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Pasos muy sigilosamente, es lo que se podía oír, con una presentía desconocida.

El espía entró en alerta, despertando y mirando hacía atrás un poco somnoliento, poniendo su mano dentro de un bolsillo del pantalón para sujetar algo.

Se quedó observando en varios lados, moviéndose con lentitud sin causar sonido alguno. Apoyó sus pies en el suelo y se levantó para acercarse hacía un rincón de la pared. De su bolsillo sacó una pequeña arma, y con ella la sujetó con ambas manos, llevándolo cerca de su pecho y así apuntar con rapidez.

Se había quedado así alrededor de un minuto, y no sucedía nada; se creía que estaba loco y que solo estaba soñando. Su sentido lo ha convertido así, y no sabía si solo era su imaginación o realidad. Se sentía algo cansado y poco a poco se daba por vencido, pensando que su trabajo le había afectado bastante.

«Parezco obsesionado», se decía, «Esforzarme en el trabajo hace que alucine», suspiró.

Estaba por bajar el arma, pero justamente se oyó un ruido cerca de la puerta de entrada. Apuntó con rapidez, luciendo algo nervioso pero seriamente, preparado para lo que sea sin importar si estaba en la oscuridad.

Antes de poder decir algo en contra del intruso, un objeto fue arrojado hacía él, reaccionando y agachándose justo a tiempo, provocando un ruido escandaloso de algo rompiéndose. Sentía su espada caer pedazos de vidrios que no podría afectar, pero no le importó en absoluto, levantándose rápidamente y viendo sin procesamiento a un extraño acercarse ante el agente, sujetando con una mano su cuello y con la otra su muñeca en la que tenía el arma.

Finn se estaba quejando entre dientes, pues sentía como el enemigo lo estaba asfixiando con fuerza y brusquedad, pero el agente pensaba en todo, levantando ambos pies y empujándolo desde el estómago con toda su energía, cayéndose casi de rodillas mientras frotaba su cuello, tosiendo y luego gimiendo levemente de dolor.

El tipo aún no se revelaba, ya que la oscuridad y el traje encubierto no daba sospechas de quién podría ser… y para quién trabaja. El espía intentaba preguntar, pero sus pensamientos de que no hablará y su voz algo afónica apartará por esa opción, e ir por defensa propia, tomando el arma del suelo y apuntó con cierta delicadeza, disparando sin prisa unos dardos tranquilizantes, pues no quería alarmar el edificio de un ataque entre dos sujetos, sin provocar daños en la habitación —Aunque ya hubo un objeto—.

El enemigo había esquivado cada dardo a gran velocidad al moverse de un lado a otro, incluso saltando uno de ellos. El agente gaspeó al ver que iba directo hacía él desde arriba con malas intenciones de dar una gran golpiza; rodó hacía adelante y se oyó una mesa de luz romperse.

Ya se estaba preocupando, ¿quién era este sujeto y por qué tenía fuerza y velocidad? Pero no quiso pensar en ello, ya que se había enfrentado a varios enemigos con tales habilidades, pero no tan salvajemente.

Finn se acercó a su traje rápidamente y de sus bolsillos arrojó una bomba de humo, dándole tiempo a recargar y prepararse mejor, poniéndose el esmoquin sin abrocharse.

Se alejó un poco de allí, apuntando nuevamente y observando de ambos lados por si desvía el humo, pero se escuchó un quejido de parte del extraño, quien parecía estar levantando algo, haciendo que el contrario se agache con una mano apoyada en el suelo.

Y tal como él lo había imaginado, lanzó una mesa —La misma que hizo trizas segundos antes— que iba directo hacía su rostro, como si quisiera noquearlo, o peor. Dió un salto de lado izquierdo, y seguido de ese movimiento, sacó una navaja con su otra mano libre en caso de que se acercara; y por si no tenía más elección que acabarlo a sangre fría.

Romance Encubierto {Finn McMissile X Leland Turbo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora