◇ Donde el Juez de la Matra es salvado por su antiguo amor de la infancia
◇ O donde nuestra protagonista recuerda poco a poco su pasado.
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◇ Hola! Este es un Fanfic de Cyno x Lector, espero les guste!
◇ Fem!reader
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La peliazul abrió sus ojos con cansancio. Sintió mucho frío recorrer por su cuerpo. Su Cyno-Estufa estaba para el otro lado de la cama, así que rodó sobre esta misma para abrazar al moreno por la espalda con delicadeza para no despertarlo.
Un sentimiento de calidez invadió su corazón al recordar lo que sucedió ayer, fue su cumpleaños y los Aranaras y Cyno se lo habían celebrado de una manera muy linda, quitando el hecho que les había arruinado la sorpresa...
Sintió a su peliplateado removerse y darse media vuelta. Este rodeo sus brazos por la cintura de la chica y apoyo la cabeza de ella en su pecho.
- Mhm.. Quedémonos así todo el día..
- Quisiera..
- ¿Pero..?
- Pero estos últimos días hemos estado algo.. Desconcentrados de los ejercicios de rehabilitación.
- Cierto.
- Y por eso mismo considero que hoy es un buen día para que comiences a trabajar de nuevo en tus habilidades.
- Entonces, ¿qué sugieres?
- Bueno.. Tenía pensado hacer algo simple, pero luego recordé que derrotaste al espíritu aunque no hubieras luchado en mucho tiempo. Por lo que creo que hoy debemos.. Practicar lucha entre nosotros.
Cyno soltó un sonoro suspiro a propósito y comenzó a acariciar esos azulados cabellos.
- Uhg.. Qué pereza.. ¿Por qué practicar combate si puedo estar a tu lado y pasar un bonito rato? Además, podemos practicar otra cosa juntos - Cyno le dedico una mirada pícara a la chica -
- Qu- ¡Cyno! - la chica se sonrojó al instante - ¡E-Eres un..!
- ¿Desvergonzado? ¿Y eso en que te convierte a ti? En ningún momento dije.. Que íbamos a hacer eso.. - el chico la enfrentó -
- Tienes un punto.. Pero aun así, te guste o no, hoy practicaremos combate.
- Bien..
______ sonrió con dulzura y el chico imito su gesto, pero con más tranquilidad para que no fuera tan notorio.
...
El sol ya estaba en su punto máximo de esplendor, lo que daba a entender que eran alrededor de las 3 a 4 de la tarde. Ambos ya habían almorzado hace un buen rato y habían esperado unos minutos para que el combate no se hicieran tan pesado.
- ¡Cyno espera! Ven a ponerte bloqueador..
- ¿Para qué? Si me quemo nadie lo notará, ya estoy bastante moreno.
