Capítulo 27

40 2 4
                                    

Hold on, I still want you
Come back, I still need you
Let me take your hand, I'll make it right
I swear to love you all my life
Hold on, I still need you"

___

“Espera, todavía te quiero
Regresa, todavía te necesito
Déjame tomar tu mano, lo arreglaré
Juro amarte toda mi vida
Espera, todavía te necesito”

“Espera, todavía te quieroRegresa, todavía te necesitoDéjame tomar tu mano, lo arreglaréJuro amarte toda mi vidaEspera, todavía te necesito”

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Punto de vista de Jenna.

Sobre la mesa firmaba todos los informes de los jugadores titulares de este partido, todos afortunadamente se encontraban en un buen estado mental y físico. Sobre todo Ever que era muy necesario.

Llamaron a la puerta de mi oficina y al levantar la cabeza vi a Sergio Reguilón en ella, venía acompañado del hombre que estaba provocando en mí miles de sensaciones que nunca había sentido y que lo más cerca que estuve de experimentar algo así fue en las películas de amor que veo en Netflix con mi madre por la tarde.

¿Su nombre? Lucas Ocampos.

—Jenna, te traigo a este, no sé qué le pasa pero ha mandado dos balones a la ciudad deportiva del Betis de altos.

—Sos un exagerado. Simplemente no tuve un buen día y ya está.

—Siéntate ahí y que te evalúe, hay Europa esta semana, no voy a permitir que la cagues, Lucas.

Me reí viendo cómo se estaban peleando entre ellos por nada.

—A ver, Lucas. Siéntate hablamos y luego vemos qué tal ¿De acuerdo?

Sergio tocó el hombro de Lucas y antes de marcharse le guiñó el ojo, por ese momento tenía veintitrés años y era demasiado inocente para pensar en qué ya estaba todo lo enamorada que se podía estar de una persona, porque simplemente Lucas activaba todo dentro de mí.

Cuando Regui se fue, Lucas se sentó frente a mí y me miró sonriente, mi pierna por inercia comenzó a temblar y casi muero.

—Cuéntame por qué no tienes un buen día. —dije mirándole con atención, intentando no quedarme embobada con él.

—Nada, en realidad de lo que te dijo no me sucede nada. Pero Julen pasaba por aquí cuando venía a verte y tuvimos que buscar una excusa rápida para poder quedarme a solas con vos.

Sonreí, pero me puse más roja que un tomate.

—No lo puedo creer. —dijo mirando el sobre de cola cao que había sobre mi mesa porque diez minutos antes me había tomado uno. —Eres team cola cao.

—No me puedo creer que tú seas team Nesquik.

—Dios mío, ahora me siento avergonzado. —dijo riéndose.

—¿Avergonzado?

—Sí, avergonzado de que la chica que me gusta sea team Nesquik. Creo que no debería enamorarme de alguien así.

Acababa de asumir que le gustaba, pero era tan sumamente joven e idiota que ni siquiera me había dado cuenta.

(...)

En la actualidad estaba frente a mí, parado en la puerta de la casa de Óliver, donde volvía a vivir nuevamente. Era un día nublado en Sevilla, parecía que se ponía el tiempo de acuerdo conmigo para que pudiésemos llorar juntos.

—Por la noche la traigo. —dijo, serio, cortante, no tenía ningún tipo de expresión en su rostro y yo estaba por ponerme a llorar, no quiero esta situación.

—Lucas. —frené su camino. —Algún día tendremos que hablar.

—Desvincularnos por completo el uno del otro es imposible, trabajamos en el mismo club y tenemos una hija, por si no es suficiente estoy enamorado de ti como solo un idiota se enamoraría de una persona que a los veintisiete años sigue siendo una inmadura.

—Lucas, lo siento. No supe cómo afrontar esta situación, pero es que quiero estar contigo, yo te amo.

—No, Jen. Antes no dudabas de que me querías, ni de venir a estar conmigo, pero desde que volví de Ámsterdam has estado llena de dudas, diciendo siempre que nos hemos precipitado a todo ¿Sabés por qué me he precipitado siempre con vos? Porque te amo, porque aunque la piscina estuviese vacía yo siempre me tiraba de cabeza. Y de verdad que no había nada que me hiciera más ilusión y de lo que tuviera más ganas en este mundo que ser tu esposo, pero así no, Jen. Así no.

No quise decir nada más porque simplemente no sabía qué decir, además Lucas decidió seguir con su camino y llevarse a Logan.

—¿Estás bien? —dijo Adriá cuando me vio llorando frente a la puerta, ya estaba cerrada.

No salió antes para no echar leña al fuego porque todo esto aún estaba muy candente.

Pero lo cierto era que estábamos solos en casa durante dos días, Fede se fue con Loïc de retiro porque ahora ninguno de los dos juegan y entre no jugadores se entienden, y Óliver estaba en Navalmoral con su familia, hasta mañana que llegara Cachete de Nottingham.

—No, no está nada bien, Adriá. Debí de volver, debí de darle explicaciones, prefería huir y ahora pago los errores.

—Oye, Jenna. —dijo cogiéndome las mejillas. —Hiciste lo mejor que pudiste hacer y es lo que te pidió el corazón, todos cometemos errores.

Y hay una frase que siempre digo y es justo lo que me pasó en ese momento, cuidado con las horas bajas.

Le besé, no porque le quisiera, sino porque lo necesitaba, porque conseguí olvidarme de que Lucas me odiaba, porque él estaba ahí y no otra persona, porque a pesar de que me moría porque fueran los labios y el cuerpo de Lucas el que recorrí aquella mañana, fue en los brazos de Adriá Pedrosa donde me vi envuelta y confundida.

HOLAAAAAAAA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


HOLAAAAAAAA.

¿La ha liado Jenna?
Leo vuestras opiniones...😊

Pd: el Sevilla es tan malo que no nos gana el Quintanar porque es cinco categorías inferior. 🌝

Corazón Que Miente -Lucas OcamposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora