Romance Encubierto {Finn McMissile X Leland Turbo}

14.

💠🌐♦️

Llevaban largos minutos recorriendo desde los conductos de ventilación y parecían estar cerca a su objetivo, gracias a la memoria de Finn.

Se oía las voces de los criminales debajo de ellos, como si estuvieran aún buscando y discutiendo, estando en casi toda la base en guardia de vigilancia en caso de que los espías parezcan o se dé una pista alguna, pero con sumo sigilo no provocaron ruido alguno al gatear por los conductos de ventilación sin que ambos dieran una palabra hasta que sea muy necesario.

Afortunadamente, llegaron al salón donde anteriormente estuvieron y hubo caos. Se detuvieron y el agente cían azúl revisaba por las cámaras de seguridad que esté lo más cerca posible para revisar algún ser vivo en vigilancia o andante, pues recordaba que por aquella zona no hay una cámara que recopile grabación; sin embargo, por suerte y por desgracia, se lograba enfocar un cuerpo sin vida.

     —Oh no…

     —¿Qué sucede?

     —Es el chico…

Respondió Finn al fijar la mirada en el atleta, notando como su carne física se redujo a lo que era antes, pero el crímen se ve algo asqueroso que solo las personas débiles estomacal vomitaría al ver la escena: Su cuerpo estaba pálido, con los ojos perdidos, sin manos debido a la explosión, balazos en el estómago y un gran charco de sangre alrededor y debajo de él, manchando su atuendo y todo su cuerpo por detrás.

Por alguna extraña razón, sentía un poco de pena por el muchacho, ya que era un poco joven y tenía cara de un buen chico, pero al unirse con los vándalos lo cambiaba todo…

Al observar detenidamente, notaba algo raro en él atleta, como que algo no cuadraba desde la última vez que lo vió…

     —Yo no causé eso… —susurró estando medio serio analizando.

     —¿Qué? —preguntó confuso y algo sorprendido, sin saber nada al respecto, pues como estaba detrás de él no sabía que estaba viendo además de recordar el cuerpo sin vida del muchacho.

     —Necesito ver algo… —dijo mientras hackeaba la cámara donde podía retroceder las grabaciones y saber qué fue lo que sucedió exactamente.

Mientras retrocedía, pudo ver rápidamente a los criminales correr trás la búsqueda de los espías y al científico estar a lado del chico. Detuvo la grabación justo en el momento de ellos dos solos con cierta sorpresa y activó el sonido para escuchar atentamente.

     —Creí que serías más inteligente al pensar rápido —decía sin importancia con sus manos en la espalda.

     —¡L-lo siento, profesor! ¡No supe qué hacer! —se lamentaba con agonía al no parar su desangrado estando aún desplomado.

     —...En fin, es una pena lo de tu fracaso como uno de nosotros.

     —¡Lo intenté, l-lo juro! ¡Ayúdame, me duele! —Presionaba su torso baleado con sus brazos que aún le quedaban vivas.

     —Lamentablemente, no puedo hacer algo así. —Cerró sus ojos.

     —¿Q-qué? ¿No vas a… ayudarme? —Lo mira con cierta sorpresa.

     —No tengo medicinas para regenerar las heridas como tu estómago o tus manos. Te estás descomponiendo lentamente.

     —¡P-por favor, profesor Zündapp, h-haré lo que sea! ¡Voy a mejorar! ¡Solo no quiero morir! —expresó desesperadamente con su garganta ahogada por la sangre y la falta de oxígeno, teniendo sus pupilas dilatadas del terror.