Redención II

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—Ese sujeto se atrevió a ponerse un disfraz y engañarme haciéndome creer en alguien que no es —dijo Nino.

Pese a todo lo que le contó, a Miku solo le importó la vez que la salvó y viceversa.

—¿Solo eso? Te enojas por tonterías, Nino —comentó Miku.

—¿Cómo puedes decir eso? Sorpréndete al menos.

—¿Cómo puedes decir eso? Sorpréndete al menos

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—Porque ha de sorprenderme. Eso lo hacemos todo el tiempo para salvarnos el pellejo, no mucho ahora, pero antes lo hacíamos a menudo. Que te enojes por algo que tú misma haces es incoherente de tu parte —comentó Miku.

—Sí, pero... con solo pensar en todo lo que le dije a Futaro, cosas íntimas, haberme salvado, aconsejado, todo eso, no puedo perdonarlo —comentó Nino avergonzada.

 con solo pensar en todo lo que le dije a Futaro, cosas íntimas, haberme salvado, aconsejado, todo eso, no puedo perdonarlo —comentó Nino avergonzada

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—Me contaste de forma general las cosas. ¿Qué te dijo ayer?

—Nada...

—Nino... cuéntame.

—Ya te dije que no pasó nada... aunque...

—Aunque qué...

—Él me dijo que simplemente quería que las cinco estuviéramos juntas y que no le importa el examen, qué exagerado...

—Él me dijo que simplemente quería que las cinco estuviéramos juntas y que no le importa el examen, qué exagerado

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Miku, al escuchar lo que dijo su hermana, comenzó a acelerarse el corazón. Futaro había cambiado mucho con el pasar de los meses. A pesar del riesgo de ir a prisión si las cinco chicas no aprobaban el examen, el cariño que mantuvo hacia ellas era su mayor prioridad.

Quintillizas Vol 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora