Arreglos

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Al salir de su apartamento, Futaro comienza a preguntarse si es buena idea tener que meterse en los problemas personales de cada uno. Al fin y al cabo, solo es un tutor de clases y no de la vida. Se percata de que Nino está en la puerta del apartamento y parece estar llorando. No sabe si debe consolarla o ignorarla y dirigirse a su casa.

—¿Qué me miras, imbécil? Lárgate y déjame sola —dice Nino al observarlo

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—¿Qué me miras, imbécil? Lárgate y déjame sola —dice Nino al observarlo.

A pesar de querer largarse a su casa, Futaro recuerda que su objetivo es generar la confianza de todas para que puedan dar lo mejor en las clases.

—No me iré, me quedaré a tu lado hasta que intentes regresar —dice, sentándose a su lado.

—Como quieras.

Pasan un largo tiempo sentados sin hablar, esperando a que ella diga algo. Futaro decide sacar una hoja de ejercicios y repasar.

—Se ve tonto estudiar en estas circunstancias.

—Se ve tonto estudiar en estas circunstancias

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—Tú eres la tonta por huir de tu propia casa.

—Las tontas son ellas por aceptar rápidamente a un extraño como tú —dice Nino.

Futaro recuerda las palabras de Yotsuba, quien decía que Nino era la hermana que más amaba de todas.

—¿Realmente odias a tus hermanas? ¿O te preocupas tanto por ellas que crees que las haré algún daño? —pregunta Futaro.

Las palabras de Futaro conmueven a Nino, al saber que tiene razón.

Las palabras de Futaro conmueven a Nino, al saber que tiene razón

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Quintillizas Vol 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora