Capítulo 8

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"Culpable de quererte tanto que me equivoqué

Culpable de pedir perdón por no tener la solución

Culpable de quererte tanto que olvidé mi voz."

Punto de vista de Jenna.

Era una pena que hubiese acabado ya el viaje, me lo había especialmente bien de principio a fin y bueno ese final. Creo que nunca había tenido un orgasmo tan intenso y eso era única y exclusivamente obra de Lucas.

Por casualidad, la vuelta a Sevilla coincidió con la vuelta de todas las dudas en mi cabeza ¿realmente lo que quería era volver con Lucas? Estar enamorada de él estaba todo lo enamorada que se podía estar de una persona, pero volver así de pronto después de tantos meses separados es precipitado y tal vez las cosas con Lucas y yo se volvieron contra nosotros por la precipitación.

—Jen, ¿Querés volver a vivir conmigo? —dijo cuando llegamos a su casa. Y todo se empezó a remover dentro de mi. —Estoy cansado de no saber qué somos. Yo quiero estar con vos.

—Lucas yo

—Decí Jen, ¿qué querés?

—Ir...despacio. —dije cerrando la puerta de su casa, que había sido nuestra, tras mi.

—¿despacio? —ríe irónico. —Jen, ya es demasiado tarde para eso.

—Lucas, es que siempre estamos precipitados a todo.

—mi amor no es una precipitación, Jen. Yo quiero estar con vos. 

—Solo te estoy pidiendo espacio y lentitud no montes el drama.

—¿espacio y lentitud? ¿Después de habernos acostado? No, Jen.

—me he dejado llevar si, pero es que no sé si quiero volver —en ese mismo instante me arrepentí porque sabía que las palabras se habían malinterpretado. —no quería...

—No querías, pero lo dijiste. —se mordió el labio inferior reprimiendo todo el dolor que sus ojos iban a soltar. —Se acabó, Jen. No sé qué más hacer para demostrarte que te amo y que estos cinco meses han sido un infierno sin ti. Pero te puedo asegurar que lo único que si sé es que esto se acaba hoy.

—Lucas por favor, no digas eso, yo no quiero perderte.

—Eso deberías de haberlo tenido claro antes de decirme que no estabas segura de querer volver. Me cansé Jen, de darte mi vida de dártelo todo y vos sigás encerrada en cinco meses de mierda. —se dirigió hacia la puerta. —Ahora por favor andate de mi casa.

Escucharle decir mi casa dolió porque hasta hace media hora estaba diciendo nuestra y realmente no entendí el dolor que estaba sintiendo y cuanto de enfadado estaba hasta que no le escuché decir eso.

Volví a mi casa, a la mía con Óliver y Cachete, quienes estaban esperándome como cuales cotillas esperando que les contase todo el viaje.

—¿Qué tal por Islas Canarias? —preguntó Óliver levantando las cejas de forma pícara, pero entonces comencé a llorar.

Mis dos mejores amigos me miraron desconcertados, rápidamente fueron a abrazarme. Mis lágrimas no dejaban de salir y estaba sintiendo un dolor en el pecho espantoso.

—Creo que lo hemos dejado definitivamente. —dije entre sollozos mientras mis amigos me envolvían entre sus brazos.

Después de contarles todo lo que pasó me calmé y logré dejar de llorar, no me sentía de esa forma desde que se marchó a Ámsterdam, vacía.

—Jenna, si seguís teniendo esas dudas lo único que conseguirás es perder a Lucas, y vos no querés eso.

—no creo que tengas dudas, creo que más bien es miedo. Miedo a que se marche de nuevo, miedo a perderlo y es eso lo que hace que te crees una coraza que hasta a él lo alejas.

Luego de destrozarme con sus comentarios, pero de hacerme abrir los ojos haciéndome ver que lo que yo quería era tener a Lucas cerca y no lejos nos marchamos a la ciudad deportiva. Había reunión pre-partido donde nos dieron el XI inicial.

Ni Cache ni Óliver jugaban, si lo hacía Lucas, el cual me rehuía.

—Otra cosa más antes de marcharnos al hotel, os presento a Sara, ella es la nueva Community Manager. Así que, si la ven cercana a vosotros, trátenla bien. —dijo Sampaoli.

La chica era rubia y tenia unos ojos verdes preciosos, se mostraba tímida, pero enseguida entre los argentinos lograron que se sintiera mejor.

Nos marchamos al hotel, donde pasamos las siguientes horas hasta el partido.

Los nervios comenzaron a apoderarse de mí, ya no era solo por Lucas, recordé que hoy nos jugábamos la permanencia, que igual el día que le entregué el informe a Sampaoli puse una evaluación de Lucas con la mentalidad total al 100% que hoy no tendría y sobre todo, es que ni siquiera me miraba y me estaba matando.

El partido empezó mal, en el minuto uno ya empezamos perdiendo y aunque estábamos sabiendo reaccionar la realidad es que ninguna jugada llegaba a nada, el árbitro se había comido dos penaltis como una catedral y el Almería llevaba perdiendo tiempo desde su gol, tuvo a dos lesionados y Bono a nosotros casi nos lo matan, nos preocupamos mucho, el marroquí abandonó el estadio en camilla con collarín.

Para nuestra suerte y merecimiento ya que estábamos achuchando demasiado, Alex Telles consiguió un penalti que ahora mismo si lo metía valían oro, y probablemente la permanencia en primera división.

El encargado de tirarlo era Lucas y sabía que iba para dentro, su celebración mirándome, solo me demostró que estaba dolido, pero confiando en su fútbol y que eso había sido en parte gracias a mí.

En la segunda parte lo cambiaron y el único sitio libre que había en el banquillo era Justo a mi lado, ya que Óliver había salido a jugar.

—sentáte al lado de Jenna. —le dijo Jorge Desio.

—No, yo con Jenna cuánto más lejos mejor.

Y aunque me hice la que no escuchó nada, mientras miraba el terreno de juego los ojos se me cristalizaron, Cachete se dio cuenta porque entrelazó nuestras manos dándome apoyo.

Me di cuenta que Lucas se había sentado en las sillas de al lado del banquillo, Justo al lado de Sara.

El gol de Erik lo celebré como una loca abrazada a Cache y Suso, hasta que mire hacia Lucas y se me partió el corazón, él lo había celebrado cogiendo a Sara en volandas y dándole besos por toda su cara. Tal y como hacía conmigo.

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Holaaaaa. He vivido el peor fin de semana de mi vida.

Valorad mucho el capítulo. 🫶❤️

Corazón Que Miente -Lucas OcamposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora