19. Pale Blue Eyes

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Pasaron 3 semanas, Jean me había estado mirando pero lo intentaba ignorar y irme con mi tía o mi madre cada vez que podía. Mañana empezaría las clases nuevas, estaba algo preocupada no voy a mentir pero en parte supe que estaría bien empezar una nueva vida y pudiese superar aquellos ojos azules que me perseguirán toda la vida. Me preparé con un vestido que me dejó mi tía, me metí a mi cuarto después de pasar todo el día de picnic en el pequeño lago que teníamos atrás, Jean había intentado tocarme varias veces pero me las ingenié para deshacerme de él. No había hablado con Cillian desde lo que pasó excepto porque me acababa de enviar un mensaje.

—¿cuál es la dirección de la casa en la que estás?

—¿para qué quieres saber eso?

—tú dámela.

—409578 Sylvain avenue.

—gracias.

Estaba extrañada ¿me mandaría cartas? No entendía nada pero si entendía que confiaba en él más que en mi misma. Pasó menos de una hora y sonó una piedra en mi ventana que me hizo salir y ver aquellos azules ojos mirándome deslumbrantes en la luna.

—¿qué haces aquí?
Dije muy bajo.

—sal conmigo un rato.

Me lo pensé y salí sin que nadie lo escuchase, al bajar abracé a Cillian con todas mi fuerzas, olía a lo de siempre, a limpio y fresco pero esta vez no se si era porque lo había extrañado mucho olía más fuerte.

—ven conmigo.
Me agarró de la mano y empezó a caminar rápido.

—¿a donde me llevas?

—tu solo sígueme.

Fuimos lejos ambos corriendo con adrenalina por todo nuestro cuerpo y paremos en mitad de la calle respirando fuerte.

—ahora no se donde ir porque acabo de llegar aquí hace unas horas.

—¿así que nos has perdido?

—tenemos Google.
Reí y me senté en un banco enfrente de la carretera y Cillian me imitó.

—Necesito repuestas Camila.

—¿para que Cill?

—para por qué me dejaste por ejemplo.

—no quería hacerte daño y no quería que tu me lo hicieses a mi, sabía que en algún momento tendríamos que estar separados así que cuanto antes mejor, tu mismo dijiste que no funcionaría.

—hace más de 2 meses Camila, has conocido a mi familia entera, les has agradado mucho, créeme así que ¿por qué no me dices la verdad, Camila?
Suspiré.

—mi madre amenazó con hacerte daño si nos veíamos otra vez.
Agarró mi cara entre sus dos manos.

—Cam, nada ni nadie va a separarme de nada ¿entiendes?
Lo miré a los ojos con tristeza y me abrazó.

—te quiero Cillian.
Aquello no salió de mi.

—yo también, Cam.
Me miró unos segundos y me besó suavemente, ambos sintiendo nuestras bocas rozarse y nos separemos.

—vendré todas los fines de semana si hace falta.
Susurró juntando nuestras frentes.

—¿de verdad?
Asintió.

—de verdad.
Susurró.

Pasó un rato y seguíamos caminando por las frías calles por la noche.

—¿como has estado sin mí? Te has tenido que aburrir mucho sin mi humor.
Bromeó.

—sí, realmente me he aburrido mucho, no hay mucho que hacer por aquí aunque me quieren apuntar a la universidad que hay a dos manzanas.

—¿y tú que quieres?

—no lo sé, quizá solo quiera saber lo básico y dedicarme a lo que me gusta aceptando que no hay muchas salidas o quizá vaya a por lo básico y trabaje en un lugar donde no me gusta pero hacer dinero.

—iría a por lo primero, no podría trabajar en algo que no me gustase por más dinero que haga.

—¿entonces te gusta ser profesor?

—sí, me encanta enseñar como mi madre me enseñó pero por más que sea el trabajo perfecto llega un punto que cansa.

—entiendo, tengo que ir a casa Cill, si se enteran que no estoy si te matarán y no quiero no volver a ver estos preciosos ojos azules.
Le besé.

—déjame acompañarte al menos hasta mitad de camino para asegurarme.
Sonreí asintiendo.

Vi su auto aparcado y lo abrió.

—te he comprado algo.

—no hacía falta Cill.

—no es nada, solo pensé que te gustaría.
Cillian me extendió un cuadrado muy fino y lo miré.

—¿The Velvet Underground?

—sí, mencionaste varias veces a The Velvet Underground cuando dormías una vez así que supuse que te gustaban.
Lo abracé.

—Gracias Cill.
Mis ojos brillaban.

—Cuídate mucho Cami.
Me dio un beso suave en la boca y otro en mi mejilla para montarse en su auto.

—ve con cuidado Cill.

Lo despedí con mi mano mientras lo veía irse y yo también me fui a casa, abrí la puerta silenciosamente y entré, nadie se enteró y volví a mi cuarto acostandome.



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𝚃𝚑𝚎 𝚃𝚎𝚊𝚌𝚑𝚎𝚛 (𝐶𝑖𝑙𝑙𝑖𝑎𝑛 𝑀𝑢𝑟𝑝𝒉𝑦) (completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora