Capítulo 3

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Punto de vista de Jenna.

Mientras mis dos mejores amigos me perseguían por todos los pasillos del hotel en el que nos alojábamos en Pamplona, yo no podía dejar de pensar en Lucas. Su vuelta la sentía bien, pero a la vez lo sentía mal y sobre todo sentía que no estaba cumpliendo la promesa que me hice hace cinco meses, Lucas Ocampos me hacía volverme frágil.

—Que nos mires, Jennifer. —habló seriamente Óliver, solo así consiguió que me diese la vuelta a mirarle a él y a Cachete.

—¿Qué queréis? —Les dije suspirando. Sabía a la perfección que era lo que querían, que les contase qué hice anoche con Lucas en su casa.

—Lo sabés, no te hagás la tonta. —habló esta vez el argentino.

—Sois como dos marujas fracasadas. No pasó nada que se saliese de control, solo cenamos, hablamos y me llevó de vuelta a casa. —les expliqué, pero no les valió de nada porque ellos siempre querían detalles. —Le conté sobre nuestro bebé.

—¿QUÉ? —dijeron al unísono y bastante sorprendidos.

—Pensaba que no querías hacerle sentir mal nunca con eso y que sería tu secreto. —dijo Óliver, aún tratando de asimilar que le había contado a mi ex prometido, que nuestro jefe me había obligado a abortar a nuestro hijo.

—Lo sé, pero simplemente tuve que decírselo. Se lo merecía.

—Supongo que no se lo tomó bien. —asumió Montiel.

—No, de hecho creo que por eso está tan irascible hoy. —dije soltando un gran suspiro.

—Este no tiene la mente para jugar hoy. —respondió Óliver.

—Lucas es purasangre, lo que más debemos de temer es que vaya a matar al presi, no que vaya a jugar o no. —aclaró Cachete.

Conocíamos a Lucas de sobra y era cierto eso de que es un purasangre, pero de ahí, a poner en riesgo su trabajo, no, le conozco bien y eso no lo haría.

Fui a buscarlo, solo quería saber cómo estaba y necesitaba hablar con él, no había podido dejar de pensarlo en ningún momento y esto no me estaba gustando. Juré que le odiaría y cada día lo único que hago es quererle más.

—¿Se puede saber que te pasa, tío? —habló Jesús. —Nos jugamos hoy un partido importantísimo y no puedes tener esta actitud.

—¿La mala actitud es mía, pero no la de él que hace lo que quiere con las personas que no le importa nada? —habló Lucas a Jesús mirándole.

—¿Qué hizo?

—No puedo decirte, pero no quiero que se acerque a mí, y mucho menos a Jen. 

—¿Jenna? ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?

—Todo es por ella, Jesús. Si le hacen daño yo... mato a quien sea.

—ya, bueno. Relájate. Estamos a lo que estamos. Osasuna, Osasuna y Osasuna.

—si, ya.

Jesús le dio a Lucas un apretón de hombros y luego me miró a mí intentando que entrase a hablar con él, cosa que no me quedaría más remedio que hacer si este se empeña en seguir con esa actitud refiriéndose a los VIP de la entidad.

Me acerqué hasta él, haciendo justo lo contrario a lo que dije que haría si volvía, pero era superior a mí, su cercanía era todo lo que yo necesitaba para curar mi corazón.

—Lucas. —pronuncié.

Su cara se llenó de felicidad al verme, y no pude evitar sonreírle.

—¿Cómo estás? —le pregunté sentándome a su lado.

—No dejo de pensar en lo que hablamos a noche, Jen.

Me fijé en sus ojos, parecían tristes y lo peor de todo, es que me sentía culpable de que él no hubiese formado parte de todo esto, del proceso.

—De solo pensar lo que pasaste vos acá sola y yo en Ámsterdam como un boludo. —se frotó los ojos.

—Lo siento mucho. No debí de contarte nada de saber que ibas a estar así. Todo esto influye para mal en tu rendimiento del campo.

—¿Te han obligado a perder a nuestro bebé y lo que más te importa es como jugaré? —dijo, en su tono era evidente que estaba molesto.

—Lucas, eso ya pasó hace cinco meses. Ahora lo importante es todo lo que nos jugamos esta noche.

—¡Me da igual! ¡A mí solo me importás vos! —alzó la voz y aunque era una declaración de amor en toda regla, me enfadé. Ahora no había nada más importante que el Sevilla.

—¡No es el momento! —me levanté de mi asiento. —Estamos al borde de segunda, arruinados por culpa de la gestión deportiva, lo mejor que han podido pasarnos son estos cuartos de final para buscar otras formas de entrar en Europa. Dices que solo te importo yo, pero cuando debías demostrarlo no hiciste nada.

Sé que él iba a hablar, pero me fui antes de que pudiera hacerlo, no quería escucharle, joder, ahora mismo hay que prestar atención a lo importante. No he visto a mi equipo así nunca, y tengo veintiséis años.

El partido no fue mejor, realmente este equipo tenía muchos problemas, y aunque no estábamos jugando mal, había un problema grande y es la falta de gol. No tenemos. Lucas había hecho un partido irrisorio y fue sustituido, ya íbamos perdiendo y aunque en el último minuto Youseff había empatado, en la prórroga el Chimy Ávila nos mató.

Conclusión: eliminados. 

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HOLAAAAAA.

Lloré muchísimo en este partido.

Nos leemos pronto. ❤️

Ig: @ememarrr

Corazón Que Miente -Lucas OcamposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora