El enmascarado [Dreamnotfound]

5

George es el primero en despertarse. Iba a aprovechar las primeras horas de la mañana para descubrir el campus y buscar un lugar donde pudiera practicar.

A esas horas de la mañana todo está tranquilo. Apenas aparecen los primeros rayos de sol. Hay alguno que otro estudiante merodeando por ahí, a los que no les da mucha importancia.

Sigue caminando hasta que encuentra el lugar perfecto. Tenían tres pistas con su marcador correspondiente. Respira hondo sintiéndose satisfecho y se da la vuelta para regresar a su habitación cuando el enmascarado lo sorprende.

—¡Buenos días! —dice como si no hubiera estado a punto de matarlo de un paro cardíaco.

—¿Qué haces aquí? ¿Me estabas siguiendo?

—No. Solo quería ver donde quedaba la sala de esgrima. Pensé que era más grande realmente, pero no está nada mal. ¿La de tu academia también era más grande?

—Era mucho más pequeña. ¿A qué academia ibas?

—¿Yo? A ninguna.

—¿Entonces por qué preguntaste si mi academia "también" era más grande?

El enmascarado se encoge de hombros.

—Es una gran coincidencia de que estemos en la misma universidad e incluso estemos compartiendo habitación, ¿no lo crees? —le dice George, como si lo acusara de esa coincidencia.

—Sinceramente no lo pensé mucho.

—Yo tampoco. Supongo que no somos tan diferentes.

George sonríe genuinamente, pero esconde rápidamente su sonrisa cuando recuerda que está hablando con el enmascarado.

—¿Y puedes mirar con esa máscara?

—Sí, es más cómoda de lo que parece.

—¿Por qué no te la quitas y muestras tu cara como una persona normal?

—Porque con la máscara todos me quieren, me admiran y... por fin soy alguien por mí mismo y no por alguien más. En cuanto me quito la máscara dejo de ser alguien, dejo de ser admirado o querido por todos y solo soy uno más del montón.

—Solo hacemos esgrima. No es como si importemos mucho igualmente.

—El George que conozco no hubiera dicho eso.

Ambos se quedan en silencio. El enmascarado mordiéndose la lengua por hablar de más y George tratando de procesar todo.

—¿Qué dijiste?

—Yo no dije nada.

—No, no. Estoy seguro que dijiste algo. ¿Nos conocíamos? ¿Te he visto antes?

—No. Es todo un mal entendido. Claro que te conozco, porque siempre has sido muy bueno en esgrima. He analizado cada uno de tus movimientos. Por supuesto que te conozco.

—Oh... ya veo. ¿Entonces, no nos conocíamos?

—No. Para nada.

—Pensé que me había resultado familiar.

El enmascarado suelta un risa nerviosa y niega con la cabeza, mientras se da media vuelta para salir de la sala.

—Creo que ya debería irme. Tengo mi primera clase pronto.

—Igual yo.

...

George regresa casi al anochecer a su habitación. El único ahí es Karl que está en uno de los escritorios haciendo alguna tarea aparentemente, ya que se le ve concentrado en ello.

—¿Primer día y ya te dejaron un trabajo?

—Sí, pero no es tan complejo. ¿Qué hay de ti?

—Fue un día tranquilo. Solo clases teóricas. ¿Los demás aún no llegan?

—Parece que no. No los he visto casi todo el día. Larray dijo que llegaría tarde porque iba a organizar una fiesta de bienvenida junto a los delegados de cada facultad. ¿Piensas ir?

—¿Cuándo es?

Karl se encoge de hombros.

—Supongo que este mes —responde después—. Pensaba ir, pero no quisiera ir solo.

—Vamos juntos.

—¿En serio? —a Karl parece brillarle los ojos—. ¡Muchas gracias! ¡No puedo creer que hice un amigo tan pronto!

—No es la gran cosa. Además, seguro será divertido.

Horas más tarde llega el enmascarado, parece que ha estado practicando esgrima, porque está con el traje puesto. No dice ni una sola palabra antes de meterse al baño para cambiarse de ropa y ponerse la otra máscara.

George ve el celular del enmascarado sobre su cama, mira hacia el baño que sigue con la puerta cerrada, y toma el celular sigilosamente.

Las personas normalmente tenían fotos suyas en sus teléfonos, entonces, tal vez así podría saber la identidad del enmascarado.

Ve que tiene contraseña, pero puede ver las notificaciones. Hay una que le llama bastante la atención.

"¿Qué tal todo con George?"

Ni siquiera tiene ese número agendado. ¿Y qué hacía esa persona preguntando por él? ¿Acaso el enmascarado había estado hablando de él con alguien más? ¿Por qué haría eso? ¿Era algún plan de sabotaje?

Está tan concentrado pensando que no nota cuando el dueño del celular está parado frente a él con una mirada llena de odio debajo de esa máscara.

—¿Qué haces con mi celular?

George brinca del susto sobre su sitio y el celular cae de sus manos hacia el suelo.

—¡Oh, no! ¡Lo siento! ¡Y-yo... Yo no quería...!

George intenta tomar el celular, pero el enmascarado lo agarra primero viendo la pantalla un poco rota por la caída.

—Lo siento mucho —dice George apenado—. Te lo pagaré en cuanto pueda.

—No importa. Aún funciona.

El más bajo estaba esperando una reacción agresiva o que le gritara por haber tomado su celular sin permiso, pero el enmascarado se resignó a solo suspirar.

—Lo siento —murmuró George por última vez.

Subió su vista hacia el enmascarado notando que un mechón de su pelo salía de la máscara.

—¿Eres rubio?

—Rubio oscuro —dice, mientras trata de ocultar su cabello con la capucha.

—No me gusta el cabello rubio sinceramente.

—Pues yo creo que combina muy bien contigo.

George no sabía si lo había dicho para molestarlo o porque simplemente le parecía. Tampoco tuvo tiempo para preguntárselo, ya que volvió a salir de la habitación.

—¿Eso fue alguna clase de coqueteo? —preguntó Karl, que llevaba mucho tiempo callado.

—No lo creo...