacto fuera de la cama.

—No lo sé, iré a hablar con el luego de que lo limpien un poco.

Tomé a mi hijo en mis brazos y me senté con él en la cama. Mi pequeño se mantuvo entre mis brazos, se removía un tanto incómodo y me observaba con esos hermosos ojos. Se sentía como un castigo que se pareciera tanto a él. Ariel estaba preocupado por eso, me decía que no era buena idea, que invitáramos al emperador al cumpleaños de Saúl. De esta forma, la gente podría ver lo parecidos que son y terminar repartiendo rumores, que acaben con una prueba de paternidad que confirme nuestra mentira.

—¿Qué hay de la fiesta de cumpleaños de mi príncipe? —pregunté haciendo fiesta y el pequeño bebé comenzó a reírse.

—Estamos ultimando detalles, será un evento perfecto.

Me pasé el resto del día con ellos dos, me gustaba verlos, me hacía sentir feliz. Por suerte, Asher no asistiría a la fiesta, algo que no era tan preocupante, ya que él no solía tener relación con mi país. Él solo vino una vez a crear alianzas con mi padre y desde entonces no volvió a venir. Nadie lo ve como una ofensa, están acostumbrados a la personalidad rebelde del emperador y han vivido con eso. Tuvimos que mentir mucho para que no relaciones a nuestros hijos. Mi hija, que se fue con él, legalmente es dos meses menor que Saúl, por lo que le falta para su primer añito.

Me despedí de mi esposo y mi hijo, para ir a cenar a la habitación de servicios. Pensé que con comida podría hacerlo entrar en confianza y hablar. Los guardias estarían fuera de la habitación, pero con las antenas encendidas, para poder entrar en caso de que intente asesinarme. No quería que estuvieran dentro, porque eso no le daría al joven la confianza para hablar y yo necesitaba eso, confianza. Cuando entré, las criadas que lo limpiaron se fueron y pude verlo finalmente. Ahora limpio, era otra persona. Su cabello era rubio, nunca había visto ese color de cabello dentro del palacio. La mayoría de los hombres están entre el negro y el castaño, ya sea claro u oscuro, pero nunca había visto un rubio tan bonito. Parecía un niño frágil e indefenso.

Los hombres de la reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora