capitulo 26

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It's not your fault I ruin everything
And it's not your fault I can't be what you need
Baby, angels like you can't fly down hell with me
I'm everything they said I would be”

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“No es tu culpa que yo arruine todo
No es tu culpa que no soy lo que necesitas
Amor, ángeles como tú no pueden volar al infierno conmigo
Soy todo lo que dijeron que sería.”

Punto de vista de Jenna

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Punto de vista de Jenna.

Estaba en la cafetería sentada sobre una mesa yo sola, rodeada de subrayadores stabilo, subrayando treinta y cinco mil conceptos para el último examen de mi primer año de máster.

¿En qué momento decidí estudiar psicología deportiva?

Luego miré a mi alrededor y vi por cada esquina un escudo del Sevilla, y lo entendí. Para esto, para unir lo que más quería con mi mayor pasión, el fútbol y la psicología.

Por la cafetería apareció el Mudo con su mate caliente y se quedó mirando frunciendo el ceño.

—¿Todavía estás en exámenes? —preguntó apoyándose en la mesa.

—Sí, es que suspendí la asignatura en mayo. Así que tengo que recuperarla. —respondí.

—¿Y los tenés en Julio?

—Sí, una putada, pero así es.

—Ya llegó el nuevo, vas a tener que hacerle la evaluación.

Empecé a recoger los subrayadores de la mesa cuando llegó Monchi acompañado del nuevo jugador.

Tenía el pelo peinado en un tupé hacia arriba, los brazos llenos de tatuajes y una sonrisa de oreja a oreja.

—Mira, aquí está. —dijo Monchi mirándome. —Ella es Jennifer.

—Pero me llaman Jenna. —aclaré.

—Bueno, en cualquier caso, es nuestra psicóloga, en prácticas, pero muy buena. —miró al chico. —Él es Lucas Ocampos, nuestro nuevo jugador. Lucas te dejo con ella para que te haga la evaluación.

—Sí, está bien. Gracias. —habló Lucas. —Bueno, cómo era ¿Jen?

—Jenna, nadie nunca me había dicho Jen.

—Bueno, entonces para mí serás Jen. —sonrió. —únicamente para mí.

Sonreí, no pude evitarlo.

—Sos hermosa.

(...).

Cuando volví a la actualidad me di cuenta de la situación, Lucas estaba sentado frente a mí serio, y era la primera vez en mucho tiempo que lo sentía tan lejos.

—No quiero convertir esto en una guerra, Jen. No quiero ponerlo en manos de abogados ni mucho menos. —dijo, sin despegar su mirada.

—Entonces no lo conviertas en eso, vamos a hablar de las cosas.

—Yo ya no quiero hablar acerca de tus dudas o del miedo que te da afrontar las cosas. Quiero hablar de Logan, del tiempo que vamos a tener cada uno a nuestra hija.

—¿Vas a correr a Sara otra vez ahora que estás mal conmigo? —Él se rió de forma irónica.

—¿Eso pensás? No quiero a otra mujer, Jen. Te quiero a vos, pero te quiero crecida, madurada y que pensés más en lo que hacés.

—que yo ya lo he pensado todo, que yo no quiero a Adri, que yo quiero estar contigo.

—Vos seguís en la nube de que esto es por lo que siente Adri por vos, cuando en realidad es por vos Jenna, siempre tenés dudas en cuanto a grandes decisiones nos referimos, y me cansé.

Luego se levantó de la silla y se alejó por el pasillo, me dejó sentada sola y pensativa, igual debí de haber vuelto con él la noche del partido, haber hablado con él. Me acobardé por temor a lo que pudiera pasar.

—Y pasó lo que exactamente yo te dije que iba a pasar. —apareció ante mi vista Sara. Es que es lo que me faltaba.

—Sara, ahora no por favor.

—Todo esto lo podríamos haber evitado si hubieses hecho lo que te dije, alejarte de él. —la miré fijamente.

—¿Cuántas veces he de decirte que lo intenté, pero simplemente no pude? —dije señalando el carrito de Logan.

—Nunca debió de enterarse, y ambas sabemos que hubiese sido mejor así.

—Lucas ama a Logan. Además no lo iba a poder ocultar para siempre.

Sara iba a empezar a hablar, pero entonces llegó Adriá para salvarme de todo entonces.

—Sara, no te conozco desde hace mucho y de verdad que no tengo idea de lo que habláis, pero te sugiero que te marches y la dejes en paz.

—No te hagas el disgustado con esto, que a ti esta situación te encanta tanto o más que a mí.

La rubia se marchó y nos dejó a Adriá y a mi a solas.

—No le hagas caso, porque a mí esta situación no me gusta en absoluto, yo no quiero que estés mal.

—Lo sé , Adri. —Dije mirando hacia abajo.

—Vaya, o sea que echándome en cara que yo podía ir a buscar a Sara y en cuanto me giro, estás con él.

Al levantar la cabeza pude observar a un Lucas que me fulminaba con la mirada.

Mierda, otra vez.

HOLAAAAAA

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HOLAAAAAA.

¿Team "hostia a Sara"?

Corazón Que Miente -Lucas OcamposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora