Capítulo 15

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“Contigo si me perdería en cualquier laberinto
Contigo queda más que claro que Dios me escucho
No me imagino mi futuro si no es de tu mano
Cosiste todas las heridas de mi corazón”

“Contigo si me perdería en cualquier laberintoContigo queda más que claro que Dios me escuchoNo me imagino mi futuro si no es de tu manoCosiste todas las heridas de mi corazón”

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Punto de vista de Jenna.

El avión acababa de aterrizar en Sevilla, en las caras de todos se veía lo que había pasado ayer. Las ganas de salir a buscar a ese arbitro y agarrarle los huevos y retorcerselos parecía no invadirme solo a mi.

Sin embargo, lo que más dentro de mí sentía y por lo que mi corazón se sentía mal, no era del todo por el partido.

Lucas no me había respondido cuando le pregunté sobre Sara y el beso, lo que me hizo saber que él si le daba importancia. Así que decidí no ir a casa hoy, sino irme con Adri, Fede y Óliver.

—Oli, ya hemos aterrizado. Despierta. —mi amigo empezó a hacer ruidos extraños antes de abrir los ojos.

—Para qué me despiertas, estaba soñando con Daniele Orsato y mi bota en su boca. —me reí.

Al reírme sentí una pequeña molestia en el bajo vientre. Logan hoy no está bien.

—Bueno si quieres quedarte aquí hasta dentro de tres semanas estás en tu derecho. —Le dije mientras él se reincorpora. —Oye, Oli. No estoy bien con Lucas y no me apetece ir a casa. ¿Puedo ir a la tuya?

—Claro que sí, esa casa siempre será tuya. —Se quitó el cinturón y se levantó del asiento. —Pero ¿Qué ha pasado? ¿Todavía estás con lo del beso?

—¿Todavía? El muy mamón no me lo ha contado y encima le pregunto y se queda callado. Está claro que para él ha tenido más importancia de la que yo le di. Tal vez haya sentido algo en ese beso, no sé.

—Deja ya las hormonas, Lucas no siente nada por Sara.

—¿Y eso cómo lo sabes?

—Porque está enamorado de ti, va a tener una hija contigo.

—No es lo que está demostrando.

—Déjate de tonterías. —Antes de bajar del avión, me miró. —vine en el coche de Adri, le diré que te vienes con nosotros.

Mientras el bus nos llevaba a la ciudad deportiva donde poder coger nuestros respectivos vehículos para marcharnos a casa fue donde Lucas se dignó a venir a hablar conmigo.

—Jen... —me miró. —No me has dirigido la palabra en todo el viaje.

—Ni tú a mí me has respondido a lo que te pregunté ayer.

Corazón Que Miente -Lucas OcamposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora