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La escena se había vuelto tenso desde la aparición del agente cían azúl. Demasiado violento a decir verdad.
Finn había acabado a la mitad de los criminales de bajo nivel con sus tácticas de armamentos, provocando que la habitación esté ocupada por los cuerpos sin vida y salpicaduras en las paredes y en el suelo, además de las balas desperdiciadas dadas en los muros.
Leland se encontraba aún con su disfraz criminal, arrinconado de manera acorralado y adolorido del cuello tratando de mantenerse firme y determinado para ayudar a su amigo en acción, observando que quedaba aún vivo el científico y su sujeto de prueba, pero le costaba mantener su conciencia despierta sin sentir los dolores en sus cuerdas vocales. Pensaba que iba a acabar como el espía británico al borde de la muerte, pero no quería pensar en ello y ser valiente hasta el final de su vida.
El de ojos verdosos miraba a todos con atención y seriedad a la espera de un próximo movimiento, sujetando su metralleta y con la apariencia algo revuelta como su cabello y su traje, sin mencionar las manchas rojas salpicadas y manchadas en si mismo.
—¿Quién sigue?
Se oyó recargar su arma dando una mirada de amenaza, asustando muy leve a los criminales, provocando que se enfurezcan con tan solo hacerlo desaparecer de la existencia de una buena vez por ser un entrometido en sus planes malignos. Sin embargo, antes de que algunos de ellos diera el siguiente movimiento, atrás de ellos gritó el de baja estatura señalando al espía con ira y ciertos nervios:
—¡Acaba con el espía!
Y acto seguido de órdenes, el atleta dió un impulso de salto e ir por el agente con seriedad, haciendo que el mencionado se lo quede viendo con un sudor de nervios y lo esquive dando marcha atrás de forma veloz y evitar ser golpeado.
El muchacho cayó en frente de él y lo mira con molestia, mientras el contrario observaba su aspecto algo intimidante, recordando aquella vez cuando casi lo estrangula por completo y que esta vez por fin puede ver al culpable cara a cara, pero de forma intensa por comenzar nuevamente otra pelea entre ellos. Un segundo round.
El agente apuntó con suma velocidad hacía el atleta dispuesto a darle en el corazón sin importarle el homicidio, pero el muchacho lo detuvo a tiempo al tapar la salida de las balas de fuego con la palma de su mano, que lastimosamente recibió uno que otro agujero provocando que casi pierda la mano. Aún aguantando el dolor, tomó el arma y la sujetó con molestía y la lanzó lejos por detrás de él y el de los criminales.
Ahora el espía estaba «desarmado» a la vista de todos, tratando de pensar rápidamente en su siguiente táctica con sus demás armas guardadas. Analizó la mano del muchacho con la que se defendió, notando que estaba tan podrida que creía que ya no le iba a servir hasta recuperarse por completo luego de esto, por lo que solo le queda la otra mano para combatir. No quería asegurarse que tenía ventajas ante tales heridas que le provocó, porque aún necesitaba cuánto más podría resistir con la sustancia inyectada.
Dentro de su traje sacó una mina explosiva y la activó sin pensarlo dos veces, arrojando hacía el enemigo y dando un salto atrás con firmeza. Los espectadores se impactaron que dieron marcha atrás y cubrirse listo para el ataque, como el profesor y el criminal disfrazado.
Sin embargo, el muchacho solamente la atrapó con cierto temor y no pudo pensar bien el movimiento que debería de hacer para evitar ser volado o la de su equipo. Lamentablemente, solo cubrió la mina con sus manos antes de explotar y sentir ardor en sus palmas.
Como era de esperarse, claramente sus manos ya no existían. La explosión fue tan efectiva que su cuerpo captó las inmensas heridas hasta el punto de gritar de dolor. No paraba de sangrar de sus muñequeras y agitar sus brazos temblorosamente. Estaba tan shockeado y furioso que apretó sus dientes de la gran ira que tenía en sí mismo.
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Romance Encubierto {Finn McMissile X Leland Turbo}
FanfictionFinn McMissile, un espía británico profesional que siempre ha trabajado en solitario y ha cumplido muchas misiones, pero un día, por obligación de su jefe, le tocará trabajar de allí en adelante con un compañero de traje rojo, quien no es unos de lo...