No Conoces La Maldad || HYUNMIN||

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"La policía encontró a un hombre en llamas, las autoridades desconocen lo que pudo haber ocasionado esto ya que el individuo está inreconocible, afortunadamente lo pudieron estabilizar, las heridas que lleva se presume que es por un ajuste de cuentas.."

- Cuando todos se enteren quien es el , será lo mejor, sus fotografías ya circulaban en las páginas ilegales, con nombre y todo.

Cuando despierte será el verdadero infierno, Hyunjin se encargaría de que nadie lo ayude a tranquilizar su dolor, retirará su medicamento y dejara que vea como es expuesto y burlado por el mundo del crimen.

El solito quera morir.

Hyunjin no lo matara, él lo hará por su cuenta.

Y mientras un ramo precioso de rosas rojo escarlatas bajaban de un auto negro elegante, la cara de Chan lo dijo todo.

- S-Se escapó...

Sabía que no podía confiar en nadie que no sea el mismo.

- Corre Bangchan que te mataré cuando regrese - lanzó el ramo de rosas al piso y condujo por la ciudad.

Pensaba en los lugares donde pudo haber ido su amado, aún peor pensó en los lugares donde se lo pudieron haber llevado, no estaban ni un día juntos cuando ya están separados nuevamente.

El destino estaba dando las señales de que diez años juntos fue suficiente para ellos.

Frenó en un semáforo y miró al frente la ciudad ya estaba oscura, las luces daban un ambiente tranquilo aunque él estuviera ansioso.

No le gustaba como su corazón latía sin frenos, desmesurado.

Cómo las imágenes pasaban por su cabeza como una película retro.

Esa luz, a lo lejos en el edificio más alto de la ciudad lo vio, ahí podría estár, era uno de los lugares favoritos de Seungmin.

Conocía a su amado y sabía que si huía estaría allá.

Condujo a pensas la luz verde se encendió, las calles de Seul quedaron sumidas en humo de las llantas de su auto.

Las calles abarrotadas de gente le dificultaban el rápido acceso pero pudo divisar a unas cuadras el lugar.

Cambio de marcha importando poco si golpeaba algún coche o atropellaba a alguien.

Solo quería encontrarlo, vivo.

Llegó al gran edificio, todo aprecia normal, bajó del auto cerrando la puerta de golpe caminando unos pasos y lo escuchó.

Como el cristal se rompía con fuerza y un grito aterrador dejó en shock a la ciudad.

Miró hacia arriba y lo vio caer, todo en cámara lenta, sus manos agitaron en el aire como si pudiera sostenerse de algo, el viento silbó por la velocidad en la que caía y un brusco y tosco sonido al estrellar en medio del concreto fue el fin.

Levantando polvo del impacto.

Como la sangre corrió por las líneas de la acera y se formaba un gran charco de sangre.

- S-seungmin...