Futaro es un joven estudiante que solo se centra en los estudios, esto le provocó ser el mejor estudiante de los institutos más difíciles de Japón, resulta proveniente de una familia de bajos recursos económicos. Un día, un millonario al ver el exce...
Hace 5 años, Futaro Uesugi, quien tenía 12 años en ese entonces, era uno de los chicos más problemáticos de la escuela. No era recordado por su excelencia, sino por su comportamiento deplorable. Molestaba a muchos de sus compañeros y tenía un bajo rendimiento académico, encontrándose en el último lugar de su clase y a punto de reprobar el año.
En mitad de ese año escolar, la escuela llevó a su clase de excursión a la ciudad de Kioto. A pesar de que Futaro provenía de una familia de pocos recursos y había sido castigado muchas veces por su comportamiento, sus padres le permitieron asistir al viaje.
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La clase se dirigió a Kioto en tren y Futaro decidió sentarse junto a sus amigos más cercanos: Takebayashi, Matsui y Yamauchi. Los amigos comenzaron a jugar al póker y quien ganara, podía pedir cualquier cosa al perdedor.
—Bien muchachos, nada de hacer trampas—comentó Yamauchi.
—Por supuesto—respondió Futaro.
La partida estaba a favor de Yamauchi, sin embargo, durante uno de los anuncios del tren que indicaba que estaban cerca de llegar a Kioto, Futaro aprovechó un descuido de su amigo y sacó la carta que necesitaba para ganar.
—¡Toma! Te gané—dijo Futaro.
—¿Qué? Seguro que hiciste trampa—respondió Yamauchi.
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—No lo hice. Además, te castigaré a ti por dudar de mí y acusarme de hacer trampa.
—Por favor, no me pidas hacer cosas imposibles—suplicó Yamauchi.
—Tengo un cigarro en mi mochila. Te reto a que fumes ahora mismo sin que la profesora te vea—dijo Futaro, dejando a Yamauchi impactado.
—Por favor, eso no. Somos menores de edad y está prohibido fumar. No quiero meterme en problemas—respondió Yamauchi.
—Me da igual. Perdiste y debes hacer lo que te digo—insistió Futaro.
—Oye, Futaro, te estás pasando—intervino Matsui.
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