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Cuando Hyunjin cumplió los quince años ellos experimentaron lo que es y fue tener sexo por primera vez, una experiencia algo extraña.

Se sentían incomodos no por ellos si no por lo que harían, era aún así un acto de amor que quisieron ambos, Seungmin estaba nervioso pero Hyunjin al ser el mayor sentía esa responsabilidad de no hacer que su relación caiga.

Quien diría que 9 años después en una fecha igual estarían más que encantados con el cuerpo ajeno.

Hyunjin tocó con suavidad las piernas que rodeaban su cadera, el chico que gemía bajo su cuerpo con solo rozar su piel era a quien más amaba, no dejaría que nadie tenga ese privilegio de tener a su amado de esa forma, tan delicado y sumiso para el.

Había escuchado y sabía de lo que hablaban por ahí, Seungmin un ingenioso jefe que era el mandamás en su territorio y aunque muchos sucumbían solo por su belleza eso no le quitaba el mérito y claro el rumor que se corría entre sus empleados era que no era compasivo prácticamente lo tachaban de malvado.

Sonrió al pensar en ello, aún así ellos lo respetaban, aunque no tuviera todo esa aura de mafioso lo era, era su pequeño mafioso que no dudaba en tomar un arma y apuntarla en la cabeza de quién se burla o lo traiciona, lo había escuchado cientos de veces como mandaba a matar a familias enteras, tenía carácter en su trabajo.

Y eso le molestaba porque aunque él supiera como hacerse respetar sabía que por ahí habían personas con sed de venganza que aunque no le llegaban ni a los talones a su novio tenían ese físico de un mafioso de película, exageradamente grandes y corpulentos con buenas técnicas de pelea, temía que algún día tuviera que enfrentarse contra alguno de ellos, Seungmin tenía una altura muy buena no estaba ni de cerca ser un debilucho pero no podría contra tipos que le doblaban la cabeza y aprovechaban su tiempo en hacer crecer sus músculos.

- Hyung~ hazlo ahg~ - la suave voz del chico lo volvió al momento, Seungmin era despiadado pero ante él siempre se comportaría como un niño, delicado y mimoso, solo él podía hacer eso con un mafioso, con ese mafioso, su novio se dejaba trabajar ante su mano y eso nadie lo veía ni nadie se lo imaginaba.

Lo sujetó de la cintura y cambiaron de posición, admiró esas marcas de sus dientes en la piel blanca del chico, su cuello con moretones rojos y su piel sudada.

- Quiero cabalgar en ti - susurró coqueto el menor alzando sus piernas para presionar el miembro del mayor en su trasero - pero quiero que ates mis manos, puedes hacer con mi cuerpo lo que desees - tomó la correa que estaba a un costado de la cama y se la mostró - hazlo Hyung.

Lo último lo susurró de forma sensual convenciendo a Hyunjin de hacerlo, sus muñecas fueron atadas con fuerza dejando una notable marca roja, pasó las manos tras la cabeza de Hyunjin simulando un abrazo, aferrándose a su cuello.

Hyunjin lo ayudó a alinear su entrada y su miembro y siendo unos salvajes bajaron de golpe, amaban el sexo rudo.

-¡Ahg~! - Seungmin gimió en lo alto, sentía su cuerpo temblar ante la intromisión, el palpitar del miembro de Hyunjin provocaba espasmo en él, Hyunjin movió sus caderas tentándolo a moverse - d-déjame montarte ahg~.

Y lo dejó hacer, los pies del menor alzaron su cuerpo sintiendo resbalar el pene por su entrada, se dejó caer volviendo a sentir la corriente invadir su cuerpo.

Hyunjin lo sujetó de la cintura ayudando a levantarse y repetir la acción, era lento pero profundo, llegando a chocar sus testículos con el esponjoso trasero.

Sus rostros estaban concentrados en su unión hasta que el castaño levantó el rostro gimió para llamar su atención, así uniendo también sus labios, mientras que sus miembros jugaban a darse placer, sus bocas expresaban su amor.

- H-hyunj~ahg~ a-ahi~ H-hyunjin - ese lugar que hacía arquear su espalda y volver sus ojos en blanco estaba siendo maltratado por el grueso pene del mayor quien ayudándolo alzaba las caderas golpeando ese lugar - m-mas~ a-ahi~ Dios si~!

Estaba siendo un escandaloso pero nadie podía culparlo, ellos conocían la forma en hacer enloquecer al cuerpo contrario.

Hyunjin gruñó cuando las uñas del menor se enteraron en su piel, por su cuello resbalaban gotas gruesas de sudor y sus muecas de placer exitaban más al menor, quien no perdía la oportunidad de morder aquel cuello que se dejaba expuesto por cada embestida.

Hyunjin amasaba sus muslos, su trasero y dejaba caer su rostro al pecho que se erizaba en esos pezones pequeños, tomó uno entre sus dientes y como un bebé empezó a succionar de ahí.

Las piernas de Seungmin temblaron cuando esa lengua caliente envolvió su pezón y lo jaló con los dientes sacándole un grito de placer.

Las caderas de Hyunjin se movían tan bien que le sacaban hasta la última gota de sudor, su cuerpo tembló ante tanto estimulo y cerró los ojos mientras jalaba el cabello al correrse.

- T-te amo~ - un orgasmo y una palabra de amor fue lo único que faltaba para que un segundo chorro de semen caliente se riegue por el trasero de Seungmin, Hyunjin lo abrazó tan fuerte que jadeó encantado.

Hyunjin se había corrido entre sus nalgas y cuando lo acercó pudo notar el rastro que dejó en su propio abdomen.

- Te amo Seungmin, me tienes completamente loco ¿aceptas cásate conmigo? - Hyunjin miró sus rostro sonrojado por el orgasmo pero también vio la bonita sonrisa tímida antes de aventarse y besarlo.

- A-acepto, contigo quiero todo - Seungmin empezó a llorar de la emoción dejando caer el peso de su cuerpo en el pecho del mayor quien sujetó su cintura y no lo dejó salir más por ese día.

...

- Gracias, ellos estan en camino, estoy esperando ver a ese mounstro sin corazón...

Había replicado uno de los Lee

- Es tu fin

No Conoces La Maldad || HYUNMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora