Capítulo 5

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“Esclavo del reloj
Tuve que separarme de tu piel
Aunque mi calor
Nunca dejó esa cama
Yo sigo en ella, sigo abrazando”.

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Punto de vista de Jenna.

La puerta sonando como si fuera una posesa me sacó de mi serie de Netflix, llevaba deprimida todo el día, estaba sin trabajo y próximamente mis ahorros se acabarían, no tenia idea de qué hacer. ¿Cómo pago ahora mi parte de la casa? ¿Como termino el máster? ¿Como vivo?

Me levanté a abrir la puerta y ahi estaba mi argentino favorito, el dueño de todos mis latidos acompañados de un suspiro, el mismo capaz de romperme el corazón y arreglarlo. Lucas Ocampos.

—Vestíte. —dijo entrando en casa. —Hola Boludos.

—Hola, Che ¿Qué te pasa? —respondió Gonzalo.

—Lucas, no puedes venir de esa forma a decirme que me vista, no tengo nada que hacer, me voy a quedar viendo Netflix. —respondí sentándome en el sofá, a lo que Lucas hizo estirar sus brazos levantándome del sofá.

—No Jen, no casó eso de que tenías ganas de buscar nuevos retos en tu carrera, nunca dejarías el club de tu vida, tu sueño de ser psicóloga deportiva del Sevilla. —cuando dijo eso y encontró mi mirada empecé a llorar, a lo que los tres hombres más importantes ahora mismo para mí respondieron abrazándome.

—Se enteró de lo que pasó, se enteró de que Lucas te enteraste de lo de nuestro bebé y decidió que yo estaba poniéndote en su contra y para que eso no sucediese me echó. —cuando les termine de contar ya estaba hundida en mil lágrimas.

—te echó, ese hijo de la re mil putas te echó. Lo mato. —Lucas, que estaba arrodillado ante mi, se levantó y fue dirección a la puerta, pero totalmente enfadado.

—No, Lucas por favor. No hagas nada, solo déjalo estar ¿si? —le dije, asustada porque sabía que este hombre era capaz de lo peor.

—Cómo que no, Jenna. Te va a destrozar la vida el calvo ese. —habló esta vez mi mejor amigo, anda que el otro apoya mucho a la patria.

—Jenna, pará, escuchá. Lucas tiene razón, ya llevas una semana fuera del club y la situación es insostenible, el nuevo psicólogo Deportivo no ama al club de la forma que lo amás vos. Tenemos que remediar esta situación. 

Miré a los tres hombres que estaban conmigo, y definitivamente no sé en qué momento me encontraba en la ciudad deportiva delante de toda la plantilla, hasta de los nuevos fichajes.

—Hola Jenna. —me saludó Bryan feliz.

Le di un fuerte abrazo, había visto crecer a este chaval, le vi debutar, le vi llorar en las finales y digamos que en bachillerato cuando necesitaba ganarme dinero fui su niñera.

—Escuchadme bien. —todos se giraron a mirar a Óliver. —Llevamos una semana sin Jenna al frente de la psicología deportiva y esto es insostenible, no quiero contarle mis inquietudes a una persona desconocida.

—No es solo eso, es que Jen quedó afuera del club por una totalmente injusticia, y yo me encargaré de que vuelva. —añadió Lucas. —Jen, es la persona más maravillosa que he conocido nunca y no me imagino los días en este club sin su sonrisa por los pasillos. Y no lo digo solo porque estoy enamorado de ella, lo digo porque creo que a todos nos hace los días un poquito más fáciles.

Sabía que Lucas no había conseguido dejar de quererme, uno no deja de querer a nadie en dos días a alguien que amó durante tres años. Lo que es cierto, es que cuando escuché decir eso sólo quería besarle, pero claro aquí delante de todos no.

Como si de una película se tratase, la plantilla entera fue en busca de Pepe o de Monchi para que me readmitieran, fue en ese momento cuando me quedé a solas con mi argentino favorito.

—Gracias. —le dije. —Gracias por simplemente, siempre haber estado ahí.

—Jen. —cogió mi mano. —sos la mejor persona que conocí en veintiocho años, y puedo decirte que sos lo mejor que tengo en mi vida. Que suerte la mía de haber podido estar contigo.

—Lucas no puedes…

—Jen, no podés prohibirme decirte que te amo. —dijo buscando mi mirada, la cual yo no quería encontrarla con la suya, pero al final lo hice, y me moría por Segundo.

Se me puso el estómago del revés. Como te odio Lucas Ocampos.

—No voy a besarte porque de seguro me matás, pero sabés que me muero por hacerlo. —acarició mi mejilla. —cinco meses lejos no son suficientes para matar todo lo que yo siento por vos.

Le miré y no pude más, lo atraje hacia mí uniendo nuestros labios, hacía cinco meses desde la última vez, y lo necesitaba.

Simplemente, él era todo lo que yo necesitaba.

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HOLAAAAAAA.

Que nos amen como Lucas ama a Jen, no pido más. 🫶

Al principio de cada capítulo iré poniendo trocitos de canciones que pienso que identifican a esta parejita. 😊

Nos leemos pronto.

Pd: Hasta en México, Sevilla es rojiblanca. ❤️🤍

Ig: EmeMarrr

Corazón Que Miente -Lucas OcamposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora