George termina de ponerse la careta y toma su espada, poniéndose en posición. El enmascarado ya está listo. Observa a su adversario tratando de leer su mente. Su concentración desaparece cuando alguien aparece por la puerta.
—¡Hola! —los saluda Karl, animoso—. Me enteré de su duelo y me preguntaba si me podía quedar a ver.
El enmascarado y George se miran entre sí y ambos asienten.
—¿Quieres ser el mediador? —le pregunta el enmascarado.
—¿Qué es eso?
—Solo tienes que decir cuándo empezamos. Vamos a hacer tres duelos.
—¡Entendido!
Karl cierra la puerta tras de sí y se acerca a la pista de duelo, con la suficiente distancia como para no interrumpir el duelo.
—¡Empiecen!
No tarda ni dos segundos cuando George marca el primer punto.
—¡Eso fue rápido! —grita Karl impresionado.
El segundo, el tercero y el cuarto punto también lo marca George con mucha facilidad.
—¿Qué pasa? ¿No que eras muy bueno? —se burla George.
El quinto punto es para el enmascarado y eso le molesta a George. Le hubiera gustado burlarse después de ganar un 15 - 0. George vuelve a obtener los siguientes tres puntos, dejándolo con seis puntos de ventaja.
Cuando George cree que ya lo tiene ganado, el enmascarado se encarga de demostrarle que estaba equivocado marcando seis puntos seguidos. Ambos están empates 7 - 7.
Karl no entiende mucho del esgrima, pero aún así está fascinado por el duelo entre esos dos.
George termina ganando el primer duelo con 15 - 12.
—Creo que deberías dejar de presumir que eres bueno. Parece que los noticieros te han subido los humos, pero te voy a decir una cosa: No importa que tan conocido seas si no eres bueno.
—Lo dices como si hubiera sido mucha diferencia. Además, aún nos quedan dos duelos.
—¿Listo para perder?
—Eso debería preguntarte yo.
Karl anuncia el inicio del segundo duelo.
George nuevamente marca el primer punto, pero rápidamente el enmascarado toma la ventaja. Ni siquiera le da tiempo a George de pensar sus movimientos cuando anota un punto tras otro como si de una fiera salvaje se tratara. Lo ataca sin darle la opción de defenderse. No hay nadie que pueda pararlo.
Van 14 - 1, estando George en desventaja.
El último punto no es tan rápido. George se trata de defender como puede. No puede creer que un novato lo esté destrozando tan rápido.
La sala de prácticas es un sonido constante del choque del acero de las espadas y los pasos apresurados.
Ambos intentan defenderse como pueden hasta que cuando menos se lo espera el enmascarado logra marcar el último punto, siendo así, el ganador del segundo duelo.
George se quita la careta y la tira sintiéndose frustrado por la forma en que había perdido. En toda su entera vida nunca había perdido con tanta diferencia. Literalmente, lo habían destrozado.
—¿Qué pasó, honey? ¿No lograste soportarlo? ¿Aún te crees tan bueno?
—Fue suerte. Además, estaba cansado. Fue injusto.
—Fue totalmente justo. Otra cosa es que no sepas perder. ¿Qué te parece quince minutos de descanso? Así recuperamos fuerzas ambos.
—Bien.
George sale de la sala de prácticas junto a Karl y se sientan en las gradas frente a la puerta.
—¡Eres increíble! —lo felicita Karl, a pesar de no haber ganado ese duelo—. Nunca he sido fan de la esgrima, pero de verdad estaba impresionado. ¿Alguna vez has jugado a nivel nacional?
—Sí, varias veces. Aunque normalmente solo voy a torneos locales. La esgrima no es un deporte muy común, por lo que no suelen hacer torneos a nivel nacional.
—¿Ya tienes agendado un próximo torneo? Me gustaría ir a verte.
—No, aún no. Normalmente mi entrenador era el que me avisaba sobre los torneos, pero ahora supongo que ya nos avisarán para representar a la universidad.
—Me avisas. Te iré a animar.
La puerta se abre y aparece el enmascarado ahí.
—Ya pasaron los quince minutos.
Todos vuelven a la sala de prácticas. George vuelve a ponerse la careta. Ambos se colocan tras la línea de guardia esperando a que Karl les de la señal para empezar.
George está nervioso. En el primer duelo estaba muy confiado y mucho más después de ganarlo aunque la diferencia no fuera mucha. Por esa razón, le resultó chocante ver cómo su contrincante sobresalía en el segundo duelo.
No iba a dejar que lo humille. Tenía que ganar el tercer duelo a como dé lugar.
—¡Empiecen! —grita Karl.
El tercer duelo empieza lento. Ambos intentan defenderse hasta que George alcanza a tocarlo, logrando el primer punto.
El siguiente punto rápidamente es de el enmascarado, pero no puede emocionarse tan rápido porque George nuevamente toma la ventaja y va a por más. La ira y el miedo a terminar humillado hacen que su habilidad y su agilidad se complementen perfectamente para esquivar y atacar a su contrincante.
El enmascarado tampoco se queda de lado e intenta empatar con George, lo que resulta difícil.
En cuestión de pocos minutos ya están 7 - 13, estando George en ventaja.
George ya se siente en la gloria. Ya ni siquiera le importa ver su cara, lo único que quiere es ganar.
Pero en la esgrima no importa quién está en ventaja, porque siempre se puede remontar al estar en iguales condiciones. Es por eso que el enmascarado no tarda en darle la vuelta a los puntajes y llega a empatarlo.
El enmascarado logra obtener un punto más quedando a uno de la victoria.
Nuevamente regresan los segundos de tensión que se convierten en minutos, mientras ambos luchan por obtener la victoria.
El enmascarado lo tiene acorralado. Con un poco más de fuerza lo haría caer y ese sería su fin prácticamente.
Llega a la zona coloreada de la pista avisándole que está cerca de salirse de su área.
—¿Listo para perder, Gogy?
Gogy. Era un apodo que le había dado su ex cuando aún eran novios, que después lo usaban todos hasta que en una entrevista —que le hicieron después de que terminara con su pareja— había mencionado que odiaba el apodo. Y ahora nuevamente volvía a escucharlo.
El apodo lo llena de recuerdos y lo vuelve débil. Pierde el equilibrio y cae fuera de su área haciendo que directamente el punto se vaya para el enmascarado convirtiéndolo el ganador del último duelo.
El enmascarado le extiende su mano para ayudarlo a levantarse, pero George se levanta por su cuenta.
—Buen juego, George.
George no le responde nada y simplemente sale de la sala de prácticas sin decir nada.
—¡Fue un juego excelente! —le dice Karl a el enmascarado—. ¡Bien jugado!
—Gracias, Karl. Aunque creo que George no está acostumbrado a perder.
—Iré a hablar con él.
El enmascarado sonríe dejado de la máscara. Se sentía bien ganar. Se sentía genial ganarle a George. Pero el sentimiento de saber que George sería su novio de mentiras era mucho más grande que cualquier otro.
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El enmascarado [Dreamnotfound]
FanfictionLa esgrima siempre ha sido todo para George. Por eso no era de asombrarse que fuera demasiado bueno en ello que incluso las universidades se peleaban por él. Todo cambia cuando se enfrenta con "El enmascarado", un nuevo esgrimista que había llegado...